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Tras meses denunciando una persecución judicial contra el entorno familiar y político del presidente Sánchez y de acusar a los jueces –en especial al instructor ... del 'caso Begoña Gómez'– de levantar sus acusaciones sobre «investigaciones prospectivas» prohibidas por la ley, el Gobierno y el PSOE guardaron ayer silencio una vez que se consumó lo que se negaba en público y se aguardaba en privado: que el hermano del jefe del Ejecutivo acabaría en el banquillo una vez procesado por presunta prevaricación y tráfico de influencias. De ahí que fuentes gubernamentales relativizaran el impacto de una noticia que no deja de representar un golpe y que está siendo agitada por la oposición para redoblar su exigencia de elecciones.
El auto de la jueza Biedma coindió con la expectación suscitada en torno a la primera reunión, en Valencia, de Sánchez con víctimas de la dana. En estos meses, sostienen en su entorno, él y los ministros han pasado por «la estupefacción, la incredulidad, la indignación...» en torno a unas causas judiciales que siempre se han afanado en pronosticar que acabarían «en nada». El enjuiciamiento de David Sánchez rompe ese augurio.
El Partido Popular, por su parte, afronta la cadena de causas abiertas por presunta corrupción al entorno personal y partidario de Sánchez con la estrategia del perro de presa que azuza a diario al Gobierno con las declaraciones y resoluciones en los tribunales, pero también como una carrera de fondo, convencido de que el escenario solo puede ir a peor para el presidente. Y el auto de la juez de Badajoz dio munición suficiente a los populares para incidir en que su rival solo cuenta con una salida: convocar elecciones ya mismo.
La secretaria general del partido, Cuca Gamarra, cargó así con una nueva razón, y esta tan de peso como el enjuiciamiento de un familiar directo de Sánchez por presunta malversación y tráfico de influencias, para insistir en que la legislatura no da más de sí y que es preciso volver a llamar a los españoles a las urnas; el 'leit motiv' que permea el congreso nacional que Alberto Núñez Feijóo y los suyos celebrarán este mes de julio en Madrid. «Cuando tienes más imputados que ministros y todos a tu alrededor tienen problemas, el problema eres tú», reiteró la secretaria general de los conservadores, en referencia al medio centenar de cargos de distintas istraciones repercutidos de una forma u otra por las causas judiciales abiertas.
La número dos del PP lanzó, además, una advertencia implícita al presidente sobre que todo podría volverse aún más oscuro para él por la evolución en los tribunales no solo de este caso, sino también del que concierne a Begoña Gómez, al exministro y exnúmero tres del partido, José Luis Ábalos, y al fiscal general del Estado. «El Sánchez Pérez-Castejón que se sentará en el banquillo es el que menos causas tiene alrededor por corrupción», señaló Gamarra antes de hacer hincapié en que los españoles no se merecen un Gobierno «tan indigno» como el de Sánchez.
En este sentido, la dirigente popular recordó los escándalos que han sucedido tan sólo en esta misma semana: «Hemos conocido la implicación de un cargo socialista en una trama de narcotráfico en Canarias, que el líder del PSOE de Extremadura busca a toda costa el aforamiento para intentar dilatar la acción de la Justicia, que imputan a la expresidenta de Adif y que toda España está a la espera de un informe de la UCO sobre el 'número dos' del presidente del Gobierno en un asunto por corrupción».
El juicio oral al hermano del presidente y Gallardo será el primero dentro de todos los casos de corrupción que están siendo investigados y que salpican de una u otra forma a Ferraz, al Gobierno y al entorno familiar del presidente. Feijóo no hizo referencia a la noticia en toda la jornada, pero sí que aprovechó su intervención horas antes de que trascendiese la noticia, en el VI Foro Internacional Expansión, para amenazar a Sánchez con una «auditoría interna» sobre su gestión si llega a La Moncloa. Vox, que también se pronunció ayer, exigió al líder del PSOE la «dimisión» inmediata llamándole «sinvergüenza» y repasando algunos de los casos de corrupción que acechan al Ejecutivo.
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