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En el PP vasco reconocen que están tocados, pero no hundidos. Después de la fulminante destitución de Alfonso Alonso como candidato a lehendakari – ... lo que precipitó su dimisión como líder de la formación– los populares vascos afrontan unas elecciones autonómicas con una fractura interna sin precedentes y bastante difícil de sanar. Principalmente, por la desconfianza que ha exhibido Génova con la dirección vasca durante la negociación para forjar la alianza electoral con Ciudadanos.
Con los ánimos aún caldeados tras el revuelo que ha supuesto el regreso –impuesto desde Madrid– de un histórico del PP vasco como Carlos Iturgaiz, los dirigentes en Euskadi defienden que, a pesar del varapalo de los últimos acontecimientos, seguir hablando de los problemas que tienen en casa solo les pasará factura en las urnas el próximo 5 de abril. «Toca mirar hacia delante», coinciden, aunque son conscientes de que lavar los trapos sucios en público podría penalizarles y que no será tarea fácil sobreponerse sin más. En privado, de hecho, la mayoría de voces del PP vasco siguen mostrándose críticas con la «desconsideración» de Génova.
219.162 votos ha perdido el PP vasco en las autonómicas desde 2001, su punto álgido.
9 escaños logró en los últimos comicios vascos , en 2016.
Este periódico ha querido pulsar la opinión de varios dirigentes del PP vasco –han sido unos cuantos los que han declinado participar en este reportaje– para conocer de primera mano cuál es la radiografía actual de un partido agrietado y, sobre todo, cuáles son las claves para poder superar este bache. ¿La crisis interna les puede castigar? ¿Será la coalición con Cs beneficiosa para sus intereses electorales? ¿Qué teclas hay que tocar para tratar de remontar el vuelo? ¿Hay temor a que el discurso se 'derechice'? Sobre estas cuestiones reflexionan en estas páginas Javier De Andrés, Beatriz Fanjul, Borja Corominas, Nerea Llanos, José Luis Arrúe, Asun Guerra, Iñigo Arcauz, Chema Murguiondo y Mikel Lezama.
Javier de Andrés, ex delegado de Gobierno
Javier de Andrés es un fiel defensor de la coalición con Ciudadanos: «Es necesaria, no podemos dividirnos», justifica. El exdelegado del Gobierno en Euskadi, no obstante, reconoce que los términos del acuerdo «no tenían la simpatía de la dirección del PP vasco». ¿El motivo? El reparto de puestos, que cede a Cs una posición privilegiada para entrar en el Parlamento. Los cuchillos que han volado entre Vitoria y Madrid, además, no ayudan: «Es indudable que las divisiones y las disputas dentro de un partido siempre afectan luego a los resultados». Así, De Andrés defiende que «hay que hacer un discurso que no sea autoexcluyente». «En la medida en que tú te encasillas dentro de un espacio concreto ideológico de todo el espectro del PP, estás perdiendo», advierte. Por eso pide a Carlos Iturgaiz que evite «los encasillamientos que le puedan conducir a reducir su base electoral». Y aunque haya «empeños» de situarle en la «derecha más derechosa», dice, recuerda que Iturgaiz apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias del PP.
Beatriz Fanjul, diputada en el Congreso
La joven diputada Beatriz Fanjul es de las pocas dirigentes del PP vasco alineada desde el minuto uno con Pablo Casado. De ahí que justifique que «durante mucho tiempo se le ha achacado al PP que se estaba escorado a la derecha», aunque a su juicio el pacto con Ciudadanos diluye esa hipótesis. Después de la brecha abierta entre Génova y el PP vasco, Fanjul cree que es momento de mirar hacia delante, aunque reconoce ser «perfectamente consciente» del momento interno que está viviendo su partido. «Ahora lo importante es que salgamos todos unidos, reforzados y siendo conscientes de que tenemos unas elecciones a la vuelta de la esquina y que con este pacto con Ciudadanos –con quienes hemos sido generosos– lo que estamos haciendo es avanzar con un proyecto constitucionalista en el País Vasco», argumenta. Sobre todo, insiste, para «frenar» al PNV. ¿Las claves? «Reflejar que somos el referente de ese País Vasco que quiere luchar por la democracia, por la libertad y por un futuro más próspero».
Borja Corominas, concejal en San Sebastián
A un mes de las elecciones, Borja Corominas reconoce que este no es, precisamente, el mejor momento para abrir una crisis interna. «Es mejor no armar mucho ruido», dice. El concejal de San Sebastián, a quien Génova tumbó –en dos ocasiones– su designación como presidente del PP de Gipuzkoa en funciones, insiste en la necesidad de articular un proyecto político «que sea alternativa clara al PNV» para tratar de reflotar al partido en Euskadi. Un proyecto «liberal, humanista y foralista», dice, que abanderaban tanto Borja Sémper como Alfonso Alonso y que el edil popular seguirá defendiendo. Corominas reconoce, eso sí, que le gustaría que el discurso que articule Carlos Iturgaiz –a quien le tiene «el mayor de los respetos»– sea «centrado». «Si nos vamos a la derecha vamos a perder apoyo electoral», avisa. Crítico con los puestos cedidos a Cs en las listas electorales, Corominas no está, además, «tan convencido» de que la coalición les vaya a traer réditos electorales en Gipuzkoa. Por una cuestión, argumenta, «puramente matemática».
Nerea Llanos, parlamentaria vasca
Nerea Llanos pide dejar a un lado los problemas internos que atraviesa el PP para centrarse en hablar «de los problemas de la gente» porque si no, dice, acabarán pagándolo negativamente en las urnas. Aunque defiende que el PP vasco –que ha visto coartada su autonomía– es «una pieza fundamental» del PP nacional. Ante el temor a que el partido se 'derechice' con el regreso inesperado de Carlos Iturgaiz, la parlamentaria de PP –que no volverá a pugnar por entrar en la Cámara– opina que su partido tiene que seguir defendiendo los mismos postulados que lleva por bandera desde siempre: «Coser un frente a esas veleidades independentistas que tiene el PNV y defender que somos una alternativa liberal al nacionalismo que pone a los ciudadanos por encima de cualquier proyecto identitario». En ese camino irán de la mano de Cs, por eso la dirigente vizcaína pide que, más allá de la alianza electoral, PP y Cs defiendan juntos a lo largo de la legislatura esas mismas políticas para ponerle coto a la formación jeltzale.
José Luis Arrue, Pdte. PP Gipuzkoa en funciones
Eso de que el discurso del PP puede dar un giro a la derecha, según José Luis Arrúe, es más una cuña periodística que realidad. El presidente de los populares guipuzcoanos, que ostenta el cargo en funciones, fue la apuesta de Génova para asumir el papel que dejó vacante Borja Sémper. Así que evita decir algo que pueda echar más leña al fuego. «Ahora mismo no podemos estar mirando atrás. Hay que mirar al futuro. Y el futuro más próximo –sostiene– son las elecciones del 5 de abril». Por eso, el líder del PP en Gipuzkoa insiste en que ahora es más necesario que nunca «trabajar juntos y unidos» para afrontar los comicios de la mano de Ciudadanos. Arrúe insiste en que trabaja en clave electoral y que no quiere estancarse en la crisis abierta en el PP después de que Génova fulminase a Alfonso Alonso como candidato a lehendakari. «Ahora tenemos a Carlos Iturgaiz y todos debemos apoyarle. Estamos trabajando mucho, en las listas, el los mensajes que vamos a lanzar en campaña... Eso es lo importante», defiende.
Asun Guerra, parlamentaria vasca
«¿Pero cómo vamos a dar un giro a la derecha si el PP ya es un partido de centroderecha?». Asun Guerra, que ha pisado el Parlamento de Vitoria de manera 'exprés' tras el adiós de Borja Sémper, considera que la formación tiene «un programa y un proyecto encabezado por Pablo Casado clarísimo: no se tiene por qué endurecer», defiende. La exjuntera guipuzcoana reconoce que «siempre que hay una tormenta en un partido, y más con unas elecciones tan cercanas, se forman un poco de turbulencias». Pero ello no tiene por qué pasarles factura en las urnas el próximo 5-A. A su juicio, los populares afrontarán en una coalición inédita en Euskadi un proyecto «para unir y sumar». Y aunque es consciente de que «todas las cosas nuevas siempre despiertan sus recelos», ir de la mano con Ciudadanos en las elecciones autonómicas es «beneficioso». En este sentido, apuesta por sumar fuerzas con el partido naranja para «fortalecer» un proyecto «para todos los vascos». «Y no solo para sus votantes, como hace el nacionalismo...».
Iñigo Arcauz, ex candidato al Congreso
«Este espectáculo que hemos dado de cara a la opinión pública no es bueno. La gente penaliza este tipo de controversias y follones». Así se expresa Iñigo Arcauz, 'casadista' confeso y quien fue impuesto por Génova como cabeza de cartel para el Congreso. El exconcejal de San Sebastián, sin embargo, apuesta por «cerrar filas» en torno a Carlos Iturgaiz para mostrar una imagen de unidad que muchos cuestionan. «Es el momento de superar ya las desavenencias; es el momento de estar juntos, tenemos todos que arrimar el hombro y sacrificarnos para hacer una campaña unidos», sentencia. Para ello, pide que «todas las sensibilidades» existentes en el PP vasco –«de centro, de extremo centro, liberal, conservadora y democristiana», enumera– trabajen juntas para hacer que la coalición PP+Cs tenga éxito. Eso sí, manifiesta que «la política hay que hacerla desde la moderación». Defensor de la entente con el partido naranja, Arcauz defiende que el objetivo final es «lograr en cuatro años la presidencia del Gobierno de España».
Chema Murgiondo, ex concejal en San Sebastián
Si hay algo que Chema Murguiondo reivindica es que con este cambio de ciclo –al menos con la vuelta de Carlos Iturgaiz– se demuestre que el PP vasco es un partido «útil». Algo que, a su juicio, no se ha reflejado en Gipuzkoa. «En los últimos 10 años no hemos sido precisamente útiles», censura. El exconcejal de Donostia opina que «todos los partidos tienen sus 'pequeñas miserias'». Y aunque reconoce que a él también le hubiera gustado que «no se hubieran desarrollado los acontecimientos así», aboga por «seducir a la gente con propuestas y planteamientos en positivo». Murguiondo, que saca los dientes por Pablo Casado –«lo que está proponiendo tiene su lógica porque busca la refundación del centroderecha»–, cree que la alianza con Cs es la única vía para frenar «a un Gobierno nacional absolutamente indecente y a partidos separatistas intentando destruir España». Sobre el temor a un giro a la derecha, el exedil es claro: «Yo soy de derechas y no me considero una persona mala».
Mikel Lezama, Pdte. de NN GG de Gipuzkoa
Mikel Lezama pertenece a esa savia nueva de jóvenes que no tiene pelos en la lengua. Lo demostró con un 'tuit' que no dejaba en muy buen lugar a Cayetana Álvarez de Toledo. Sin embargo, considera que «no hay una crisis interna». Más bien, según explica, «se ha podido reflejar una imagen de división interna que realmente no es tanto». «Se ha querido hacer más sangre de la que había», sentencia. El único 'pero' que pone es que ha habido un momento determinado en el que «nos hemos sentido pisoteados porque nos han quitado a nuestro representante», en alusión a la destitución de Alfonso Alonso como candidato a lehendakari. Aun así, el presidente de Nuevas Generaciones de Gipuzkoa, y concejal donostiarra, es un férreo defensor, dice, del régimen foral vasco. Y aunque reconoce que hoy se puede dar la imagen de que el discurso del PP ha virado a la derecha, asegura que «no es un discurso nuevo». Por ello, defiende la coalición con Cs para «unir todo el marco constitucional para poder luchar contra el nacionalismo».
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