Imagen lamentable la que dejaron ayer los ultras del Anderlecht dentro del Reale Arena. Cinco hinchas del conjunto belga fueron detenidos por poner en peligro a parte de la afición txuri-urdin al romper el cristal que separa la grada visitante de la local y lanzar una serie de objetos a los aficionados txuri-urdin que se encontraban ubicados de la grada familiar.
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La Ertzaintza detuvo a cinco ultras del Anderlecht que fueron identificados por las cámaras de seguridad en una operación que se llevó a cabo dentro del estadio a partir de las 20.00 horas. Según informó el Departamento de Seguridad, tres de ellos fueron arrestados por un delito de desorden público, uno por atentar contra la policía local y un último acusado de un delito de resistencia a la autoridad. Además, informaron que hay más personas identificadas.
Desde el Departamento de Seguridad se ha señalado que los dos ultras belgas acusados de atentado con la autoridad han quedado en libertad este viernes, mientras que los otros tres siguen en dependencias de la Ertzaintza a la espera de comparecer ante el juez a lo largo del día.
Tras una mañana de tensa calma con los hinchas del Anderlecht, que fueron custodiados en todo momento por la policía local y desfilaron por la ciudad hasta Anoeta sin llegar a producirse grandes incidencias, una vez dentro del estadio rompieron el cristal de protección que instaló la Real Sociedad la temporada pasada y lanzaron objetos a los aficionados txuri-urdin que se encontraban en la grada familiar.
La decisión de colocar el cristal de metacrilato en la zona visitante se llevó a cabo después de que el curso pasado, con la visita del Benfica, los hinchas del club portugués lanzasen objetos a los seguidores locales. Esta vez, los ultras del conjunto belga destrozaron esa barrera de protección y volvieron a desatar el caos en las gradas del Reale Arena.
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El partido tuvo que ser detenido durante varios minutos e incluso los propios jugadores del Anderlecht se acercaron al córner donde estaban ubicados para pedirles calma. En el descanso, los antidisturbios se fueron acercando al graderío visitante para tratar de poner calma.
Al final del partido, un Mikel Oyarzabal cabreado se acercó a los micrófonos postpartido para denunciar ante la UEFA que «estas cosas no pueden ocurrir». «Gente que viene a ver a su equipo se tiene que marchar a su casa porque cuatro imbéciles están lanzando cosas. Hay que condenarlo, la UEFA tiene que dar un paso adelante. Llevábamos unos minutos diciendo que tenían que parar el partido porque estaban cayendo cosas al campo y la UEFA no ha hecho nada».
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De hecho, subrayó que «este tipo de decisiones se tienen que tomar en el momento. No nos sirve de nada si toman medidas de cara a la próxima jornada. Los que hemos sido perjudicados hemos sido nosotros», sentenció el '10' txuri-urdin.
El club belga, a través de su director de comunicación, condenó los incidentes y ofreció «nuestras disculpas a los hinchas de la Real».
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