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Se trata de una reivindicación histórica. De esas que se asumen de legislatura en legislatura sin importar el color político de quien gobierne. Un ... anhelo ajeno a las discrepancias partidistas que suelen embarrar el debate parlamentario. Y es que la exigencia del traspaso al Ayuntamiento de Donostia de los terrenos que ocupan los cuarteles de Loiola –y así poder ampliar el desarrollo urbanístico de la ciudad– siempre ha logrado un inusual consenso entre las formaciones vascas. Hasta la llegada de Vox, que en junio del año pasado se aferró a una vía –catalogar los edificios como bien cultural– para echar por tierra el compromiso que el PNV consiguió arrancar al Gobierno de Pedro Sánchez en noviembre de 2020, cuando el grupo jeltzale cedió sus seis escaños para salvar los Presupuestos Generales del Estado a cambio de la venta del terreno. Así se ha desarrollado todo el proceso, hasta hoy.
El pacto. Sabedor de la debilidad parlamentaria de Sánchez, el PNV incluyó los cuarteles de Loiola en la batería de 85 enmiendas parciales que presentó a las Cuentas de 2021. Y el Gobierno lo asumió: «El Ejecutivo culminará, durante el ejercicio 2021, la enajenación al Ayuntamiento de Donostia de los terrenos que en la actualidad ocupa el acuartelamiento de Loiola», rezaba el pacto, que se cerró en una negociación relámpago –en siete horas– tras una llamada de Aitor Esteban a la ministra Margarita Robles. Los jeltzales dieron así un golpe de efecto sobre una iniciativa que había acariciado durante años el socialista Odón Elorza, cuando era alcalde de la ciudad, pero que siempre tropezó con la resistencia simbólica y operativa del Ministerio de Defensa. Juan Karlos Izagirre (EH Bildu) y Eneko Goia (PNV) siguieron la misma estela.
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La reubicación. Una vez cerrado el acuerdo, quedaba decidir cuál sería el nuevo espacio que ocuparía el actual Regimiento de Infantería Tercio Viejo de Sicilia Nº 67. Ninguna de las ubicaciones hasta entonces planteadas –Antondegi, Eskuzaitzeta y Belartza II– cuajó. Pero lo que no se pudo conseguir en casi tres décadas se logró en solo dos días y Defensa se decantó por una parcela: la Hípica de San Sebastián. Pero lo cierto es que este emplazamiento ha ido perdiendo fuerza. En los últimos meses incluso ha circulado la posibilidad de que las instalaciones militares se reubicaran en los cuarteles de Araca, en Álava. Pero nunca ha habido nada en claro.
Las reticencias. En diciembre de 2020 empezaron a surgir las primeras suspicacias. Áncora pidió blindar en el Peppuc dos de los edificios de los cuarteles de Loiola «por su valor arquitectónico». Mientras, el Ayuntamiento se reservaba 15 millones de euros para la compra de los cuarteles. Pero meses después –en junio de 2021– Vox salió al paso para evitar el traspaso, hasta que en noviembre el partido de extrema derecha recurrió el Peppuc ante el TSJPV. Ajenos a las críticas, Gobierno y Ayuntamiento ampliaron los plazos para mantener abierta la negociación ante la imposibilidad de cerrar el acuerdo en 2021. Y cuando ya estaba a punto de sellarse el pacto, llega la sentencia.
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