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Miles de estudiantes vascos se van a enfrentar en las próximas semanas al periodo más complicado del curso: el de los exámenes. Su estado emocional ... en estos momentos es una mezcla que combina nervios, tensión, incertidumbre y, sobre todo, la ilusión de disfrutar de un gran verano. Los alumnos de Secundaria y Bachillerato ya hincan los codos de lo lindo y preparan a conciencia las lecciones de historia, geografía, matemáticas y ciencias, aunque la madre de todos los exámenes es la Prueba de a la Universidad -PAU-, antes conocida como Selectividad, prueba que tendrán que encarar los estudiantes de 2º de Bachillerato que deseen hacer una carrera universitaria. El 'jefe final' de los exámenes tendrá lugar, en convocatoria ordinaria, del 3 al 5 de junio.
«Es muy importante no dejarse llevar por el derrotismo o el nerviosismo. Aunque a veces pueda parecer complicado, hay que mantener la calma y confiar en uno mismo», dice Karmen Arrieta, profesora de Bachillerato en el centro concertado Aldapeta María Ikastetxea de Donostia. Un consejo muy parecido al que brinda Marina Aranzabal, docente en el instituto público Lizardi de Zarautz, quien defiende que «pase lo que pase, los chavales tienen que ser conscientes de que siempre hay una segunda oportunidad. El mundo no se acaba por suspender un examen».
Ambas llevan años dentro del sistema educativo vasco y por sus clases han pasado cientos de jóvenes guipuzcoanos. Saben de lo que hablan cuando coinciden a la hora de resaltar la importancia de «llevar una agenda organizada y realista. La planificación de los horarios en los que se va a estudiar es más importante de lo que parece. Merece la pena dedicarle un tiempo a organizar la semana para poder tener la cabeza más centrada en lo que toca en cada momento».
Marina Aranzabal
Lizardi BHI de Zarautz
Hay que ir por partes, como diría aquel. Ya sea la preparación de la PAU o exámenes de Secundaria, todas las pruebas que llegan en esta época del año tienen un aroma a definitivo. Como si de una final se tratara. Toda buena preparación parte, de manera innegociable, «de unos buenos apuntes. Si el alumno ha llevado el curso de manera normal y organizada, no le costará mucho tenerlos», apunta Arrieta, quien también destaca la importancia de «contar con un buen espacio de estudio. Me refiero a una mesa despejada y a un entorno tranquilo», ya sea en casa o en el propio centro educativo. En caso de dudas con el temario, sugiere Aranzabal, «además de acudir a los profesores, yo también les animo a hablar con sus propios compañeros. Hay veces que entre ellos se entienden mejor y son capaces de ayudarse mutuamente».
Mientras la relación entre los adolescentes y los teléfonos inteligentes continúe estrechándose, el rendimiento académico de estos se va a seguir viendo perjudicado. Sacar estos aparatos de la ecuación en la preparación de los exámenes resulta crucial para ambas profesoras. «En algunas tutorías invitamos a los alumnos a que miren en 'Ajustes' del teléfono a ver cuántas horas le dedican a la semana», reconoce la docente de Aldapeta, quien hace énfasis en esto porque «hay chicos que reconocen que se les van dos o tres horas mirando TikTok por la noche. Así es imposible descansar bien, luego eso lo notan el cuerpo y la cabeza».
Karmen Arrieta
Aldapeta María Ikastetxea
Respecto a los contenidos que hay que trabajar a la hora del estudio, Aranzabal subraya que «leer está muy bien, pero el estudio va más allá de eso. Hay que leer y, después, asegurarte de que has entendido lo que has leído. Una vez que lo entiendes, yo aconsejo empezar con los resúmenes, esquemas y mapas conceptuales. Ayudan mucho».
Jerarquizar los contenidos por colores a la hora de subrayar es también una técnica que no pasa de moda. Con todo, Arrieta matiza que «antes de tirar de los fosforitos yo recomiendo hacer una buena lectura y reflexión del material. Hay alumnos que lo subrayan todo... No se trata de eso».
Pero no todo puede ser leer, hacer ejercicios, repasar, esquematizar, etc. La cabeza, como todo buen motor que se precie, necesita un respiro para funcionar de forma correcta. «La actividad física, ya sea al aire libre o en el gimnasio, les suele venir muy bien», apuntan las dos maestras guipuzcoanas, que también invitan a los alumnos a «sacar tiempo de ocio para estar con la familia y con los amigos». Pasarlo bien «también es importante».
1Esquematizar los contenidos y planificarlos bien es fundamental
2Gestionar las horas de estudio con horarios realistas. Merece la pena dedicarle tiempo a organizar la agenda de la semana
3Buscar varias horas a la semana para hacer deporte o estar con los amigos. Cuanto más despejada esté la cabeza, mejor
4Un buen descanso por la noche es crucial, porque garantiza un correcto funcionamiento del cerebro. El móvil, si está en la habitación, apagado
5Mantener una alimentación equilibrada
6Contar, tanto en casa como en el colegio, con un espacio de estudio adecuado, con sitio suficiente, ambiente tranquilo, sin el móvil o redes sociales, etc.
7Leer bien los contenidos a estudiar, sentirse seguro de que se han comprendido y, tras eso, subrayar con colores lo más reseñable
8Realizar en casa simulacros de examen
9No dejarse llevar por el nerviosismo que haya en clase. No caer en el derrotismo. Es clave mantener una mentalidad positiva
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