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El Funicular de Artxanda, con su aspecto inicial, en torno a 1915. Se aprecian los dos tramos, en ángulo, el coche de madera y el edificio que sería destruido duranta la Guerra Civil. Archivo
El funicular de Artxanda, de inspiración guipuzcoana

El funicular de Artxanda, de inspiración guipuzcoana

El donostiarra Evaristo San Martín fue el impulsor del trenecito de montaña bilbaíno

Juanma Velasco

San Sebastian

Domingo, 10 de junio 2018

Subirse al funicular del monte Artxanda es casi una obligación cuando se visita Bilbao, sobre todo si se hace acompañado de niños. Es un viaje corto, pero intenso y, en la cima, ofrece una de las mejores vistas del 'botxo' y de la comarca. Pues bien, el famoso trenecito de montaña bilbaíno, que en 2015 cumplió 100 años, no hubiera existido si no llega a ser por el impulso de Evaristo San Martín.

De profesión abogado, San Martín tuvo la idea de crear un funicular en Bilbao tres años después de inaugurar el de Igeldo en San Sebastián, que todavía conecta Ondarreta con el parque de atracciones, para deleite de guipzucoanos y visitantes.

Así como ocurrió en Donostia, la idea inicial era la de construir un funicular que conectara el centro de Bilbao con el monte Artxanda, en donde se crearía un parque de atracciones, como en Igeldo. De hecho, hoy en día todavía existe junto a la estación superior una pista de patinaje sobre ruedas. San Martín se hizo primero con la concesión de un pequeño ferrocarril de montaña. Así, según cuentan los cronistas, el abogado envió un escrito al Ayuntamiento de Bilbao en donde expone su proyecto: «Construir en la cumbre del monte Artxanda, el cielo de Bilbao, una gran parque que sirva de sana expansión y recreo para los habitantes de esta villa, varias edificaciones y un funicular, que, partiendo del muro del matadero público, en la calle Castaños, facilite el a dichas instalaciones».

El proyecto, que costo dos años cristalizar (se inauguró el 7 de octubre de 1915), estaba encabezado además de por Evaristo San martín, por su hermano Rufino y por los contratistas Luis y Pedro Areitoaurtena. La firma suiza Von Roll se ocupó de asesorar el proyecto y la firma Talleres Mariano del Corral construye los tres coches que iban a realizar el recorrido, de 770, 34 metros, con una pendiente máxima de 44,98%. Según dijeron fue la «última palabra en mecánica», para describir sus bondades.

0,50 pesetas ida y vuelta

En sus primeros meses, el viaje costaba 0,50 pesetas ida y vuelta para adultos y 0,25 para niños. Hoy, en cambio,el billete de ida y vuelta es de 3,25 euros, aunque hay descuentos para los poseedores de la tarjeta Barik (la 'Mugi' de los vizcaínos).

A pesar de la expectación del inicio y de los lujosos primeros años en el casino y restaurante que se abrieron en la cima, con guerra de por medio, el negocio del funicular no fue lo brillante que se esperaba y en 1939 la sociedad concesionaria se arruinó y tuvo que ceder el servicio al Ayuntamiento. El funicular de Artxanda, salvo paradas excepcionales, ha mantenido su servicio desde 1915 hasta hoy.

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