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En 1991, junto a Chillida en el Museo San Telmo. Postigo

«Chillida y Pilar Belzunce fueron decisivos». El homenaje de Koldobika Jauregi a su maestro

El escultor de Alkiza tuvo el honor de haber recibido la única beca Zabalaga que se concedió a un artista plástico

Mitxel Ezquiaga y Arantxa Aldaz

San Sebastián

Domingo, 16 de junio 2024

Fue un sí rotundo, sin dudarlo, ejemplo de generosidad. Cuando este periódico preguntó a finales del año pasado a Koldobika Jauregi si quería participar en un suplemento especial por el centenario del nacimiento de Eduardo Chillida, el artista de Alkiza lo puso fácil y eligió una obra con la que simbolizó la unión con su maestro y mentor. Nos citó en su caserío. «No le gustaba que le llamaran 'creador', porque decía que 'creador' solo es Dios». Así recordaba Jauregi a Chillida quien guardaba «un profundo agradecimiento» hacia el artista. «Cuando viví en Alemania y venía con alguna exposición le encantaba que le llevara por ahí con mi vieja y destartalada furgoneta, llena de maderas y herramientas. Yo creo que hasta el final prefería eso a los coches oficiales», recordaba para este periódico a finales del año pasado desde su museo Ur Mara.

Jauregi tuvo el honor de haber recibido la única beca Zabalaga que se concedió a un artista plástico. «Fue en 1990, tres millones de pesetas. Le gustó mi trabajo y la concedió sin pedir nada a cambio, ni obras ni informes. Para mí, él y Pilar Belzunce fueron decisivos: me enseñaron la importancia de transmitir, de colaborar, de dar. Mi museo Ur Mara de Alkiza es deudor de sus enseñanzas». ¿Cómo 'reinterpretaba' Jauregi a Chillida? «Tengo algo mejor», respondía en el suplemento que este periódico publicó en enero en homenaje al escultor donostiarra. «Mirad esta obra: se llama 'Altxatzeko harriak' y es de madera. Pocos la conocen. En 2000 invitaron a Chillida a un proyecto colectivo en Alemania, 'el arca de Noé', donde debía ir 'en pareja' con otro artista. Me lo propuso y allí fuimos, él con un grabado, yo con esta pieza. Fue generoso hasta el fin. Así le 'reinterpreto' yo».

Fue su último homenaje a Chillida. Veinte años antes, por encargo del Cabildo de Fuerteventura, Jauregi realizó un proyecto para la realización del conjunto escultórico 'Homenaje a Chillida'. El artista concibió esta obra como «un espacio religioso» en memoria de su maestro.

Melómano, contó hace un año en estas páginas su pasión por la música en el serial 'El disco de su vida'. «No veo la televisión, no me gusta que me estén hablando mientras trabajo, pero estoy todo el día escuchando música. A veces echo de menos que alguien me cante», relataba. Eligió para aquel reportaje un disco de Karlheinz Stockhausen, compositor alemán. Alemania, el país que también le unió a Chillida.

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