La hija de la taxista viuda

Junto a ella, una gran actriz como la chilena Antonia Zegers, casi siempre en papeles agrios ('El club', 'El castigo'). Ambas elevan una película que les enfrenta como madre e hija distantes ante la muerte de su marido / padre. Delia (Zegers), emigrante chilena en Barcelona, conduce su taxi durante horas y horas cada noche y de día no quiere oír hablar de su esposo fallecido. Anabel (Elvira Lara) tiene presente a su padre, acude al pueblo de él en Jaén, y trata de resituarse en una vida difícil.

La conflictiva relación entre ambas y la forma de combinar la historia personal de su duelo con una mirada hacia una sociedad en decadencia es lo mejor de esta película, premiada por partida triple en el Festival de Málaga (Biznaga de Plata, Mejor Dirección y Mejor Guion), que supone el regreso de Belén Funes tras 'La hija de un ladrón'.

Acaso lo menos redondo de la propuesta sea que se acerca a un muestrario de problemas sociales: la soledad de los emigrantes, el abandono del campo, la crisis inmobiliaria y sus desahucios, las dificultades económicas de buena parte de la población, la desesperanza del 'para qué estudiar'... Algunos de ellos apenas pueden apuntarse o quedar como telones de fondo.

En todo caso, tenemos una interesante historia de mujeres (los personajes masculinos son meras comparsas), Belén Funes tiene sensibilidad para hacernos acompañar a una madre y una hija muy de verdad en un mundo en crisis, y Antonia Zegers y Elvira Lara nos arrastran.