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José Manuel y Esther, los dos solteros guipuzcoanos en el restaurante de First Dates. CUATRO

La reflexión de una donostiarra en First Dates: «El que suba al monte, que esté con las cabras, yo le espero en el chiringuito de abajo»

José Manuel, soltero de Asteasu, se llevó una gran decepción con Esther, una mujer con la que no encontró la sintonía que necesitaba y a la que no vio nada cercana durante la cena en el restaurante

I.G.

San Sebastián

Martes, 17 de diciembre 2024, 09:28

La cita entre dos guipuzcoanos en First Dates prometía. Y es que el programa de televisión que presenta Carlos Sobera en Cuatro emparejó a dos solteros con origen en Euskadi pero con caracteres muy diferentes. José Manuel, natural de Asteasu, buscaba una chica con la que compartir aficiones («Me gustan las mujeres deportistas, simpáticas, agradables y que tengan una sonrisa»), pero no la encontró. Y es que Esther, propietaria de un bar en San Sebastián, se mostró muy distante en todo momento con su pareja, hasta el punto de que a menudo apartaba la vista en plena conversación: «Se giraba continuamente. Eso te dice que no le gusta lo que tiene delante», advertía el soltero en un momento del encuentro, fuera de cámaras.

José Manuel acudió a First Dates con la idea de encontrar una mujer que le diera cariño. «Soy muy de abrazar, me falta cariño, tengo el cariño de mis hijos pero no es lo mismo», reconocía a Carlos Sobera este celador de Asteasu, de 56 años, que se declaraba aficionado al monte y al ejercicio físico. Sin embargo, no encontró la química que buscaba en Esther, una donostiarra que regenta un bar en el barrio de Intxaurrondo y que aseguraba estar siempre muy ocupada. «Estoy todo el día en el bar, trabajo en un barrio y somos como una familia, son clientes y amigos», reconocía antes de desvelar sus primeras impresiones sobre José Manuel: «Le veo que tiene los rasgos que tenemos los vascos. Y lo de que no tenga pelo no me ha hecho mucha gracia…».

La cita entre José Manuel y Esther en el restaurante de First Dates no fue según lo esperado. Y es que ambos mostraron ser polos opuestos, tanto en carácter como en aficiones. «¿Conoces Donostia?», le preguntó ella después de que él dijera ser natural de Asteasu: «Sí, claro, trabajo en el hospital, estamos al lado». Sin embargo, desde el inicio ella comenzó a poner sus primeros obstáculos en el camino. «¿Conoces Intxaurrondo? Ahí tengo el bar y no salgo de allí, tengo poco tiempo de vida social. Dedico mucho tiempo al bar», se excusaba.

Los dos solteros guipuzcoanos continuaron compartiendo sus aficiones, pero esto no hizo sino acentuar la distancia entre ambos. José Manuel se declaró un amante de la montaña, pero a ella no le hizo gracia. «El monte no me disgusta pero soy un pato andando, me caigo. El que suba al monte, que esté con las cabras, y yo le espero en el chiringuito de abajo», reflexionaba Esther, que prefería salir de terraceo con sus amigas. «No hace otras cosas que no tengan que ver con el bar. ¿Trabajas en un bar y luego te vas de terraceo?», se preguntaba él, sin entender absolutamente nada.

La falta de química entre ambos solteros de First Dates era evidente pero fue a más cuando él habló sobre sus recientes citas con otras chicas tras su divorcio, cuatro años atrás. «Yo soy muy antigua, me ha impactado, me he quedado flipada. Tiene una cara… y luego es otra», reconocía fuera de cámara. Y, una vez más, volvió a mostrarse muy esquiva. «A mí hablar de lo del pasado… Lo mío es complicado, por mucho que quieras buscar una persona, luego sé que no tengo tiempo», se justificó.

Fue entonces cuando él le achacó su falta de entrega. «Yo también estoy en la misma situación, pero si no pongo de mi parte voy a seguir solo. No me asusta, pero me apetece», añadía. Y seguidamente Esther reconoció ser cada vez menos cercana a la gente. «Yo antes era más de abrazos, más cariñosa, ahora me he ido haciendo más ariscorra…». Él, cariacontecido, asintió y no dudó en reprochar su actitud a lo largo de toda la cita: «Ya se ve, ¿Arisca? No lo sé, pero fría…», le achacó, mostrando su gran decepción. La cita de First Dates acabó como se presumía: José Manuel y Esther se fueron cada uno por su lado.

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