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Gorka Nieto (Etxebarri, 31/01/2002) sigue creciendo en paralelo al equipo. Llegó a la primera plantilla el año del regreso a Europa, comprobó de ... primera mano la diferencia que existía con los mejores, ha ido viendo cómo se recortaba esa distancia y ahora que lleva las riendas del equipo le toca liderar ese último paso para volver a situar al Irudek Bidasoa Irun de nuevo entre los grandes. El martes (20.45) es el día
– Han traído la eliminatoria viva a Artaleku, que era el objetivo inicial. Pero, visto el partido de ida, ¿da por bueno ese resultado?
– Antes del partido sí que lo hubiera firmado porque es un resultado que no aclara nada y que deja todo abierto para Artaleku, pero luego, viendo cómo fue, obviamente nos hubiera gustado traer un resultado algo mejor.
– Pudieron ganar en Alemania, algo que el Bidasoa sólo ha logrado en una ocasión. ¿Hay cierto punto de rabia?
– Algo. Quizás ganar es pedir mucho, pero como las sensaciones y el juego fueron buenos y nos vimos bien durante todo el partido, que en los diez últimos minutos, en los que nosotros estuvimos algo más atascados, se nos fuera un partido en el que estuvimos bastante tiempo por delante, sí que dolió un poco, aunque ese resultado no nos sacó de la eliminatoria y por eso nos fuimos contentos.
– ¿Qué me dice de esos quince primeros minutos de la segunda parte?
– Fueron muy buenos. Kuba estuvo espectacular. En ataque estuvimos fluidos, salía todo. En un partido tan importante, ver a todos tan enchufados, con esos momentos de lucidez, dice mucho.
– ¿Fue el Melsungen que esperaban?
– Les faltaba algún jugador potente, pero sí fue más o menos lo que habíamos visto en los vídeos: un equipo muy físico, con una defensa muy dura que juega a pocos goles, que juega mucho siete contra seis, con mucho peligro en el lanzamiento exterior y sobre todo en la toma de decisión de Erik (Balenciaga), que es el que lleva el peso en ataque. No nos sorprendió nada de lo que hizo pero claro, son jugadores buenísimos y al final hay cosas contra las que no se puede luchar.
– Es una pena que Melsungen tenga esa mezcla de balonmano alemán y español que les hace si cabe un equipo más potente...
– Sí. Nos suele gustar jugar contra equipos europeos que tienen un estilo más lejano al español. El estilo español es muy definido, muy marcado y ayuda mucho jugar contra esos equipos que tienen mucho lanzamiento exterior, que quizás pecan un poco de individualistas. Ellos, al tener un entrenador como Parrondo y un central como Erik, que es el reflejo del entrenador en el campo, compensan lo que suele pasarles a los equipos de la Bundesliga, el jugar a dos pases y lanzar. Eso nos puede perjudicar.
– ¿Ha cambiado el partido de ida la percepción que tenían de la eliminatoria?
– Fuimos con la incertidumbre de saber a qué nivel estaríamos. Obviamente creíamos que podíamos hacer un gran papel pero hasta que no te ves con ellos en la pista, de tú a tú, no eres realmente consciente de a qué nivel estás, de a qué nivel están ellos. Y creo que el partido no cambió mucho nuestra percepción. Tenemos mucho margen de mejora y ellos también y puede que el partido de Artaleku sea totalmente diferente.
– ¿Quizás han ganado más de confianza en sus posibilidades?
– Creo que el equipo en ese sentido no anda falto de confianza. Estamos haciendo una temporada muy buena y si ya el estar en unos cuartos de final de la European League te tiene que dar confianza, el que el partido de ida fuese igualado e hiciésemos un buen papel, nos hizo creer un poco más en nosotros mismos y en que podemos hacerlo.
– Además el Bidasoa ya no es aquel equipo que hace unos años compitió ante Füsche Berlín, Wisla Plock o GOG...
– Es verdad. Hubo una época en la que teníamos un equipo muy, muy joven y esa inexperiencia se notaba mucho en la pista, sobre todo en los momentos calientes en los que quema la bola y que es donde suelen aparecer los veteranos. Ahora el equipo está mucho más asentado y en esos momentos calientes podemos tender a jugar más en colectivo, que creo que es lo que acaba funcionando.
– Esa experiencia en encuentros como el del martes es fundamental...
– Sí. En cuanto a bagaje y experiencia en partidos de este calibre puede que ellos sean algo superiores, pero este equipo, pese a que tenemos gente joven, lleva tiempo jugando este tipo de competiciones. También tenemos veteranos que saben llevar muy bien el tempo del partido, que nos dan buenos consejos en momentos calientes y esa pequeña combinación es muy buena para estos momentos. También ayuda mucho no ser los favoritos. Ellos están arriba en la Bundesliga, haciendo un temporadón y son todavía el equipo favorito para pasar a la Final Four.
– Dijo Álex Mozas antes del partido de ida que tenía algunas sorpresas preparadas que quería guardarlas para el choque de Artaleku siempre y cuando el desarrollo del encuentro de ida se lo permitiera. ¿Tienen aún esas sorpresas en la recámara?
– Bueno, podría ser que alguna cosilla esté guardada (ríe). Lo que pasa es que el entrenador del Melsungen es español y no me gustaría que leyera los detalles de lo que podemos llegar a hacer para hacerles daño. Mejor que lo descubran el martes.
– ¿Hablamos del arbitraje?
– A mí no me gusta mucho opinar del arbitraje porque considero que es muy complicado. Así como ellos no ponen en duda los errores que nosotros cometemos en el campo, no es trabajo nuestro poner en duda sus errores. Hay decisiones que nos pueden favorecer, decisiones que no. Ellos hacen su trabajo lo mejor que pueden. Estoy seguro que el arbitraje del martes va a ser complicado porque ellos tienen un nivel defensivo de o muy, muy alto y eso es algo que nosotros también queremos imponer. El nivel en el que los colegiados pongan el límite va a marcar cómo pueda ir el partido.
– Importante entonces saber jugar con ese límite...
– Eso se irá viendo durante el partido con el nivel de las amarillas. Las exclusiones marcarán hasta qué punto podemos llegar y seguro que los defensores van a saber leerlo.
– ¿Piensan en el vestuario que están ante su oportunidad?
– Sí, la verdad es que sí. Estamos todos muy mentalizados, con muchísimas ganas de ver qué podemos hacer mejor y sobre todo con ganas de que llegue el partido porque sabemos que podemos hacerlo.
– ¿Clasificarse sería devolver al Bidasoa entre los grandes?
– Sí. Creo que el Bidasoa es un grande que está dando pasos muy buenos hacia adelante. El proyecto del club es buenísimo. Se está siendo ambicioso y eso está dando sus frutos. Jugar la Final Four sería dar un paso más parta intentar llegar a ese nivel de los equipos top. En ello estamos.
– Si eliminan al Melsungen, ¿se ven capaces de pelear por el título?
– Poder estar en una Final Four, luchar por un título y, por qué no, intentar llevarlo a Irun, sería algo histórico. Obviamente, comparado con el nivel que tuvo el Bidasoa en su época gloriosa se queda algo pequeño, pero creo que estar ya entre estos ocho equipos, que son de lo mejorcito, habla muy bien del club.
– Hombre, aquel gran Bidasoa tenía otro respaldo económico...
– Eso es cierto. Ahora mismo el nivel de presupuesto de muchos equipos está muy por encima al Bidasoa, pero en cuanto juego y plantilla podemos estar a ese nivel y eso se tiene que ver el martes. No quiero mirar más allá porque eso no sería bueno para nosotros. El martes vamos a intentar estar al nivel de los equipos grandes en juego y a intentar clasificarnos.
– Las entradas han volado. Todo está vendido. ¿Qué mensaje manda eso al vestuario?
– Cuando la afición nos apoya, que es siempre, hemos intentado responder poniendo todo lo que tenemos en el campo y creo que esta vez ha sido a la inversa. La afición, cuando nosotros estamos bien y hacemos cosas grandes, tiene ganas de mostrarnos ese apoyo y esa venta de entradas tan rápida ha sido una forma de demostrarlo. Todo el mundo quiere venir a este partido y apoyarnos para hacer algo histórico.
– A usted ya le ha tocado vivir algunos ambientes increíbles en Irun. ¿Qué siente un jugador del Bidasoa en la pista cuando Artaleku ruge?
– Se lo comenté el otro día a un compañero en el vestuario. Las cosas son mucho más sencillas cuando Artaleku empuja. El soltar el balón, la toma de decisiones, el repliegue, el estar concentrado los sesenta minutos...Todo se hace más sencillo cuando no tienes que preocuparte de animar al compañero, como sucede fuera de casa, porque la afición lo hace todo. Te lleva en volandas y esa sensación es muy buena. Haces una buena defensa, un buen repliegue y el público de Irun lo valora porque sabe de balonmano. Y eso lo notamos mucho.
– Quizás la ventaja del Bidasoa respecto a otros clubes que también tienen ambientes fuertes es la mística que tiene Artaleku, el respeto que infunde a los rivales, sobre todo en Europa.
– Sí, no sé cómo definir lo que es, pero está claro que Artaleku tiene algo y en los momentos grandes el equipo de fuera lo suele notar.
– Un problema es que a Erik Balenciaga Artaleku se le suele dar especialmente bien...
– Hay pocas pistas que se le den mal a Erik, la verdad (ríe).
– ¿Qué le pide a la afición el martes?
– Apoyo y que lo vivan como nosotros, con pasión. Nosotros vamos a disfrutar mucho en la pista, vamos a disfrutar de nuestra afición como nunca y solo pedimos que disfruten con nosotros y que si hay momentos malos, intenten levantarnos.
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