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Apenas un par de días le ha concedido al luto del descenso el presidente del Real Unión, Igor Emery. «Después de despedirnos de toda la ... gente que había ido a Lezama, el viaje de vuelta en el autobús del equipo fue muy triste y cuando llegamos a Gal, hacia las doce de la noche, la despedida fue más triste aún», confiesa a este periódico.
Con todo eso aún muy presente durante el día de ayer mantuvo reuniones individualizadas con plantilla y staff, «reuniones de final de temporada, que hacemos todos los años», aunque en esta ocasión la circunstancia era especial, no sólo en lo anímico, también en lo práctico. «Nos tenemos que poner a trabajar de pie y con las ideas claras. Los contratos de los jugadores que iban más allá de este año o los de aquellos a los que habíamos renovado quedan anulados con el descenso». Tampoco el entrenador, Albert Carbó, tiene vinculación más allá del 30 de junio: «Tenemos que hablar con él y valorar qué vamos a hacer la temporada que viene». Las únicas continuidades que parecen claras son la del director deportivo, Mikel Bengoa, y el secretario técnico, Iván Curiel, aunque sin confirmación oficial de momento.
Para construir el Real Unión de 2ª RFEF con la determinación de ser «uno de los candidatos a ascender», lo primero que tiene que cerrar el Consejo de istración es el presupuesto de la próxima campaña. Emery apuntaba que bajar una categoría «económicamente va a ser un alivio para el club». Es la gran paradoja de la 1ª RFEF, donde los gastos se disparan para poder ser competitivo pero en la que los ingresos que se esperaban cuando se diseñó no terminan de llegar. El presidente txuribeltz ha explicado en varias ocasiones que el déficit por temporada del club está superando el millón de euros, un agujero que se ha ido llenando con ampliaciones de capital.
En la última de ellas entró al club V Sports, el grupo propietario del Aston Villa en el que entrena Unai Emery y con el que el Real Unión tiene un convenio deportivo-económico desde hace año y medio. «Eso no está condicionado por el descenso», aseguraba Igor Emery. «Tampoco el proyecto de la familia Emery en el Real Unión, que va mucho más allá del primer equipo y no puede estar a expensas de un resultado deportivo. El objetivo es volver al fútbol profesional, pero queremos construir un club saneado, más fuerte y con mayor masa social; volver estando mejor preparados en infraestructuras, en estructura interna, en mentalidad, en organización...».
Emery recordaba que desde que llegaron al Real Unión dijeron que «el proyecto podría arrancar incluso desde 3ª RFEF y construirse desde ahí. Siendo competitivos como somos y estando en 1ª RFEF hemos hecho todo lo posible por ganar partidos, por quedarnos, tomando decisiones que sabíamos que no eran buenas para las arcas del club y asumiendo ese coste».
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