«Ha trabajado duro. Se merecía la medalla»

Es un chico muy bueno, muy trabajador y puede hacer cualquier cosa. Se ha merecido esta medalla». La amona de Pau Etxaniz, María José Peña, llora de la emoción al ver en pantalla el triunfo de su nieto –el bronce supo a oro en Gipuzkoa y entre toda la familia del piragüismo–. El donostiarra estuvo muy bien arropado en París, y también en Donostia, en su club, donde entrena horas y horas cada día. La otra mitad de la familia Etxaniz optó por quedarse en casa y qué mejor que verlo en el bar del Atlético San Sebastián junto a todos los del club, donde entrena Pau, como han hecho también esta semana con las pruebas en las que ha participado Maialen Chourraut y Miren Lazkano.

Hasta allí se acercaron María José Peña, amona de Pau, Ramón Etxaniz, tío del donostiarra, y Maite Odriozola, prima del medallista. Vivieron con mucho nerviosismo y emoción tanto la semifinal como la final. Aunque quedó en posición número doce, fue suficiente para lograr un merecido ya puesto en la final. Pensar en medalla era ya un sueño, pero la familia de Etxaniz estaba convencida de que lo iba a lograr. Su amona María José no tuvo ninguna duda. «Le he visto bien. No es excesivamente nervioso, pero sí que le he notado algo de nerviosismo en la final». A pesar de su corta edad, se ha hecho notar en los juegos olímpicos. Es un chaval muy familiar. «Es un chico muy bueno, se merecía la medalla», repetía entre lágrimas, rodeada de familia y amigos, que saltaban y gritaban cuando el cronómetro del último deportista en bajar certificó el tercer puesto de Etxaniz.

Su prima tampoco quiso faltar a la cita este jueves. Estuvo en París hasta el miércoles viendo a los tres palistas guipuzcoanos, pero tuvo que volver a Donostia. «Estuvimos muchos del club Atlético San Sebastián en París y fue súper bonito. Me hubiese encantado estar allí personalmente en la final, pero no ha podido ser. Este día no lo voy a olvidar en la vida», dice. Su prima también pertenece al club donostiarra: «Es un placer que una persona del club haya conseguido una medalla olímpica y más siendo mi primo. La alegría es doble». Cuando se despertó este jueves pensó que hoy iba a ser el día: «En cuanto me he levantado de la cama he dicho 'va a conseguir medalla'. Lo tenía muy claro. Y se ha cumplido. Estoy muy contenta y emocionada. No tengo palabras», declara.

Su tío Ramón, hermano de su aita, también ha estado sumergido en el mundo del piragüismo desde muy pequeño. Es algo que va pasando de generación en generación. Son sus primeras olimpiadas y todo eran incertidumbres: «Es un chaval joven. No sabíamos muy bien lo que iba a ocurrir. Cuando se ha clasificado para la final hemos respirado. Es cierto que él es quien ha abierto la gran final. No tenía nada que perder. Ha ido a por todas y ahí se ha demostrado», define.

Toda la familia define a Etxaniz, que tiene 23 años, como un joven trabajador y perseverante. Es además un apasionado de la moda. Por la mañana estudia diseño de moda y por la tarde, entrena. Fueron su aita y la pareja de este, Maialen Chourraut, quienes le inculcaron el mundo del piragüismo desde pequeño: «Es muy constante. Le dedica muchas horas. Desde bien pequeño se ha metido en los ríos. Es muy bonito que haya podido conseguir su primera medalla olímpica. Todavía tiene que demostrar todo su potencial, pero está haciendo camino», cuenta Ramón mientras el resto de la familia y amigos salta de alegría y se abraza.

El griterío se escuchaba desde el exterior y hubo público que se acercó desde la playa de La Concha, un día nublado y caluroso que nadie en el Atlético San Sebastián podrá olvidar. Pero no se conforman, porque los Juegos Olímpicos continúan y quieren saborear más medallas, por qué no.