Campeonato de Parejas de pelota

Tan reglamentaria como controvertida

No es una situación nueva, ni en el Parejas ni en otras competiciones de la mano profesional. La configuración del calendario de la presente edición, con una sola semana de paréntesis entre el último partido de la liguilla y la final en lugar de las dos habituales, propicia esta situación, avalada por el parte médico comunicado por Baiko sobre el estado físico de sus dos pelotaris.

Aunque la mayoría de los manistas insisten a menudo en la conveniencia de mantener el ritmo de un partido semanal, la decisión en torno a Laso e Imaz levanta dudas sobre esa afirmación.

Ambos vienen de castigar sus manos a lo largo del mes de marzo, con tres partidos de máxima exigencia encadenados a las catorce jornadas de la primera fase. Altuna III-Tolosa y Elordi-Zabaleta, en cambio, dispusieron de la opción de descansar una semana gracias a la clasificación directa para la liguilla de semifinales. Sin embargo, tres de ellos, todos menos Xabi Tolosa, intervinieron durante ese periodo en el festival de despedida de Irribarria.

Involucrados en un tenso playoff, Laso e Imaz ganaron 22-21 a Peio Etxeberria y Rezusta en Amorebieta después de 801 pelotazos a buena en 89 minutos. Esos números crecieron la semana siguiente en la primera jornada de la liguilla ante Altuna III y Tolosa en el Ogueta de Vitoria: otro 22-21 tras 866 pelotazos y 105 minutos. Añadan los 535 en 72 minutos en el 22-19 sobre Elordi y Zabaleta del pasado sábado en el Labrit de Pamplona.

Disponer de tiempo suficiente para preparar a conciencia la final era una de las señas de identidad de Aimar Olaizola, actual responsable deportivo de Laso e Imaz en Baiko.

Llama la atención que el día que Xabi Tolosa fue víctima de calambres en el Ogueta el máximo dirigente de la promotora vizcaína, Joserra Garai, pidiera explicaciones porque el pelotari de Aspe siguió en la cancha en defensa de sus derechos deportivos en lugar de retirarse. Esa escrupulosidad deja paso ahora a una postura más laxa en su casa, con todo el papel del Labrit vendido.

En la historia del Parejas, la mayoría de sustituciones en las últimas jornadas de la liguilla de semifinales ha correspondido a pelotaris eliminados. Pero hay situaciones de diversa índole.

El año pasado, el resultado de la víspera otorgó el billete automático para la final a Altuna III y Martija. Al día siguiente, en el Astelena, dio la impresión de que jugaban con el freno de mano puesto ante Laso e Imaz, que necesitaban 16 tantos. Ganaron 22-6.

En 2014, la Liga de Empresas de Pelota a Mano concedió un aplazamiento de una semana a Irujo por mal de manos. Dos ediciones antes, en 2012, Merino II cedió su puesto a Zabaleta cuando tenía asegurada ya la presencia en la final junto a Titín.

Un año antes, en 2011, Abel Barriola se quedó fuera de la final por una lesión y le sustituyó Mikel Beroiz. No hubo aplazamiento. En 2007 fue Eulate, campeón unos días después al lado de Xala, quien se saltó la última jornada de la liguilla. Le relevó Zubieta.

El sistema de competición de 2006 era distinto al actual. Bengoetxea VI se lastimó el músculo dorsal del brazo derecho en el primer asalto de la eliminatoria de semifinales y Esain le reemplazó en la segunda. Un año antes, en 2005, Rubén Beloki se fracturó la cabeza del radio en el codo izquierdo en el partido de desempate del Ogueta que disputaba con Olaizola II frente a Martínez de Irujo y Lasa III, finalistas por retirada de los rivales. Iban 5-5.

El duelo venía precedido de polémica. Beloki suspendió por mal de manos y Asegarce designó a Otxandorena como sustituto. Nevó el día designado inicialmente para el encuentro y las empresas lo aplazaron por dificultades para acceder a Vitoria.