Artola tenía un plan y Peio, no

En el cara o cruz que era el duelo del Astelena, Artola supo encararlo mejor. Se le vio más tranquilo, aunque seguramente la procesión fuera por dentro; también más sólido y, desde luego, más determinado. El de Alegia tenía un plan y supo ejecutarlo a la perfección. Lo siguió a pies juntillas. Pegó atrás siempre que pudo, dándole mucha altura a la pelota, para mantener a Peio Etxeberria a su espalda y lo más alejado posible del frontis; le hizo la cancha larguísima y no paró de moverle hasta desgastarle. De hecho, el cansancio le pasó factura al de Zenotz en más de un tanto.

Si Artola lo tenía claro, todo lo contrario se puede decir de Peio Etxeberria, que fue un mar de dudas. Fue siempre un paso por detrás y en algunos tantos dio señales de no saber muy bien qué hacer. Andoni Gaskue, su botillero, no paró de recordarle que tenía que dar un paso adelante para ser más agresivo y no fue hasta el final, cuando ya la remontada era una quimera, que el navarro fue lo que se esperada. Demasiado tarde para él que seguirá sin pisar una semifinal del mano a mano.

El primer tanto del partido representó muy bien lo que sería el resto del enfrentamiento. Sacó Artola y movió a Peio hasta ver la oportunidad para finalizar el tanto con una dejada al txoko. Se rehizo el de Zenotz aprovechando un pelotazo de Artola al techo y con su primer tanto de saque y una dejada cogió la que sería su única ventaja del partido (1-3).

Luego llegó el tanto más peloteado del partido en el que se cruzaron 28 pelotazos y que Artola resolvió con una cortada para iniciar un parcial de 7-0 culminado con su segundo tanto de saque (8-3). El plan estaba saliendo a la perfección y Peio Etxeberria comenzaba a dar los primeros síntomas de sufrimiento.

La ventaja siguió creciendo porque el navarro no terminaba de encontrarse, pese a que en el 14-6 soltó un sotamano brillantísimo, y el marcador se fue hasta el 16-6.

El tercer pelotazo de Artola al techo del Astelena y un remate que terminó en la contracancha le dieron algo de aire, y con un buruzgain y su segundo tanto de saque pareció meterse en el partido (16-10). Error.

Artola siguió sin salirse de los renglones y gracias a un parcial de 5-1 se puso en puertas de la semifinal (21-11). Llegaron entonces los mejores momentos de Peio Etxeberria que, despojado de sus dudas y quizás también de los nervios, mostró su versión más agresiva para sumar tres tantos más que sólo sirvieron para maquillar un marcador que cerró Artola con una dejada al txoko tras un breve intercambio. La semifinal y la paternidad le esperan.