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Garbiñe Aranburu afronta con ilusión su nueva etapa al frente del segundo sindicato de Euskadi.

«Falta en Euskadi una apuesta política firme por elevar los salarios»

Afirma que «la patronal se está poniendo nerviosa» ante la posible alianza con ELA, un proceso que esperan acelerar a partir de septiembre

PILAR ARANGUREN

Sábado, 10 de junio 2017, 17:12

La nueva secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu (Zaldibia, 1973) confía en que el proceso para tejer una alianza con ELA se acelere a partir de septiembre, «ya que tiene una enorme potencialidad para un sindicalismo de contrapoder». De hecho, asegura que la patronal ya está dando muestras de nerviosismo. Aramburu también consider que ha llegado la hora de incrementar los salarios y recuperar el poder adquisitivo, lo que se ha convertido en un clamor social, pero asegura que desde el ámbito político «no hay una apuesta firme».

-Salió elegida secretaria general con el respaldo del 91,5%. Supone un gran espaldarazo para afrontar los próximos cinco años. ¿Qué va a cambiar en esta nueva andadura?

-No va a haber un cambio de estrategia, porque llegamos al Congreso con los deberes bien hechos. Ha habido una apuesta por luchar contra la precarización y llegar a más trabajadores; por abrir un proceso soberanista, porque los cambios sociales no van a venir sin cambios políticos; también una apuesta por las alianzas y por impulsar el ámbito feminista. Continuaremos por ese camino.

-¿Tiene que entrar el sindicalismo en una etapa más ofensiva?

-Tenemos que ser capaces de generar más movilizaciones y conflictividad. De cara a la patronal para evitar que sigan precarizando las condiciones laborales. Y ser también un contrapoder para instar a otras políticas públicas que beneficien a la mayoría de la ciudadanía.

- Afirma que la negociación colectiva no se puede centrar en las empresas, ya que debido a que la mayoría son micropymes es una forma de dividir a la clase trabajadora. Sin embargo, la negociación sectorial no termina de despegar.

-Solo desde las empresas no se puede dar cobertura a toda la clase trabajadora, pero tampoco se puede depender de la negociación colectiva. Hay que salir de esas reglas de juego. Necesitamos otro tipo de acción sindical.

- ¿Qué tipo de acción sindical?

-Hay que interpelar a la patronal pero también a las instituciones y defender el Marco de Relaciones Labores Vasco. Las cinco reivindicaciones son: un salario mínimo de 1.200 euros; reducir la jornada laboral a 35 horas; apostar por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; abordar la salud laboral y el euskera. Todas esas cuestiones hay que pelearlas en los centros de trabajo, pero no tienen por qué estar tan estrictamente ligados a la negociación sectorial, porque la patronal bloquea cualquier intento de negociación en dicho ámbito.

- El Acuerdo Interprofesional firmado en enero no ha servido para reactivar la negociación sectorial. ¿De quién es la responsabilidad?

-A diferencia de lo que hace CC OO, que se empeña en culpar a ELA y LAB, la responsabilidad hay que ponerla en el lado de la patronal. Confebask, con una representatividad no medida, está aprovehando esa mayoría para desarrollar una estrategia de bloqueo en la mayoría de las mesas de negociación. Le pedimos al Gobierno Vasco que estableciera un procedimiento objetivable, pero no tiene ninguna voluntad.

- ELA no va a convocar la mesa del Metal de Gipuzkoa. ¿Lo hará LAB?

-Convocar las mesas no sirve por sí para activar la negociación si no hay voluntad de llegar a acuerdos. Nuestra estrategia es ver cómo se genera conflictividad de forma que la patronal vea la necesidad de renovar los convenios.

-Hasta ahora no han logrado que la patronal se sienta incómoda. ¿Qué está fallando?

- La celebración de los congresos te resta mucha energía, pero es verdad que no hemos conseguido generar mucha conflictividad. En ese aspecto la alianza que estamos tratando de lograr con ELA tendrá un gran potencial; la patronal se está empezando a poner nerviosa. Las declaraciones del presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, en las que decía que ELA iba a fagocitar a LAB, obedecen a eso. Están mirando con cierto recelo y respeto los pasos que estamos dando y la posibilidad de llegar a esa acción común.

-¿En qué punto están esas negociaciones?

-Somos dos sindicatos con dos estrategias diferentes en la negociación colectiva. No queremos generar falsas expectativas, porque pretendemos que tenga unas bases sólidas. Somos conscientes de que la situación es compleja, hay que hablar mucho e incluso arriesgar. Esa unidad de acción tiene una gran virtualidad tanto en el ámbito político, como social y sindical. Se están dando pequeños pasos. Los congresos servirán para visualizar la apuesta de cada sindicato. En la negociación colectiva ya estamos dando pasos conjuntos en algunos aspectos.

- ¿Cuándo se podría concretar?

-El deseo es que se pueda acelerar el próximo curso. Desde LAB estamos trabajando en esa dirección. Para nosotros el reto principal es poner en marcha un proceso soberanista, porque los cambios que necesita la clase trabajadora en las relaciones laborales y en las políticas públicas requieren de plena capacidad de decisión. En ese proceso ELA y LAB pueden ser el revulsivo que necesita el proceso soberanista.

-¿Se acelerará a partir de septiembre?

-Ese sería nuestro deseo.

-'Txiki' Muñoz señala que para avanzar hacia dicha alianza LAB y ELA tienen que estar juntos en las huelgas y en los conflictos, de lo contrario no será sostenible. ¿La caja de resistencia es la clave?

-Nosotros la denominamos Borroka Kutxa y tiene algunas diferencias respecto a la de ELA. Pero el principal problema no es la caja de resistencia, sino que tenemos que ponernos de acuerdo en los objetivos de esa confrontación, y la caja de resistencia no será un obstáculo. Se necesitan las huelgas, porque es el principal instrumento de la clase trabajadora para confrontar con la patronal, pero nuestro objetivo es que esas huelgas duren lo menos posible y ser lo más eficaces posibles. Tenemos otro modelo de lucha, con otros matices, ya que buscamos más socializar los conflictos, interpelar a la clase política, buscar marcos de solidaridad en las comarcas, en el sector... La diferencia es más la filosofía y los objetivos de cada conflicto y eso tiene que ser un camino acordado; no que cada uno haga su diseño de movilización y que luego pretenda que el otro se sume. Nosotros no lo podemos pretender, pero tampoco ELA.

-Abogan por una alianza de fuerzas de izquierda para lanzar el proceso soberanista. ¿Sin esperar al PNV?

- El PNV y el Gobierno Vasco llevan tiempo compartiendo con la patronal el mismo proyecto económico y social. Y la patronal se siente cómoda con el marco estatal, porque precariza las condiciones laborales; no quiere el vasco. El PNV comparte ese proyecto y no tiene voluntad política de confrontar con el Estado, porque asume el mismo proyecto neoliberal. Por lo tanto, no le vemos sentido a esperar al PNV. Las alianzas se tienen que dar en el ámbito de la izquierda. Tiene que tener un perfil muy social y responder a un proyecto socioeconómico muy concreto, muy diferente al actual, con el objetivo de garantizar una vida digna a todos los ciudadanos. El PNV pretende vender la imagen de 'buen gestor'. Hay que abrir una línea de confrontación porque no es verdad que aquí se viva bien. No vale compararse con España, hay que hacerlo con otros países europeos.

-¿También interpelarán con total libertad a EHBildu?

-No hay ningún inconveniente. Cuando haga falta se hará.

-¿El relevo en la secretaría general de CC OO de Euskadi, con Loli Garcíal al frente, puede conllevar algún cambio en la relación con dicho sindicato?

-En LAB hay una línea continuista y en CC OO ocurre lo mismo. Somos bastante críticos con el modelo sindical que están desarrollando, porque están confrontando más con otros sindicatos que con la patronal. Es inaceptable cuando saben que el responsable del bloqueo de la negociación colectiva es la patronal. Tanto CC OO como UGT se han integrado en el sistema. Le están dando facilidades a la patronal para abaratar las condiciones laborales al defender los convenios de eficacia limitada, y también los de ámbito estatal. Son muy cínicos. Si juegan a eso es muy difícil llegar a un entendimiento con ellos.

-La necesidad de subir salarios de forma generalizada y sustancial se ha convertido en un clamor.

- Cada vez hay más trabajadores pobres. Un tercio de los que cobran la RGI tienen un empleo. Es hora de ir recuperando el poder adquisitivo. Es la patronal la que lo impide. Desde el ámbito político se requiere una apuesta más firme. No se está interpelando a quien evita la subida salarial. Durante la crisis hemos peleado para que se mantuviera el IPC como referencia, sin poner en cuestión la viabilidad de las empresas, pero la patronal ha querido eliminar dicha referencia.

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