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Lucas Irigoyen
Martes, 18 de febrero 2025, 07:16
La necesidad de adaptarse al escenario de reducción de emisiones hará que Petronor, una de las principales instalaciones industriales de Euskadi, apriete el acelerador de ... su plan de inversiones. Algunas de estas actuaciones quedaron en suspenso ante la posibilidad de que el impuesto a las energéticas se hiciera permanente. Una vez decaído por el rechazo de PP, PNV y Junts, sigue adelante el plan estratégico que contempla hasta 2030 una inversión de 1.127 millones de euros en 36 proyectos.
Se trata, en primer lugar, de transformar los actuales combustibles para utilizar residuos en vez de crudo. Y, posteriormente y gracias al hidrógeno verde, elaborar combustibles sintéticos. Son las dos etapas a las que se enfrenta la filial vasca de Repsol y que cuenta con socios para soportar las diferentes fases de la inversión, como el Gobierno vasco, Nortegas, Enagás y la petrolera saudí Aramco.
El proyecto más destacado es la puesta en funcionamiento de un electrolizador de 100 MW de potencia -infraestructura que obtiene el hidrógeno del agua con energía renovable-. Sería el primero en Europa de estas dimensiones que solo cuenta con dos en todo el mundo, uno en China y otro en Estados Unidos. Con un coste de 260 millones de euros, está previsto que arranquen las obras a finales de este año y que pueda entrar en funcionamiento a mediados de 2028. La financiación cuenta con el respaldo de 150 millones de los fondos UE tras ser declarado por la Comisión Europea como IPCE (proyecto importante de interés común europeo, por sus siglas en inglés).
Este sería el tercer electrolizador que pone en marcha Petronor, que ya cuenta con uno de 2,5 MW, que alimenta el Parque Tecnológico de Abanto, dedicado al hidrógeno verde. Además, la filial vasca de Repsol está construyendo actualmente otro de 10 MW. Desde la compañía recuerdan que, al tratarse de una tecnología en pleno desarrollo, es necesaria una implantación escalada.
Con estos tres elementos, Petronor aspira a obtener con fuentes renovables el hidrógeno que necesita en sus procesos y, además, avanzar en la elaboración de combustibles sintéticos. Para estos últimos, espera tener lista en la segunda mitad de 2026 una planta piloto en la que utilizará el hidrógeno obtenido por el electrolizador de 10 MW.
En esta instalación, en la que Petronor cuenta como socios con el Ente Vasco de la Energía (EVE) del Gobierno vasco y la petrolera Aramco, se elaborarán combustibles sintéticos enfocados al transporte pesado en carretera, el tráfico marítimo y la aviación. Este último sector se contempla desde la compañía como un punto clave con el que hacer palanca para desarrollar estas tecnologías. Y es que los aviones comerciales en la UE tienen la obligación de ir incorporando este combustible en una serie de porcentajes a lo largo de los próximos años.
De momento, la prioridad es hacer que el hidrógeno que se emplea en la actividad de refino sea de origen renovable. Un largo proceso que pasa por una profunda transformación de las instalaciones de la empresa en la localidad de Muskiz, en Bizkaia. Se trata, entre otras cosas, de sustituir el uso de crudo por materiales reciclados en la elaboración de combustibles.
Ese paso supone una inversión en la modificación de las unidades actuales que llegará hasta los 582 millones en los próximos 5 años. Se da continuidad así a las actuaciones iniciadas para electrificar determinados procesos y ganar en eficiencia, para lo que se destinaron otros 99 millones.
Para el último paso del plan queda todavía un paso que requiere, no solo la maduración de la tecnología del hidrógeno renovable, sino la creación de un mercado que lo compre para su uso industrial. Se trata de la generación de este combustible neutro para canalizarlo a la red. El primer hito sería la construcción de un hidroducto que vaya desde el Puerto de Bilbao al valle de Ayala, en Álava.
Una infraestructura que podría llevar el hidrógeno a las fábricas de Arcelor Mittal, Nervacero y Sidenor en Bizkaia para llegar después a Llodio y Amurrio y proveer a Vidrala, Tubos Reunidos y Tubacex. Sería un objetivo que no llegaría antes de 2030 y que depende además de la apuesta de esas industrias para que cambien sus hornos de gas por los de hidrógeno. Además, la producción sobrante se aportaría a la red de hidrógeno nacional que contempla Enagás para conectar con Europa.
Otras ventanas de comercialización han aparecido ya con Países Bajos. Petronor ha suscrito ya acuerdos de colaboración con el país neerlandés para crear un corredor marítimo que lleve el combustible de la planta vizcaína hasta el puerto de Rotterdam. Desde allí se distribuiría hacia Alemania o se podría hacer llegar, en el caso del SAF para los aviones, a las terminales aeroportuarias del país.
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