Impuestos en Euskadi y en Madrid: ¿dónde pagan menos las familias?

Volviendo a la pregunta original, ¿es el sistema tributario madrileño más competitivo que el vasco? DV ha querido poner negro sobre blanco y, con la ayuda del despacho donostiarra BSK Legal & Fiscal, se han realizado los cálculos de cuánto pagan solteros y familias con dos hijos en Madrid y en Gipuzkoa ahora y cuánto lo harán a partir del año que viene, cuando entre en vigor la rebaja madrileña –ver tabla adjunta–.

La misma fuente recalca que el cambio es «mínimo» porque solo se trata de una bajada del 0,5% en el tramo autonómico en Madrid. Si bien los tipos mínimo y máximo en el IRPF serán del 23 y del 49% en Gipuzkoa frente al 18 y el 45% en Madrid, desde BSK aseguran que los cambios «no son tan relevantes» porque la normativa guipuzcoana (que goza de fiscalidad propia gracias al Concierto Económico) «puede seguir siendo mejor» en otros aspectos que no son el tipo de gravamen –por ejemplo, las deducciones–. Y lo cierto es que, pese a todo el ruido mediático generado, las Haciendas forales (pilotadas por el PNV) protegen mejor, ahogan menos, a las familias de rentas medias que Madrid. Y es que las políticas públicas, el bienestar social y la lucha contra las desigualdades son notas musicales de la partitura de los jeltzales.

Los supuestos trabajados han sido, por una parte, solteros con tres tipos de rentas (30.000, 90.000 y 190.000 euros). En este ejemplo, Madrid es más competitiva que Gipuzkoa sobre todo en las rentas muy altas –3.655 euros de diferencia el año que viene y 3.010 euros ahora– y también en las altas y en las medias, aunque en estos dos casos sólo en 2022 y con diferencias mínimas.

El otro ejemplo trabajado es el de familia, con ingresos de ambos, dos hijos y con tres tipos de renta (50.000, 100.000 y 380.000 euros por unidad familiar). Es decir, también se ha colocado la lupa en las clases medias, ya que la existencia de un colectivo –el más numeroso– fuerte y con capacidad de gasto es una garantía de estabilidad social y económica en cualquier país.

En este segundo supuesto, solo en las rentas muy altas se paga y se pagará menos en Madrid –consecuencia directa de la aplicación de la progresividad en los tipos–, mientras que los vascos con ingresos de 50.000 y 100.000 euros (entre ambos cónyuges) deben realizar un menor esfuerzo tributario que en Madrid (la tabla de arriba recoge la cantidad por persona; es decir, habría que multiplicar por dos para conocer lo que tributa la unidad familiar). ¿Cuál es la razón de esa menor cantidad? Las deducciones. Y es que entran en juego las que se aplican por tener hijos –y en este artículo no se han tenido en cuenta otras como la de compra y alquiler de vivienda o las EPSV, donde Euskadi también es más competitiva–. La deducción por descendientes es distinta en cada territorio y, en general, el efecto de reducir el 0,5% «no mejora la foto de Madrid con respecto a Gipuzkoa», señalan desde BSK.

Las deducciones por hijo son superiores en nuestro territorio, especialmente en las familias numerosas. Con tres hijos ascienden a 1.261 euros frente a los 900 que aplica Madrid. Con dos hijos (747 euros en Gipuzkoa frente a 750 en Madrid) y con uno (603 euros aquí frente a 600 allí) son muy parecidas. De hecho, si hacemos el cálculo con tres hijos Euskadi ofrece también ofrecerá en 2022 mayores ventajas fiscales que la capital en las rentas medias (463 euros menos) y en las altas (582 euros) y sólo en las muy elevadas Madrid es más atractiva (3.185 euros).

Donde sí se produce una abultada brecha es con las nóminas XXL. Según los últimos datos publicados por la Hacienda guipuzcoana, relativos a la declaración de la Renta de 2019, 1.510 guipuzcoanos declararon ingresos por encima de los 180.000 euros al año. En el caso de alguien que gane 400.000 euros existe una diferencia en el esfuerzo tributario de 21.556 euros a favor de Madrid. Si el salario se dispara a 1,5 millones, la brecha se ensancha hasta los 152.966 euros.

Este medio se ha puesto en o con los junteros forales del PNV, María Eugenia Arrizabalaga, y del PP, Juan Carlos Cano, para recibir una valoración de los dos partidos con mando en Gipuzkoa y en Madrid. Arrizabalaga asegura que las políticas de Gipuzkoa pretenden una doble finalidad: mantener o, a ser posible, mejorar el nivel de bienestar y promover una economía fuerte que cree empleo de calidad. Todo ello para lograr un territorio con uno de los más «bajos niveles de desigualdad». Por eso, defiende que el sistema fiscal guipuzcoano es «avanzado y equilibrado» porque «protege» los sectores con menos posibilidades económicas y que grava a cada cual según lo que tiene –pone como ejemplo que el 25% de los guipuzcoanos con ingresos más altos aporta el 70% del total de la recaudación por IRPF–.

Arrizabalaga agrega que la política fiscal en Gipuzkoa «no se diseña en base a poses político-ideológicas; tampoco pretendiendo réditos a corto plazo». Las medidas de Madrid, dice, «son puramente efectistas y dentro del relato del pulso que mantienen con el Gobierno español. La ciudadanía apenas notará nada».

Como conclusión, la portavoz del PNV en Juntas sentencia que Madrid «no ha sido nunca nuestro modelo. El nuestro son los Estados europeos con menores tasas de desigualdad social y lo de Madrid va en dirección contraria a todos los efectos».

El popular Cano, por su parte, incide en que lo prioritario es «optimizar la recaudación» y cita estudios que resaltan que Madrid recauda más que Cataluña siendo una comunidad menos poblada. A su juicio, las declaraciones del lehendakari hablando de dumping fiscal «son un error» y agrega que la recaudación no puede venir únicamente de «asfixiar» al ciudadano, sino de fomentar políticas integrales para generar riqueza. «El Concierto se puede exprimir más», zanja.