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M. Sansinenea y A. Algaba
Miércoles, 5 de junio 2024, 06:28
Gipuzkoa vivió este martes un colapso histórico, con retenciones que llegaron a alcanzar los 34 kilómetros desde el peaje de Biriatou de la AP-8 ... hasta Villabona, provocando el atasco más grande de Europa en ese instante. El motivo no fue otro que la masiva afluencia de camiones con motivo del fin de la huelga de los baserritarras que desde el lunes protestaban en la muga para mejorar la situación del sector y que bloquearon el paso de vehículos pesados hacia carreteras sas. Este colapso, sin embargo, no alcanzó ni de lejos en las carreteras sas la magnitud que adquirió en Gipuzkoa debido a que, tal y como señalaron desde la asociación de transportistas de Gipuzkoa, Guitrans, los agricultores ses levantaron el bloqueo hacia España «de manera intermitente desde las 3.00 de la madrugada y permanentemente a partir de las 6.00 de la mañana», mientras que en el territorio no se permitió el paso hacia Francia hasta las diez de la mañana, hora en la que los baserritarras dieron por finalizada su jornada de protestas. ¿Por qué en Gipuzkoa no se siguió la misma estrategia que en Francia y no se dio paso a los camiones de manera intermitente?
La decisión, desde luego, provocó un profundo malestar entre los transportistas guipuzcoanos que se consideran gravemente perjudicados, tal y como manifestó Guitrans en su comunicado: «Somos conscientes de que los agricultores tienen motivos para llevar a cabo sus reivindicaciones, pero tienen que tener en cuenta que nuestro sector no es parte del problema, y a pesar de ello se ve afectado de una manera brutal».
«Un camión pierde 55 euros por cada hora que permanece en una retención, además de la pérdida de portes que ya no se van a poder realizar», señalaron en alusión directa a las retenciones sufridas en la jornada del martes. Su sector, afirmaron, «también está pasando por un momento muy complicado».
La patronal de los transportistas guipuzcoanos manifestó que se quedaron «atónitos» cuando vieron que camiones procedentes de Francia podían entrar en el territorio mientras los transportistas que querían cruzar hacía Francia no podían seguir su recorrido. «No todo vale», aseguraron.
Fue sobre las 9:40 horas de este martes cuando los agricultores comenzaron a subirse a sus vehículos para comenzar, de manera ordenada, a abandonar el lugar de la protesta. Pero desde horas antes, decenas de transportistas que habían hecho noche en vías de servicio y lugares próximos a la frontera, habían comenzado a avanzar hacia Biriatou. Ya de por sí los martes suelen ser jornadas de mucho tráfico pesado hacia la muga, y ayer las protestas de los baserritarras provocaron una acumulación aún mayor de camiones, y afecciones directas también a otras vías como la GI-636 y la N-121-A. Incluso a la Variante de Donostia, la GI-20, donde también se notaron las caravanas.
El momento más complicado se registró entre las 12.30 y las 13.00 horas, cuando desde la N-I en Villabona, pasando por la A-15 desde Andoain, la AP-1 desde Astigarraga y la AP-8 desde Errenteria y llegando a la muga, registró un bloqueo total del tráfico. En total, más de 34 kilómetros de peregrinaje que se convirtieron en una ratonera también para conductores habituales.
Los GPS marcaban que para realizar ese tramo en coche hacía falta una hora y 40 minutos por el colapso de tráfico. s tardaron hora y media en llegar desde Donostia a Irun. Desde la AP-8 por Aritzeta, la cola hasta la muga llegó a superar los 30 kilómetros.
«Llevo media hora aquí, parada. No avanzamos... No lo entiendo. Ahora llega la Ertzaintza para poner un poco de orden... a ver cuándo llego». Esta era la conversación por teléfono con Alaia, una de las miles de afectadas por el colapso.
«Es imposible volver a Irun, hoy nos quedamos en Donostia a comer», contaba José mientras miraba en el GPS si era posible que alguna ruta alternativa estuviera habilitada para poder llegar a casa. «Nada, la GI-636 por Gaintxurizketa también aparece llena. Imposible», aseveraba.
Desde el mismo atasco Alaia añadía que «poco a poco tratamos de avanzar, pero llevábamos 30 minutos de reloj parados, con gente bajándose de sus coches». Algunos s, explicaban también conductores con los que pudo hablar DV, hicieron sus necesidades en el arcén ante la falta de avance de las propias colas de camiones. «Es una pasada», añadían.
A las 15.00 horas las colas se habían reducido a 28 kilómetros, hasta Urnieta, en tanto que a las 17.30 esas retenciones habían bajado hasta los 17 kilómetros, la mitad que durante el periodo más álgido de la mañana. A las 19.30 aún se mantenían cerca de 15 kilómetros de retenciones en la AP-8.
La directora de Tráfico, Estíbaliz Olabarri, explicaba a media tarde que «todas las cabinas del peaje en dirección Francia se encuentran abiertas y la Ertzaintza está trabajando para tratar de facilitar la circulación de todos los vehículos, aunque serán necesarias varias horas para que la situación del tráfico vuelva a la normalidad».
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