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Sara de la Rica
Gonzalo Ruiz
Bilbao
Domingo, 18 de mayo 2025, 00:18
El empleo a tiempo parcial, en gran medida involuntario, es una de las principales causas de la precariedad en el mercado laboral vasco y afecta ... especialmente a las mujeres. Es la conclusión de diversos estudios realizados por la Fundación Iseak, cuya directora, Sara de la Rica (Bilbao, 1963), expuso esta semana en unas jornadas organizadas por Cruz Roja para destacar el compromiso del tejido empresarial vasco con la inclusión, el empleo digno y la transformación social.
– Uno de cada dos trabajadores parciales en España es involuntario frente a un porcentaje del 25% en Europa. ¿Por qué tanta diferencia?
– En otros países, la parcialidad no está tan asociada con la precariedad. Aquí en general son puestos no cualificados. Esto no sucede en otros países donde el empleo parcial es voluntario y está relacionado con la situación familiar y el perfil de cada uno.
– Llama la atención el caso de Países Bajos, con una tasa de parcialidad del 46%, pero una involuntariedad del 5%. ¿Es un modelo a seguir?
– Claramente. Lo que pasa es que es un país con salarios más altos y con 25 o 30 horas semanales puede llegar perfectamente para que dos progenitores puedan mantener una familia. Pero también influye la manera de organizarse y conciliar, que es perfectamente posible siempre y cuando llegue la remuneración para cubrir los costes familiares. Es algo que, con bajos salarios, es imposible. Además, la reducción de jornada, aunque sea voluntaria, no tiene que recaer siempre sobre la mujer, porque lleva a una menor progresión laboral.
– ¿En qué sectores se da esto?
– Hemos visto alta parcialidad, y sobre todo involuntaria, en los cuidados y limpieza, pero también en comercio y hostelería.
– Son ámbitos muy feminizados.
– El empleo parcial tiene muchísimo que ver con ocupaciones altamente feminizadas. En las que los hombres son mayoría y, sobre todo en las de alta cualificación, se ve muy poca parcialidad.
– Esto también explica la brecha salarial.
– Es muy importante que miremos la intensidad laboral. No es que la mujer cobre menos por hora, sino que se le remunera menos porque trabaja menos. De hecho, actualmente en Euskadi los hombres solo cobran un 2% más por hora trabajada, aunque ha habido años en los que esta diferencia ha sido inexistente.
–¿Y qué medidas se pueden implementar?
– Eliminar los prejuicios que existen en etapas tempranas de la vida es muy importante. Las niñas no eligen módulos de FP industrial o de servicios avanzados. Por otra parte, se debe premiar a las empresas que no fomentan la parcialidad.
– ¿Cómo se les puede premiar?
– Hay muchas subvenciones públicas dirigidas a empresas y que establezcan la jornada completa como condición podría ser un buen criterio para que las reciban.
– Unos 57.000 trabajadores vascos viven en situación de pobreza. ¿Cuál es el perfil?
– En general, son personas que viven en un hogar en el que, computando todas las rentas, no llegan al 60% del salario medio. Son hogares donde viven personas con trabajos temporales o parciales, que aunque trabajen todo el año lo hacen pocas horas. Si todas las personas que cobran el mínimo trabajaran a jornada completa, sus hogares estarían muy lejos de la pobreza laboral.
– ¿Un SMI a jornada completa garantiza salir de la pobreza?
– Desde luego, se aleja mucho de la pobreza laboral. Creo que tenemos un buen Salario Mínimo Interprofesional, pero lo que falta es que esas personas trabajen más horas.
– ¿Qué opina sobre un salario mínimo vasco?
– No me gusta opinar en debates que son más políticos que científicos, pero sin duda sería un salario bastante más alto, que beneficiaría a los trabajadores, aunque también impondría costes más altos a las empresas.
–¿Cómo afectaría la reducción de jornada a la parcialidad involuntaria?
– En principio, la tasa de parcialidad bajaría. Pero aparte de las personas que trabajan 37 horas y media, el margen en la parcialidad involuntaria cambiaría poco, ya que está concentrada en personas que trabajan muy pocas horas, ya sean 20 o menos de 20.
– El edadismo es otro de los grandes problemas del mercado laboral. ¿Se puede atajar?
– Los currículum que se mandan a las plataformas digitales deberían ser diferentes, ya que las competencias deberían ser más importantes que la edad. Tenemos que dejar de fijarnos en cosas que no son importantes para la productividad.
– ¿Qué temor puede tener una empresa al contratar a una persona de más de 50 años? ¿Es un tema organizativo, salarial...?
– Es la gran pregunta que no hemos podido resolver. Aunque la empresa piense que esta persona va a pedir un salario mayor, no siempre es así. Puede que la empresa también crea que una persona joven se adapta y se recualifica mejor, lo cual tampoco tiene por qué ser cierto. Es una cuestión de actitud, y la actitud no va de la mano con la edad.
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