«El nombre de mi padre, Karlos Arguiñano, no me pesa. Creo que la gente va conociendo a Joseba»

Tras labrarse una carrera entre fogones, abrir su propio obrador –bajo el nombre JA– y dar el salto a la televisión, parecía inevitable que el siguiente paso que diera Joseba Arguiñano fuera sacar su primer libro de recetas. El camino que recorre este joven cocinero de 37 años sigue la estela de su afamado padre Karlos Arguiñano, pero tiene claro que lo que podría ser un destino inevitable ha sido también fruto del esfuerzo «y por ser una persona que se apunta a un bombardeo si hace falta». Y así ha llegado este primer recetario con el que, pese a sentirse «un novato», Joseba Arguiñano quiere marcar un sello propio, plasmando su saber hacer como repostero-panadero y reivindicándose más allá de su apellido.

El público se ha hecho con su cara gracias a las apariciones con su padre, Karlos Arguiñano, en el programa Cocina abierta de Antena 3 o, ya en el ámbito autonómico, con los programas Historias a bocados y Sukalerrian de ETB. No es fácil dejar de ser 'el hijo de', pero él no tiene más que palabras de agradecimiento para su progenitor. «El nombre de mi padre no me pesa, siempre ha sido una ayuda, me ha permitido tener muchas puertas abiertas. Pero creo que poco a poco la gente va conociendo a Joseba, a ese tío silvestre al que le gusta disfrutar de las cosas, conocer sitios, lugares, sabores...», apunta Joseba Arguiñano.

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Ahora se presenta con 90 recetas propias, recopiladas a lo largo su carrera profesional, reflejadas en 294 páginas. Abarcan tanto el dulce como el salado, y en ellas plasma sabores tanto nacionales como internacionales, con ingredientes de todo tipo y consejos personalizados. El libro de Joseba Arguiñano dedica un capítulo entero al pan, otro a propuestas culinarias de tipo picoteo, otras más especiales e incluso deja un espacio importante para los más golosos con propuestas para 'brunches' o meriendas, postres y otros caprichos. Sin faltar una sonrisa en su cara, asegura que es un recetario «sencillo, divertido y moderno» pensado «para todo tipo de público» porque «en la cocina todo es atreverse».

Es palpable nada más llegar al índice la pasión de Joseba Arguiñano por la panadería y la repostería. Su formación le ha llevado a trabajar en pastelerías como Escribá, en Barcelona, o la sa 'Thierry Bamas. Pero lo que le dejó una gran huella fue el año que compartió junto a su tía Eva Arguiñano en el restaurante familiar de Zarautz. «Fue apasionante ver cómo se implicaba, me enseñó todos sus secretos», explica. Después, el hijo de Karlos Arguiñano cogió su testigo en el establecimiento y en 2013 se animó a abrir en el casco antiguo de la localidad la pastelería y panadería JA. En cualquier caso, además de repostero y panadero se presenta como chef, y demuestra sus conocimientos en los fogones y en la preparación de platos principales, aprovechándose del aprendizaje adquirido de la mano de grandes cocineros como Pedro Subijana. «Siempre he estado ligado a la cocina, nunca he perdido la esencia del salado ni de todo lo que rodea a un restaurante. Pero un cocinero es mucho más que preparar el salado. Hemos aprendido que en las mesas siempre hay pan, postres, bomboncitos para rematar la jugada... Todo ello forma parte de una buena comida», señala.

Joseba Arguiñano también presume de haber viajado a muchos países, como Sudáfrica, Perú, Indonesia o Australia. En todos ellos ha disfrutado de una de sus grandes aficiones, el surf, pero también ha aprovechado para descubrir sabores y platos. De ahí que haya querido dedicar un apartado a recetas de distintos lugares del mundo con ingredientes que se pueden conseguir con facilidad en cualquier supermercado. «Pero sin renunciar a la tradición familiar», afirma el cocinero.

En definitiva, un libro con el que el hijo de Karlos Arguiñano está «muy ilusionado» y con el que espera que la gente «aprenda con él lo que a mí me han enseñado». Con ideas «para compartir en una fiesta, para un picoteo bien variado o una merienda resultona o para improvisar una cena en casa con la cuadrilla». Y añade: «si lo que te gusta es compartir preparaciones, hay muchos dulces que podrás hacer con tus hijos».