El arresto del acusado de la muerte de Santi Coca que había huido obliga a celebrar un nuevo juicio

El joven, que cuando ocurrieron los hechos en abril de 2019 tenía 19 años, ha sido detenido este martes en la ciudad sa de Draguignan, situada al sur del país, en el departamento de Var, región de Provenza-Alpes-Costa Azul. La policía gala le puso bajo arresto judicial y será puesto a disposición de la Justicia española, en este caso de la Audiencia de Gipuzkoa, que fue la que el pasado mes de febrero emitió la orden europea de detención contra él. Desde que desapareció, la policía sospechaba que 'el argelino' estaba en Francia, ya que no era la primera vez que intentaba cruzar a este país. En 2022 fue arrestado tratando de pasar la muga en coche, y en 2020 se emitió una orden europea de detención por la que fue capturado en apenas un mes.

'El argelino' fue detenido tras la agresión a Santi Coca, la noche del 26 de abril de 2019, en el exterior de la discoteca GU, después de que varios testigos le identificasen como autor de los golpes que recibió la víctima, que murió en el hospital dos días después. En total fueron seis los detenidos que ingresaron en prisión provisional acusados de matar al joven.

Sin embargo, entre febrero y marzo de 2020 se decretó la puesta en libertad provisional de todos ellos, después de emitirse el informe definitivo de la autopsia del menor de 17 años, que concluyó que la causa de la muerte era «indeterminada» entre natural y homicida. No obstante, les impusieron una serie de medidas cautelares, como la retirada del pasaporte y por tanto la prohibición de salir del territorio español, y la obligación de comparecer quincenalmente en el juzgado. En el caso de 'el argelino', debía hacerlo en los Juzgados de Irun.

Las acusaciones les imputaron un delito de asesinato y el juicio se fijó para marzo de 2023. En septiembre de 2022 los procesados fueron citados para el juicio y un mes después, en octubre, 'el argelino' dejó de comparecer en los juzgados. Se dictaron varias requisitorias para su localización, pero no dieron fruto. En febrero de 2023 la Audiencia de Gipuzkoa dictó una orden de busca y captura para localizarle y garantizar su presencia en el juicio.

Sin embargo el 2 de marzo, a tres días de arrancar el juicio, la Audiencia emitió un auto por el que lo suspendía y declaraba en rebeldía al acusado huido. Una decisión, indicó el tribunal provincial, con el objetivo de evitar celebrar el juicio en dos ocasiones, lo cual supondría «un incremento de la revictimización y del sufrimiento» de la familia de la víctima. En este sentido, recordaron que se trataba de un caso a juzgar por un jurado popular y con seis acusados en el banquillo, «lo cual aumenta de manera indudable la dificultad enjuiciadora si se celebrara separadamente el juicio para los distintos acusados». Más aún teniendo en cuenta que en la causa están citados 46 testigos, 20 de ellos agentes de la Ertzaintza, y 25 peritos.

Es por eso que, en acuerdo con todas las partes, se decidió aplazarlo hasta noviembre, con la confianza de que en ese tiempo se pudiera capturar al acusado rebelde. Algo que finalmente no ocurrió. El juicio se celebró sin él y ahora que ha sido detenido deberá celebrarse de nuevo, esta vez solo con 'el argelino' en el banquillo.

Aunque no estuvo presente, su nombre salió a relucir constantemente durante las diez sesiones que duró la vista oral. Varios testigos aseguraron ante el tribunal que le vieron agredir a Santi Coca y afirmaron que estaba «muy agresivo». Agentes de la Ertzaintza señalaron también que fue el único de los acusados que tras ser detenido confesó a los agentes que había pegado a la víctima, y el único que presentaba signos de pelea, ya que tenía el pómulo y el nudillo enrojecidos, y sangre en el pantalón. A lo que hay que sumar que en el único vídeo de la agresión, grabado por una cámara a 100 metros de distancia, la Ertzaintza le identificó como uno de los jóvenes que agredió a Santi. En la sentencia, en sus hechos probados, se recogió que aquella noche se produjo un incidente entre el menor y 'el argelino', en el cual el primero le propinó un golpe y el segundo comenzó a «golpear con violencia». Una agresión a la que se unieron el joven que ha sido condenado y otras personas, «con golpes y patadas» hasta la pared, donde la víctima cayó al suelo, donde le golpearon «violentamente» con patadas en diversas partes del cuerpo, incluida la cabeza.

Las defensas de los otros cinco acusados, en sus informes finales ante el jurado, le señalaron como «único» culpable de la agresión. «Existe un autor, sin ningún género de dudas. La acusación sabe que es 'el argelino' el que ha tenido el incidente con Santi. Si no está aquí es porque tiene mucho que esconder. La formulación de agresión colectiva es incompatible con el resto de pruebas y con el sentido común».

Por su parte el abogado de la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, declaró tras conocerse el veredicto que solo condenaba a uno de los procesados por homicidio imprudente, que al menos servía «para que tengamos un responsable de la muerte», si bien indicó que confiaban «en que las fuerzas y cuerpos de seguridad pongan lo antes posible a disposición de este tribunal a la persona que se fugó y tenga una sentencia condenatoria».