Trump quiere un gran desfile militar por su cumpleaños

El líder republicano lleva años empeñado en la organización de una parada militar a gran escala en su país. Lo intentó en su primer mandato, pero el proyecto quedó en el cajón debido a su elevado coste (estimado en 92 millones de dólares, unos 81,1 al cambio en euros) y a las pegas de algunos funcionarios por los posibles daños que causarían tanques y vehículos blindados en las carreteras. Pero la idea no cayó en el olvido y ahora, de vuelta al Despacho Oval, la ha rescatado. Su obsesión con ver a filas y filas de soldados y batallones de tanques pasar ante él se remonta a 2017, cuando asistió al desfile por el 14 de julio en Francia invitado por su homólogo galo, Emmanuel Macron.

Quienes conocen al presidente de EE UU dicen que volvió fascinado del evento en París y que, desde entonces, le ronda la cabeza hacer algo parecido -o mayor, claro- con él como anfitrión. Si el plan no se tuerce, su deseo se hará realidad el día de su 79 cumpleaños, cuando el ejército celebrará además su 250 aniversario. La excusa perfecta para organizar un desfile a lo grande. Los documentos más recientes donde se recogen los preparativos de la parada -fechados a finales de abril- dan idea del despliegue: más de 6.600 soldados de una decena de cuerpos y divisiones de todo el país (infantería, artillería...) y al menos 150 vehículos militares y 50 helicópteros, siete bandas musicales, recreadores históricos, grupos de veteranos... y hasta un salto en paracaídas. La jornada acabaría con conciertos y fuegos artificiales.

Nadie en la istración Trump se ha referido de manera pública a este desfile, que tendría un recorrido de 6,5 kilómetros entre Arlington (Virginia), donde se levanta el Pentágono, hasta Washington DC a través del río Potomac. Sólo el portavoz del ejército, Steven Warren, ha sugerido que no se ha tomado aún una decisión al respecto. Sin embargo, los documentos que han trascendido sobre los preparativos y las declaraciones de políticos de algunas de las localidades incluidas en la ruta de los soldados apuntan a que el presidente va en serio. El republicano ni confirma ni desmiente, aunque ha empezado a calentar motores con el reciente anuncio de que la fecha del final de ambas guerras mundiales pasará a considerarse Día de la Victoria en el calendario.

El desfile del próximo 14 de junio, sin ser todavía oficial, ha cosechado ya unas cuantas críticas, sobre todo por el gasto de decenas de millones que supondría o su compleja logística, con militares de diferentes rincones del país que habría que trasladar, alojar y alimentar. Y garantizar su seguridad, claro. La alcaldesa de Washington DC, la demócrata Muriel Bowser, ha puesto otro problema sobre la mesa: los desperfectos que causaría el paso de los tanques por la ciudad y que obligarían a sumar «muchos millones de dólares para reparar las carreteras». Si Trump no elige otro regalo, la factura de su 79 cumpleaños va a salir cara a los estadounidenses.