Markel Olano | Diputado general de Gipuzkoa
«Ser diputado general ha sido apasionante, pero también un sacrificio personal muy duro»
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Markel Olano | Diputado general de Gipuzkoa
«Ser diputado general ha sido apasionante, pero también un sacrificio personal muy duro»Markel Olano (Beasain 1965) se sincera al revelar el «sacrificio personal muy duro» que ha supuesto su experiencia al frente de la Diputación Foral de ... Gipuzkoa durante 12 años, en tres mandatos, el primero entre 2007 y 2011 y los otros dos entre 2015 y 2023 después de una legislatura de EH Bildu en el poder. «Ha resultado apasionante», confiesa, «pero al principio tuve que batallar contra el estrés y la ansiedad». El entorno, entre tapices y cuadros de Ruiz Balerdi invita a un café relajado. Olano rompe enseguida el hielo. En el exterior, en la plaza de Gipuzkoa, los cerezos japoneses estallan de flores.
-¿El poder le ha cambiado a Markel Olano después de 12 años al frente de la Diputación?
-Igual no lo diría de la misma manera, no tanto el poder, pero ejercer la máxima representación del territorio evidentemente sí me ha cambiado, ha sacado de mí mismo capacidades y habilidades que pensaba que no tenía.
-¿Estuvo en el límite personal?
-Estuve en el límite personal antes de presentarme por primera vez en 2007, sufrí estrés y ansiedad. Voy a hacer un contexto de la época de mi primera legislatura entre 2007 y 2011, cuando fui elegido por primera vez diputado general. Era la primera legislatura, vivía con mis padres en 2006, en mi casa, en Beasain. Mi madre, con un proceso de depresión durísimo se quita la vida en 2006 y mi padre dura seis meses y en septiembre de 2006 se muere de un infarto. Ese es mi contexto personal en ese momento.
Markel Olano hasta ahora no había revelado en público esta faceta de su vida, de su historia íntima, que le marcó profundamente. Revuelve lento la cucharilla de su café. En el reloj de su despacho dan las cuatro en punto de la tarde. Nunca ha querido airear este doloroso asunto para evitar que fuera acusado de usarlo políticamente. Pero verse fuera de la pelea partidista lo ha liberado ya para hablar sin tapujos, por primera vez, del suicidio de su madre. Y de tantos suicidios que hasta ahora no han formado parte del paisaje de la actualidad por el temor a hablar de un tema tabú.
El inicio «Al principio, en 2007, tuve que batallar contra el estrés y contra la ansiedad»
La resistencia «Resistí gracias al apoyo de la familia y de los amigos de Beasain... ¡Qué remedio!»
El mayor impacto «No olvidaré jamás ver a la hija de Isaías con la ropa ensangrentada tras el atentado»
La paternidad «Ser padre condiciona los hábitos y quizá eso es lo que más ha cambiado mi vida»
La recomendación «A Eider le aconsejo que busque un equipo y que se cuide en lo personal»
A los pocos meses de aquel mazazo, «tras un proceso traumático dentro de nuestro partido, tengo que acceder a la candidatura». Era comienzos de 2007 y Olano sustituye a Jon Jauregi, que en principio fue planteado como el aspirante jeltzale, pero que al final no se presentó tras una polémica sobre sus declaraciones fiscales y su patrimonio de vivienda en la que algunos vieron la mano negra interna de la situación en el PNV . «Fue un momento personal durísimo, que me generó muchísima ansiedad y muchísimo estrés», asegura. El PNV terminó formando gobierno con EA después de las elecciones forales, pero fue un ejecutivo en minoría parlamentaria. Los jeltzales y los socialistas -Miguel Buen fue el más votado- habían empatado a 16 junteros.
Sin embargo, ahora ite que supo sacar fuerzas de flaqueza o no sabe de dónde. El instinto de supervivencia es siempre el mejor consejero, a pesar de lo que suponía estar casi todo el tiempo en el escaparate público y la tortura que suponía esta faceta en alguien que se había educado en la reserva, en la discreción, en el trabajo intelectual, fuera de los focos. La timidez era su coraza.
-¿Resistió y salió adelante?
-¡Qué remedio! (sonríe abiertamente), tuve apoyo familiar, convivía puerta con puerta con mi tía Amaia y con su difunto marido, Manu Beraza, que luego fue vicepresidente del grupo Mondragon. Tuve el apoyo de la familia, de mi cuadrilla, mis amigos de Beasain me arroparon. Eso fue fundamental. Sin eso, esa exposición hubiera sido mucho más dura. Así y todo, los cuatro primeros años fueron muy difíciles.
La Gipuzkoa de entonces era aún un escenario muy conflictivo. El terrorismo no había desaparecido, la izquierda abertzale oficial seguía ilegalizada. El enfrentamiento político en Gipuzkoa era muy fuerte. Recuerda el día del atentado contra Isaías Carrasco, cuando, antes de que falleciera, en el hospital de Mondragon, abrazó a su hija, con la ropa aún ensangrentada. Olano nunca olvidará esa imagen o cuando los médicos comunicaron que había fallecido. O cuando vio el cuerpo de Inaxio Uria, en el suelo, después de ser asesinado. Hay un Markel trascendente y religioso, que en estos momentos desborda sus siglas nacionalistas, que lleva el humanismo cristiano como una especie de código vital genético.
Lo positivo
En 2015, tras la salida de EH Bildu del gobierno foral de Gipuzkoa, PNV y PSE pactan el desbloqueo del tema de los residuos, que se había convertido en un 'agujero negro' en la gestión. La incineradora se ponía en marcha pese a las dificultades.
En 2017 nace Peru, el hijo de Markel Olano e Idoia Ocio, que se habían conocido en 2014 y que habían contraído matrimonio en 2015. Desde entonces la pareja vive en Hondarribia. El niño es, sin duda alguna, el momento de mayor felicidad.
Markel Olano recuerda que en la legislatura 2007-2011 se pusieron las bases de la política social, una estrategia pionera en Europa que ha llevado a Gipuzkoa a un terreno de vanguardia en los acuerdos con el tercer sector
En 2015 se activa 'Gipuzkoa aurrera' embrión de 'Etorkizuna eraikiz', una reflexión sobre la gobernanza que plantea una nueva cultura política en Gipuzkoa. Todo un cambio de paradigma en un territorio históricamente conflictivo.
Lo negativo
2008 fue un año muy duro para Markel Olano. ETA aún no había abandonado el terrorismo y los asesinatos de Isaías Carrasco y de Inaxio Uria suponen unos mazazos tremendos en la sociedad guipuzcona. Olano los recuerda con gran dolor.
El 22 de noviembre de 2020 falleció a los 52 años Idoia Sarregi, jefa de protocolo de la Diputación de Gipuzkoa y estrecha colaboradora de Olano. El fallecimiento de esta antiguotarra fue muy sentido por el diputado general.
La crisis financiera y económica de 2008 golpeó con fuerza a las instituciones y limitó los recursos públicos. La Diputación tuvo que hacer frente, se endeudó con 200 millones de euros. Aquella decisión condicionaría el futuro.
El Covid 19 irrumpió en la vida del planeta y las residencias de ancianos fue un lugar especialmente sensible para que la enfermedad se cebara en los más vulnerables. En Gipuzkoa consta que hubo 428 fallecidos. Olano evoca esa cifra con pesar.
Fueron años difíciles, lo reconoce. En 2015, tras la experiencia de gobierno de EH Bildu, la gestión de los residuos y la resolución del problema de la incineradora, formaba parte de un rompecabezas imposible.
«Los tiempos felices han venido cuando yo estaba en la oposición», bromea Olano. Y es que es entonces, a partir de 2014, cuando conoce a la farmacéutica hondarribitarra Idoia Ocio, su actual esposa. Con ella se casaría en 2015 y a la boda fue invitado Xabier Arzalluz, cuyo carisma siempre ha pesado de forma considerable en el diputado general. En 2017 nació Peru, el hijo de Markel e Idoia. Una revolución vital y una inmensa alegría en su vida. «Un euskaldun más ha venido al mundo». Así saludó, pletórico, su nacimiento.
Olano reconoce que aquello le cambió. Que la tarea de diputado general «es muy absorbente», hay que saber conciliar y manejar los tiempos. Y que, sobre todo, los gustos para distraerse también han cambiado. «Los tiempos de ocio van cambiando y en cuanto tienes un niño, el tiempo libre lo dedicas a la familia y al niño». Pero Peru es la experiencia más fascinante. No desaparece la afición por el monte, la fotografía o la pasión por la naturaleza. Pero hay que 'modular'.
El diputado general -que después de las elecciones seguirá en funciones hasta Sanjuanes- reconoce en todo caso que el ejercicio del cargo le ha supuesto pagar «un gran sacrificio personal, muy duro», aunque no tiene ninguna duda de que «desde un punto de vista de proyecto de vida ha resultado apasionante, porque yo intento disociar. Al final entras en un colectivo que da sentido a tu vida, no hay una respuesta única, es ambivalente. Es la cara y la cruz».
A Eider Mendoza -candidata del PNV que le sustituye- le recomienda dos consejos. El primero, que constituya un equipo humano profesional y personal muy potente. «La clave de la gestión es constituir un equipo potente», asegura. Y también le da otra recomendación: uno se tiene que cuidar. «Es un trabajo muy exigente y uno tiene que saber guardar los equilibrios para que no se rompan», asegura.
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Del socio, PSE, con el que ha trabajado de aliado en las últimas dos legislaturas, valora sobre todo el compromiso de estabilidad política para Gipuzkoa. «La sensación de que tienes una mayoría absoluta detrás es fundamental, le da solvencia y le da muchísimo recorrido, más allá del nerviosismo que crece en los momentos electorales», sostiene. Olano vuelve al guión político.
Repasa también algunos buenos momentos. Destaca el proceso clave «sobre el que se ha asentado el modelo de cooperación con el tercer sector, de atención a las personas mayores», y cuyos cimientos se fijaron en la primera legislatura 2007-2011, que, según sostiene, hace que Gipuzkoa se convierta en una vanguardia en ese terreno.
También evoca lo que costó que Gipuzkoa comenzara a superar la sensación de atasco, no solo en el asunto de las carreteras, sino en las polémicas alrededor de Bidegi. Bucles permanentes. En 2016 se puso en marcha Etorkizuna Eraikiz, que cambió el modelo de gobernanza de Gipuzkoa, «intentando que en el territorio cambie la cultura política». Este movimiento, a su juicio, es un salto fundamental en la innovación política. «En algún momento se plantea cómo hacer frente a los populismos y a la desigualdad en el mundo». Es toda una respuesta a la crisis de las democracias liberales.
-¿Es un tema que le preocupa mucho?
-Ya desde 'Gipuzkoa aurrera' en 2015 hablábamos de una nueva cultura política. Todo un proceso de acercamiento de la Diputación a la sociedad. Pero el populismo me preocupa en especial. Es muy tóxico.
Tiene la sensación de que en Gipuzkoa no somos ya solo conocidos como la tierra de las 'estrellas Michelín', de los cocineros y los chefs, y que ser el escenario de la innovación empieza a atisbar un enorme potencial de cara al futuro. Olano se enfunda en el discurso político 'innovador' a la mínima. Es como un mantra que le atrae y le hace venirse arriba.
-Innovarse o morir...
-Somos conocidos por diferentes cosas. Recuerdo al Nobel Stiglitz pidiendo cuando estuvo aquí conocer el modelo de las cooperativas, el de Gureak, el modelo de inserción de las personas con discapacidad intelectual. Nuestras pymes son muy exportadoras. Por esa economía social somos muy conocidos en el mundo, mucho más allá de la gastronomía.
-¿Pero nos cuesta vendernos al exterior?
-¿Un poco? Nos cuesta muchísimo vendernos fuera. Yo hablaría de un territorio con dos características. Tenemos una sociedad con capacidad de autoorganizarse, incluso para la solidaridad. Pero al mismo tiempo tenemos una sociedad muy crítica y autocrítica, y eso es una dificultad porque estamos permanentemente siendo críticos y autocríticos.
Emerge de nuevo el Markel Olano analítico e intelectual, al que le gusta leer en papel, el que subraya con rotulador de color sus informes. El que disfruta cuando madruga, el que reconoce que «la humildad siempre viene bien, la arrogancia es mala en la vida». Eso sí, Olano asegura que «aunque somos disciplinados y trabajadores» en Gipuzkoa pesa una cultura jansenista de esfuerzo y sacrificio «y nos viene bien que haya reconocimientos externos de nuestros valores».
Olano apuesta por hacer un esfuerzo para que las nuevas generaciones conecten con esos valores. «Muchas veces los más veteranos mantenemos una actitud paternalista y no cedemos tareas y responsabilidades a los jóvenes», sostiene. El sol entra por la ventana. Un día de esta primavera tiene previsto recorrer el camino adaptado entre Arantzazu y Gomiztegi. «Un remanso de paz para todos», explica tranquilo. El café se ha quedado frío.
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