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Solo hay un futuro para las mujeres en el fútbol: romper todas las barreras. Y Gipuzkoa será el ariete en esa empresa, porque es el territorio de las pioneras. Un 20% de las licencias del fútbol en el territorio corresponden a mujeres, cifra de los países punteros a nivel internacional, y el reto que se marca la Federación Guipuzcoana es que esa cifra llegue al 25% en 2030. No falta tanto como parece, pero tampoco sería extraño alcanzar ese porcentaje antes de la fecha prevista. La cota del 25% estaba fijada para 2026 en los cuadros de planificación que se manejaban en los despachos federativos.
Es una máxima del deporte que de la cantidad sale la calidad y el futuro del fútbol femenino de élite está ante un momento de cambio total, sin marcha atrás. En breve, cuando las niñas que hoy forman la base vayan avanzado en la pirámide del fútbol hacia la élite, el salto de calidad, físico y competitividad va a dejar obsoletos los esquemas actuales, con futbolistas más rápidas, más fuertes, más técnicas y más habituadas a la competición que nunca hasta ahora.
En la última temporada completa, la 2023/24, de las 14.260 licencias del fútbol guipuzcoano 2.824 eran de mujeres. Esta temporada aún en marcha el número ha crecido. Los números dicen que si en el total la proporción es de 5 a 1, en la edad más joven, infantil, el ratio se reduce a poco más de 3 a 1. En cadetes, 4 a 1. Las matemáticas no opinan, muestran la realidad.
Leire Elizalde
Entrenadora y jugadora del Intxaurdi
En el caso de Gipuzkoa, lo más destacado es la estabilidad de las cifras. La participación de la mujer en el fútbol aumenta, pero es un crecimiento sostenido y, según todos los parámetros, sostenible. A finales de la temporada 2017/18, el porcentaje era del 17,31% frente al 19,8% del último cierre de temporada en verano de 2023. Se avanza con una base. En su día, el presidente de la Guipuzcoana, Manu Díaz, reconoció que «llegar al 20% es un logro de 40 años de trabajo de mucha gente».
Gipuzkoa es de las pocas federaciones que tiene dos niveles por categoría. Si en 2003 había 57 equipos de mujeres, en 2013 había 119 y ahora son 160, que forman una red tupida que va desde la Primera División hasta el infantil de fútbol 8, con 53 equipos.
El Intxaurdi de Donostia es un club íntegramente femenino. Leire Elizalde es jugadora y entrenadora y explica que «contamos con unas 250 jugadoras, desde la escuela hasta División de Honor. El Intxaurdi comenzó como club social en Intxaurrondo y ha ido evolucionando con el tiempo. Tenemos la escuela, cinco equipos infantiles, cuatro de fútbol 8 y uno del fútbol 11, varios cadetes, uno de honor, hasta llegar a los dos de Preferente, uno de ellos de honor».
En el Itxaurdi se nota de primera mano la evolución que está experimentando el fútbol femenino. «De unos años a esta parte nos vienen muchas chavalas, se animan. Quizá en nuestro club se encuentran más cómodas, encuentran un entorno amable para ellas. Antes se animaban jugadoras de forma individual, pero ahora es muy frecuente que nos vengan grupos de amigas que quieren jugar a fútbol».
Elizalde detalla que «antes había más entrenadores y desde hace bastantes años ya somos más entrenadoras. Todas somos o jugadoras o exjugadoras. Nos hemos formado –atiende a este periódico justo antes de entrar a un curso en Zubieta– para darles a ellas una buena formación, del mismo modo que la recibimos nosotras en nuestro momento. Nuestra prioridad es crear un entorno seguro para disfrutar, generar compañerismo y promover valores».
La entrenadora del Intxaurdi ve con claridad por dónde puede ir el futuro del fútbol femenino en Gipuzkoa. «Al haber más chavalas que vienen, eso se nota en el juego. Y al venir antes, también adquieren más nivel porque cuanto más jóvenes se inician mejor aprenden. De todas formas, en el club mantenemos equipos de diferentes niveles y no dejamos fuera a nadie».
Y destaca otro cambio importante que detecta en las más jóvenes. «Tienen más implicación, porque al entrar más pequeñas hacen grupo antes y se van apoyando entre ellas. En el deporte femenino, el abandono temprano es un problema común, pero construir estas amistades hace que sigan más tiempo, que les dé pena dejarlo».
Elizalde, además de jugadora y entrenadora, es fiel seguidora de la Real. «Es importante que haya referentes. Antes no se les veía tanto. Yo siempre acudía con mi padre a verles en Zubieta, pero no se les podía seguir por televisión. Que ahora exista esa posibilidad y que la Real femenina tenga una visibilidad cada vez mayor es muy importante, porque hace que las jóvenes se fijen en ellas. Les ven como referentes cercanos, no como a los chicos. Se ven más reflejadas».
Tiene esperanzas para el partido de hoy. «Ojalá puedan ganar, y allí estaré dando lo mejor de mí para apoyarles. A ver si entre todos conseguimos el objetivo de que se metan en una nueva final. Ellas estarán con enormes ganas de conseguirlo y todas tenemos gran ilusión. Ojalá podamos celebrar el pase».
Cada vez son más las niñas que se apuntan a la ola del fútbol, pero para conseguir la normalización dentro del deporte es importante también que la mujer gane espacios en los banquillos, en los despachos y en el arbitraje. Los datos de la Federación Guipuzcoana dicen que las cifras de árbitras y de entrenadoras están por debajo del 3%.
Leire Elizalde reflexiona en el sentido de que «los entrenadores masculinos tienen más o entre ellos que nosotras. Debemos crear más vínculos y construir más redes, porque es necesario que la figura de la entrenadora coja peso. Ahora en esta formación en Zubieta, hablando con otras entrenadoras veo que en el Intxaurdi al no tener equipos masculinos la preferencia somos nosotras, algo que quizá no pasa en otros clubes, con un equipo masculino por encima».
El trabajo de cantera es la columna vertebral del deporte en Gipuzkoa y el secreto de su éxito en multitud de disciplinas. El fútbol no es ninguna excepción y este trabajo cuenta con aún más importancia en el fútbol femenino, donde las nuevas generaciones llegan como una avalancha y toca gestionar todo ese talento desbordante. Las viejas barreras tiemblan. Van a seguir cayendo de forma inexorable.
La Real empató a uno en el partido de ida en Madrid. Igual que en el torneo masculino, los goles en campo contrario no tienen valor doble en caso de igualada, por lo que las realistas necesitan ganar para alcanzar la final. Si lo consiguen se enfrentarían al Barcelona, dado que las azulgranas ganaron al Athletic en Bilbao 0-3 y la remontada parece inviable. La vuelta se juega mañana (21.00 horas) en la capital catalana. Tanto el de esta tarde en Anoeta como el de mañana serán retransmitidos por ETB1. Quedan entradas para que Anoeta presente un aspecto de gala.
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