El vestuario trama su plan hacia la deseada final

Cumplen la premisa básica para afrontar cualquier desafío. Las jugadoras de la Real están unidas en torno a una convicción (la capacidad para competir contra una grande), una meta concreta (ganar al Atlético) y una ilusión (alcanzar la final de Copa) que requieren un guion de partido. Quedó trazado este lunes en el vestuario de Zubieta. Una selecta representación del equipo que este miércoles (18.30 horas) disputará en el Reale Arena la vuelta de la semifinal contra el Atlético, con jugadoras de todas las líneas, tramaba el plan para colarse en la ansiada final. Toda una confabulación contra la lógica deportiva de los favoritismos.

La «máxima concentración» es el hilo conductor de las opciones realistas, según aseguran la guardameta Elene Lete, las defensoras Emma Ramírez, Ana Tejada y Manuela Vanegas, la centrocampista Nahia Aparicio y la delantera Amaiur Sarriegi. La consigna es clara: tener los cinco sentidos en cada detalle del juego desde el primero hasta el último minuto de partido (contemplando posible prórroga y tanda de penaltis).

Desde el eje de la zaga se atisba con claridad el peligro rival. Ana Tejada es campeona del mundo sub-20, pero desvela que «acceder a una final con tu club es diferente que hacerlo con una selección, por eso estoy muy ilusionada». La riojana, de 21 años, desgrana las claves del duelo de este miércoles como lo haría la más experimentada veterana. A ella le corresponderá «estar muy concentrada y muy pendiente en sus delanteras. Tienen gente muy rápida que va bien al espacio. Trataré que corran lo menos posible. Estar encima para intentar cortarles la carrera. Si te mides en velocidad, muy probablemente acabes perdinedo porque son auténticas atletas. Con inteligencia también se pueden solventar situaciones. Es un partido que te cansa físicamente pero casi más mentalmente porque tienes que estar atenta todo el rato y hasta el final».

Le secunda en la idea la otra central, Manuela Vanegas, con la legitimidad de sus miles de horas de vuelo internacional. «Mi cometido será estar atenta a cada detalle y a cada situación del juego. Ellas tienen gente que va bien por arriba y una de mis fortalezas es neutralizar esos centros al área que buscan cabeceo. A partir de ahí, poner el foco en cada detalle y dar lo mejor en cada acción, disputando cada minuto como si fuera el último. Mantener la tensión y evitar que corran. ¿Cómo? A base de extremar la atención, de dar ese paso antes que ellas para anticiparse, de estar listas en las coberturas... Muy pendientes de todo».

Las dos centrales tendrán que asisitir a las laterales en su delicada tarea de parar a sus incisivas extremos. En el partido de ida, el flanco izquierdo del ataque del Atlético fue la mayor amenaza. Rasheedat Ajibade incidió una y otra vez por aquel costado, por donde se defendió con uñas y dientes Emma Ramírez. La catalana está preparada para otro examen. «Soy consciente de que tengo un papel complicado, aunque cuando no es Rasheedat es Ludmila y si no Eva Navarro. Son muy rápidas. Tenemos que estar concentradas, muy juntitas para llegar a las ayudas cuando una de ellas se va de su par. Cuesta defender a estas jugadoras pero estando concentradas y juntitas laterales y centrales, con garra y fuerza, podemos conseguir que hagan menos peligro de lo habitual. Yo salí contenta del partido de ida. Estuvieron bastante controladas dentro de lo que cabe».

Y para las veces que no se contiene el empuje rojiblanco, queda la guardameta. Elene Lete está concienciada para «cuidar cada mínimo detalles y evitar el mínimo fallo. Es el día para sacar de nosotras mismas lo que sabemos hacer, partiendo de que siempre hay que tener los cinco sentidos en el partido. Aunque llevemos el partido donde queremos, te llegan una y tienes que estar preparada».

La entidad del rival obliga a contemplar una buena defensa, pero la ambición de ganar lleva a articular también el ataque. El nexo entre las dos misiones lo encarna Nahia Aparicio, la todocampista tolosarra de 20 años que se encuentra en plena explosión de sus facultades. Su cometido será «ejercer una buena presión en lo defensivo y abarcar el máximo de campo posible. Lograr que no se giren las jugadoras y llevarlas a su campo. Y establecer mucha comunicación con las compañeras. Ir tú o ir yo. Coordinarnos en ese segundo puede evitar un gol».

Nahia mira también hacia arriba. «Será importante salir jugando el balón. Querer tener mucho el balón. En Anoeta, además, habrá espacios para jugar. Aunque suframos defensivamente, debemos tener personalidad para salir con el balón jugado y generar ocasiones».

Para materializarlas estará con la caña preparada Amaiur Sarriegi, autora de los dos últimos tantos del equipo. La donostiarra aspira a «dar continuidad a la dinámica que llevo. El gol contra el Barcelona no ayudó mucho pero siempre viene bien a una delantera. Buscaré hacer mis aportaciones en las jugadas de ataque y marcar las que tenga. Además, habrá que ayudar en lo defensivo para no dejarles desplegar su mejor fútbol».