De Sevilla a la eternidad
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La Real con un gol de Oyarzabal tras penalti a Portu hace historia al conquistar su tercera Copa del Rey con merecimientoEl fútbol nos debía una. Y muy grande. Han sido muchas las lágrimas derramadas por el camino hasta hallar la felicidad más absoluta. Aquí mismo ... en Sevilla hace 41 años la gloriosa Real Sociedad de los ochenta perdió una Liga que mereció más que nunca. Después llegaría aquella injusta eliminación en Hamburgo que le privó de jugar la final de la Copa de Europa. En el Bernabéu en 1988 también hubo que llorar amargamente, así como en Vigo en 2003 cuando se volvió a escapar otra Liga que debió ser txuri-urdin. Hace dos meses en Córdoba las lágrimas de Oyarzabal contra el Barcelona fueron las de toda Gipuzkoa. Aquella amargura es ahora felicidad tras volver a sentir esa sensación de ser campeones 34 años después.
La generación perdida, esa que por debajo de los 40 años no había visto a la Real levantar un título, ya puede presumir orgullosa de que aquellas historias que les contaron sus aitas, aitonas y amonas eran tan reales como la vida misma. Las gestas de los Arconada, López Ufarte, Zamora y compañía hoy las escriben los Oyarzabal, Merino, Zubimendi, Zubeldia, Portu... Porque sin darse cuenta, en Sevilla han traspasado la puerta de la historia y se han convertido en inmortales.
Pasarán años, décadas, siglos y todos sabrán que un 3 de abril de 2021 la Real Sociedad se proclamó campeón de Copa tras ganar todos los partidos de la competición. Como sabemos que Simons, McGuinness y Sena fueron los goleadores del primer título en 1909 sin necesidad de haber coincidido en la misma época. Porque a las leyendas se les conoce por sus hazañas. Y este grupo con Imanol Alguacil ha puesto patas arriba Gipuzkoa entera.
El triunfo del buen fútbol. Los dos equipos fueron fieles a su estilo y respondieron a lo que se esperaba de ellos. Y ahí se impuso la Real con merecimiento, en un partido igualado pero en el que siempre llevó la iniciativa. Los números no dejan lugar a la duda: 57% de posesión, 334 pases frente a 220... Hasta en faltas superó a su rival -22 frente a 15-, lo que terminó de desequilibrar el duelo, porque se sabía que si igualaba la agresividad e intensidad del Athletic tendría mucho ganado. Como así fue.
Además del triunfo del buen fútbol, fue también el triunfo de la deportividad. Digno de resaltar el comportamiento de los jugadores del Athletic aplaudiendo a los realistas cuando recogieron el trofeo y la felicitación de Iñigo al propio Aperribay. Ha tenido que llegar la primera final entre los dos equipos hegemónicos vascos para acercar sentimientos y darse cuenta de que es más lo que nos une que lo que nos separa. Y la actitud rojiblanca en la derrota fue intachable.
Mucho respeto de inicio. Un partido de tanta trascendencia debía tener un arranque pausado, porque nadie quería dar ventaja al rival y cometer un error que le obligase a nadar contra la corriente. Por eso, las precauciones para evitar pérdidas en zonas delicadas fueron la tónica del primer acto. La Real buscaba los envíos en largo de los laterales Gorosabel y Monreal para la velocidad de Isak, mientras que el Athletic intentaba estirarse también por banda buscando un dos contra uno de Yuri y Muniain contra Gorosabel. Pero era más teoría que práctica, porque en realidad nadie llegaba con peligro al área.
Athletic
Unai Simón, De Marcos, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri (Capa, min. 93), Berenguer (Villalibre, min. 76), Dani García (Vesga, min. 76), Vencedor (Unai López, min. 68), Muniain, Raúl García y Williams.
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Real Sociedad
Remiro, Gorosabel (Aritz, min. 93), Zubeldia, Le Normand, Monreal, Silva (Guevara, min. 85), Zubimendi, Merino, Portu (Barrenetxea, min. 88) Isak (Carlos Fernández, min. 88) y Oyarzabal.
gol: 0-1: min. 63, Oyarzabal, de penalti.
árbitro: Xavier Estrada Fernández (Comité catalán). Amonestó a Dani García e Iñigo Martínez, del Athletic, y a Merino, de la Real.
incidencias: Final de la Copa del Rey 2019-20 disputada en La Cartuja a puerta cerrada. Asier Illarramendi levantó el trofeo como capitán de la Real Sociedad a pesar de no jugar.
La Real tuvo unos buenos momentos en la primera parte cuando Zubimendi dejaba la posición de cuatro para irse a la de ocho y Merino caía atrás. Ello le permitió romper la presión rojiblanca y atacar de cara, casi siempre con la complicidad de Silva, al que Portu vaciaba el espacio metiendo hacia adentro a Yuri para atacar su espalda. La solución a esa continuidad de movimientos era la aparición de una autopista por la derecha para que se incorporase Gorosabel con peligro.
Los centros de Gorosabel. La primera arrancada del arrasatearra fue en el minuto 18 después de que Silva atrajese a Muniain por dentro y liberara después el pase en profundidad. Su centro bien tocado no pudo conectarlo Isak ante Yeray. A continuación volvió a sucederse otro envío del lateral desde parecida posición, aunque en esta ocasión Unai Simón fue el que blocó el balón ante la amenaza del remate de los delanteros blanquiazules.
Esa jugada táctica por el perfil derecho daba réditos, al menos para acercarse con cierta intención al área. La tercera vez que entró Gorosabel fue tras una combinación entre Silva y Zubimendi que este aprovechó para conducir y tener pase liberado. Con Isak amenazando a los centrales, el Athletic volvía a encontrarse incómodo en esos despejes forzados de espaldas a su portería.
Mientras tanto, la gran baza rojiblanca era la estrategia. En apenas tres minutos llegó dos veces con peligro en un saque de banda y en un golpeo largo de Unai Simón. En la primera ocasión De Marcos centró al segundo palo pero Gorosabel defendió bien el remate de Muniain despejando a córner. En la segunda fue Iñigo el que ganó el duelo aéreo en zona de tres cuartos y soltó un zapatazo desde lejos con la derecha al que Remiro respondió con una buena mano izquierda para prolongar por encima del larguero.
Intensidad La Real, que hizo más faltas que su rival, igualóal Athletic en intensidady le impidió maniobrar
Espacio Portu fue el mejor puñal para atacar la espalda de la defensa rojiblanca con una jugada determinante
Confianza Oyarzabal no se arrugó desde los once metros para poner su sello en la historia del club
La profundidad de Portu. Tras el descanso la Real dio un paso adelante para tratar de llegar al gol. No se había cumplido un minuto y un centro de Oyarzabal fue interceptado por Iñigo con la mano cerca del área. Se revisó en el VAR el posible penalti pero finalmente se señaló la infracción fuera. Era el primer aviso.
Al borde de la hora de juego Merino fue el más listo de la clase para interceptar un pase interior de Yeray y convertirlo en un envío a la espalda de la defensa rival para que Portu corriera con su puñal. Iñigo le derribó en penalti y Oyarzabal no perdonó desde los once metros pasando a sentarse a la misma mesa que Zamora y Arconada en la historia del club.
La Real, campeona de Copa
Después la Real gestionó el paso de los minutos como el equipo más veterano del mundo. Apenas se jugó algo en la media hora final, principalmente porque Imanol reforzó la primera línea de presión dando entrada a Guevara, Carlos Fernández y Barrenetxea y el Athletic no pudo fabricar ninguna jugada de ataque. Con el pitido final se desbordó la emoción. La Real era campeón. ¡Qué felicidad!
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