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Líder. Gattuso fue uno de los referentes de la selección italiana que ganó el Mundial de 2006 en Alemania. AFP

Gattuso, la furia calabresa

Un clásico. El exjugador, simbolo del gran Milán y campeón del mundo en 2006, es el jefe de un Nápoles que juega con su misma intensidad

Eneko P. Carrasco

San Sebastián

Jueves, 29 de octubre 2020, 07:10

Cuando vi jugar a Andrea Pirlo me pregunté si tenía que cambiar de profesión». Esta es una de las tantas frases que ha dejado para el recuerdo Gennaro Ivan Gattuso (Corigliano Calabro, Italia 1978), el entrenador de un Nápoles que visita esta noche el Reale Arena. El calabrés, con su tambor, y Pirlo, con su violín, lideraron al Milán de la primera década de siglo que levantó dos Champions League (2003 y 2007) y varios títulos en Italia. Pero de eso ha pasado ya mucho tiempo.

Siete años después de colgar las botas, hoy es el técnico de uno de los mejores equipos de Europa, con el que ganó la Coppa de Italia este año y con el que pretende instalarse en la élite de los banquillos. Apodado como 'Ringhio' –gruñido en castellano– por sus famosos gritos y su carácter volcánico dentro del terreno de juego, Gattuso no ha cambiado un ápice ahora que ve los toros desde la barrera: sigue siendo un caballo desbocado.

Alguien que le conoce bien es Javi Moreno (Silla, 1974). Jugaron juntos en el Milán de la 2001/02, y el ex del Alavés solo tiene palabras de elogio para su viejo amigo: «Era mi vecino, qué tío. ¿Malas pulgas? ¡Pero si era un chaval fenomenal y una bellísima persona!». El ariete valenciano destaca que «Gattuso estaba siempre ayudando a todo el mundo. Fue un placer conocerle y jugar con él», y agrega que «es verdad que tenía mucho carácter en el campo, pero fuera de él era muy amable. Me llevaba muy bien con él. No me sorprende verle entrenando ahora, ya se le veía que tenía mucha personalidad para llevar a cualquier equipo».

Esa personalidad y ese ímpetu en el verde, unido a una notable capacidad para saber leer los códigos del juego, le hicieron brillar en uno de los mejores equipos que ha habido en Europa en los últimos 40 años. El centrocampista calabrés era el perro de caza que permitía que Pirlo, Seedorf y Kaká, los artistas de aquel gran Milán, pudiesen dibujar las jugadas que brotaban de sus privilegiadas cabezas. Pero Gattuso, con una habilidad infinitamente inferior para jugar a fútbol, era igual de importante que ellos.

Erasmus en Escocia

Antes de convertirse en un símbolo del conjunto 'rossonero', el calabrés era una joven promesa del rugby. Llegó a ir convocado con la selección sub-17 de 'La Nazionale'. Su estrecha relación con el balón oval le ayudó a convertirse después en uno de los centrocampistas defensivos más correosos que se recuerdan. Duro como una piedra y resistente como un fondista africano.

Esa capacidad para chocar con cualquier rival y salir casi siempre indemne –a pesar de su estatura, 1,77 metros– la perfeccionó también en su paso por el Glasgow Rangers, donde estuvo una temporada. 'Ringhio' vivió en sus carnes la dureza extrema del fútbol escocés de los años 90. Una sola campaña allí le ayudó a ganarse el billete de vuelta a Italia. El resto es historia.

Su experiencia en los banquillos no es amplia y ha estado llena de altibajos y polémicas. En siete años de carrera como entrenador Gattuso ya ha dirigido a seis equipos, y salió rebotado de cinco de ellos por distintos motivos. Y es que él mismo ha reconocido que no es un tipo sencillo y que pierde los nervios con facilidad.

Esta noche será el líder de un vestuario al que llegó para relevar en el cargo a su antiguo maestro, Carlo Ancelotti. Un movimiento que pilló por sorpresa a toda Italia. De momento ya ha ganado un título en 10 meses, pero 'Ringhio' siempre quiere más.

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