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La Real, que se ha quedado en dieciséis partidos de esta Liga sin marcar, no merece ir a Europa. Podrá ganar o no en el ... Metropolitano y mejorar en los cuatro partidos que quedan, pero lo cierto es que en la temporada en la que más barato está el objetivo que otros años tanto costó, no está a la altura. El derbi de este domingo fue como para que hubiese otro apagón. Ni el agur de Imanol encendió esa chispa en un equipo que ahora mismo no transmite ni engancha. Pocos aficionados se quedaron a despedir a los suyos mientras que en la bancada contraria el grito al unísono era de «sí se puede». Había que ganar los tres partidos de casa y el equipo de Imanol no fue capaz de superar a Unai Simón. Mucho tienen que cambiar las cosas en estas tres semanas como para que el equipo quede entre los ocho primeros, y eso que los rivales por Europa, al igual que la Real, fallan y fallan dando siempre una oportunidad más. Hasta que los números no den y no quede más remedio que claudicar y bajar los brazos. Fue el derbi más soso y en el que menos cosas pasaron que se recuerde.
No hay palabras para describir la primera parte de la Real porque no pasó absolutamente nada. El primer acto del derbi fue imperdonable, y ya no solo porque no se creara ni una sola ocasión en la meta que defendía Simón. Tras caer estrepitosamente en Gasteiz con anuncio de Imanol incluido, el derbi era la última bala para cambiar de dinámica. No lo demostraron sobre el verde tras unos cuarenta y cinco minutos soporíferos. ¿Cuántos pases se pudieron dar Jon Martín y Aguerd sin avanzar ni un solo metro? El Athletic, que venía de donde venía y pensando, porque ellos sí tienen esa mentalidad, que pueden remontar un 0-3 al Manchester United, no podía estar más cómodo. Si fuese un problema puntual tendría perdón, pero los últimos partidos de la Real fueron exactamente igual que la primera mitad de ayer.
Real Sociedad
Remiro; Traoré (Aramburu, m.74), Aihen, Aguerd, Martín; Zubimendi, Marín, Brais (Luka Sucic, m.62); Kubo (Sheraldo, m.82), Oyarzabal y Gómez (Barrene, m.62).
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Athletic
Simón; Gorosabel, Vivián, Paredes, Lekue; Prados (Vesga, m.74), Galaxy(Jauregizar, m.62); I. Williams (Djaló, m.62), Unai (Adama, m.82), Berenguer; y Guruzeta (Maroan, m.62).
Árbitro: Soto Grado, del comité riojano, asistido en las bandas por Carlos Álvarez y Becerril Gómez. Pizarro Gómez fue el árbitro VAR. Amonestó a Marín en la Real y a Berenguer y Gorosabel en el Athletic.
Incidencias: 36.058 espectadores en Anoeta. Bonito homenaje en la entrega de insignia de oro y brillantes a Alberto, Rekarte, Aranzabal y De Paula. Un aficionado ubicado en la tribuna principal tuvo que ser evacuado en camilla al sentirse indispuesto.
Zubimendi, errático en cada o con el balón, no tenía el control del partido. Tampoco Brais y Marín se movían cuando los centrales acaparaban las miradas. El único que propuso algo diferente fue Kubo, aunque sin la lucidez de sus mejores noches. Las dos únicas acciones y salvables que se llevaron a la boca los aficionados fueron dos pases verticales a la espalda de Vivian y Paredes. En el minuto 1 Oyarzabal remató alto cuando había que probarlo y Sergio no empaló otro cuero suelto. Había que saltar a comerse el césped y no parar de intentarlo, pero no hubo ni siquiera arreón. Tampoco Imanol, en su último derbi, se vio demasiado activo dando instrucciones. Más bien asqueado por no encontrar soluciones. El Athletic quiso correr aprovechando varias pérdidas realistas, pero ni Williams ni Berenguer fueron lo suficientemente punzantes. Los dos equipos se anularon. El problema es que los rojiblancos tienen la Champions en el bolsillo y la Real se jugaba la temporada y el objetivo más importante de todos sin parecerlo.
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El partido requería de un cambio inmediato, pero Imanol esperó quince minutos para introducir las primeras modificaciones cuando estaba claro que el plan de partido no estaba funcionando. Si el juego posicional que le llevó a la gloria no funciona, es hora de buscar algo diferente. Barrenetxea y Sucic podrían ser buenas armas como para generar peligro, pero lo cierto que retirar a Brais, que tampoco está para echar cohetes, mejoró al equipo. Que el interior que más guste e Imanol sea ahora mismo Marín dice mucho de la situación actual. Un remate de Kubo con la derecha hizo sudar a Simón palmeando el cuero a córner, mientras que la presión alta que intentó el equipo solo tuvo premio una vez. Marín estuvo genial en el robo, mal en la ejecución del tres contra dos.
El balón parado volvió a ser el único arma posible, y eso que Jon Martín, imperial por arriba en el resto del campo, no pudo quitarse de encima a sus defensores. La tuvo la Real en un córner bien sacado por Sergio, que le puso la pelota en la cabeza a Brais. El gallego metió la testa con intención, pero sin la potencia requerida teniendo en cuenta que enfrente estaba un portero campeón de Europa. Kubo dispuso de una más, su jugada fetiche. Balón del lado izquierdo, superioridad en la derecha. Control hacia dentro, disparo al palo contrario.
Que va, esta Real no tiene la verticalidad suficiente como para ganar en la actualidad. Y hubo que dar gracias de que un balón largo para Maroan volviera a demostrar que Jon Martín va a ser un central de época. El delantero tenía todo a su favor, pero el lasartearra zanjó la jugada con un tackle perfecto. Increíble que no haya jugado más. Al menos, la dirección de fútbol ya sabe que hay que construir la defensa sobre él. Un punto insuficiente y ya solo quedan doce por disputar. Esto se acaba.
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