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Martín Lasarte sonríe en el banquillo de Nacional de Montevideo, equipo al que ha dirigido hasta marzo por tercera ocasión. Nacional
Martín Lasarte | Exentrenador de la Real Sociedad

«Siempre me llamó la atención la cantidad de gente que había el día del ascenso»

El artífice del equipo que devolvió a la Real a Primera recuerda «la sonrisa y la alegría» de aquel día: «Fue tan disfrutable, tan bonito»

Iker Valverde

San Sebastián

Domingo, 8 de junio 2025, 00:04

«No se desunan, juntos pueden lograr grandes cosas». El grito todavía retumba entre las paredes de Anoeta. Martín Bernardo Lasarte Arrospide (Montevideo, 1961), artífice de uno de los hitos más importantes de la historia reciente del club, recuerda desde Montevideo el ascenso del que el viernes que viene se cumplen quince años, con la satisfacción de haber dejado a la Real en el sitio que merece.

- ¿Cómo le ha ido desde que salió de la Real?

- Muy bien. Ha sido una etapa muy buena. Estoy con salud, en familia, esas cosas que a veces uno pospone y que por suerte hoy estoy disfrutando. Después de la Real estuve un periodo ahí para seguir trabajando en España. Se coqueteó con algún equipo que no se concretó y surgió un tema en Chile. Y un poco planté bandera ahí. Trabajé en equipos importantes: la Universidad Católica, la Universidad de Chile y la selección chilena. Luego me fui al Al-Ahli de Egipto y volví a Nacional de Montevideo hasta hace tres meses. Ahora estoy tranquilo, disfrutando, pero todavía no cante la zurra. Estoy esperando a que aparezca alguna otra opción. Pero no lo tengo claro aún.

- ¿Qué le apetece?

- Tiene que ser algo que me movilice un poco. Que me apasione, que me guste. He sido bastante trotamundos y no tengo preferencias de ningún lugar. Tiene que ser un equipo con objetivos interesantes, de una ciudad que me guste.

- Viajemos al pasado. ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando recuerda el ascenso de la Real en 2010?

- Lo primero sería, no sé cómo explicarlo, la alegría. La sensación de liberación por aquello que parecía tan difícil, casi imposible, un año antes y que un año después se había concretado. Costó mucho, no vamos a decir que no costó. Fue tan disfrutable, tan bonito. Recuerdo mucho la sonrisa y la alegría de ese día. Otra cosa que siempre me llamó la atención fue la cantidad de gente que había ahí. No era solo un estadio lleno, sino que había 10.000 o 15.000 personas fuera. Era como una bomba de energía, de gente que estaba deseando que se concretara. Todo eso ayudó mucho a que ocurriera lo que finalmente ocurrió.

- ¿Sentían que o era ese año o no sería nunca por la situación económica del club?

- Lo que pasa es que yo no estaba tan contaminado porque venía de fuera, más allá de que conocía perfectamente la situación. Mi padre era de Andoain y mi familia estaba ahí. De todas maneras, yo recuerdo que en la primera rueda de prensa dije: 'Nosotros tenemos una bala sola, no tenemos un cargador completo. Lo tenemos que asaltar'. El tema económico era complicado y pensábamos: 'Nos gusta este, nos gusta aquel, pero ¿cómo lo traemos?' Nos planteamos unos objetivos y se fueron cumpliendo. Yo creo que en la medida que fuimos recorriendo el camino todos estábamos con mucha confianza en conseguirlo.

- ¿Le dio tiempo de disfrutar durante el año con esa sensación de una sola bala que comenta?

- Yo creo que con el pitido final del árbitro uno larga todo, pero fue un recorrido bonito. A partir del partido que ganamos en Soria, contra el Numancia, el equipo cogió una marcha diferente y no la abandonó. Después, como todos, ganamos algunos partidos y perdimos otros, pero en líneas generales el equipo siempre se comportaba bien, con mucha casta. Nosotros cogimos el primer lugar y no lo abandonamos más, no recuerdo en qué fecha fue, pero ahí nos quedamos todo el torneo. Al final uno tiene que aprender a disfrutar también el durante y en mi caso yo disfrutaba del día a día.

- Hay quien dice que la aparición de Griezmann salvó al club.

- No te sabría decir eso, yo no lo puedo decir. Imagina la cantidad de años en los que habrá tenido problemas la Real y la cantidad de jugadores que ha generado, y sigue generando. Señalar solo a Antoine sería injusto con muchos jugadores. No obstante, es evidente que la aparición de Antoine fue extraordinaria y muy importante. Además, el objetivo principal era el ascenso y, para mí, siendo campeón. No era lo mismo ascender no siendo campeón. Pero entre los objetivos secundarios, que los trazamos con Aperribay, estaba impulsar la cantera. Teníamos un equipo con un porcentaje altísimo de jugadores que habían nacido en el club. Lo de Antoine iba como anillo al dedo. Era el que estaba escondido ahí y él mismo se encargó de darle vuelta a la historia.

- Ha hablado del día de Soria. ¿Qué otros partidos o momentos fueron claves en el ascenso?

- Los partidos que se jugaban en el mediodía, que empezó siendo algo medio incómodo y terminó siendo fiesta. La gente iba al campo, ganábamos, y a comer y a disfrutar. Pero recuerdo un partido en Anoeta ante el Cádiz, que había nevado, pero el cielo estaba celeste. Fue preciosa la victoria. Antoine incluso se tiró en la nieve en un gol. Me acuerdo mucho de ese día. Hay otro partido que no ganamos, pero empatamos en Vallecas. Fue un partido bueno que fuimos perdiendo, y remontamos. Volvimos a dar una sensación buenísima, siempre me acuerdo de ese partido contra el Rayo de Pepe Mel. Tenían chances de pelear por el ascenso y a partir de ese día quedaron apegados.

- Llegamos al día del Celta en Anoeta. ¿Cómo recuerda aquel día completo?

- No tengo un recuerdo completo, pero sí sé que estaba con mucha inquietud. Traté de que todos los detalles estuvieran bien. Habían dejado algo preparado para el pospartido, por si salía todo bien. A mí es algo que no me gusta, creo que es un condimento peligroso. Preparamos alguna cosa antes, sin que nadie supiera, con Roberto Navajas (entrenador de porteros). Hicimos algunas fotos y habíamos mandado imprimir algunas frases, muchas de ellos o de sus familiares. Hace no mucho miraba algunas fotos que estábamos como críos, incluido yo, tirándonos o haciendo la rueda y ofreciéndola a la gente, que no se iba del campo. Fue bonita la comunicación con la gente después del partido.

- Quince años después, toda la afición recuerda su «no se desunan». ¿Por qué sintió que era importante ese mensaje?

- La gente estaba con el equipo. Iba más que nada por una suerte de algo general. Había habido algunos inconvenientes hacia uno o dos años a nivel dirigencial. Siempre había como algunos comentarios y algunas cosas que iban y venían. Yo no me meto en el tema porque no me corresponde pero sí entendía que la única manera de que un club como la Real, de una ciudad espectacular pero pequeña, con una historia preciosa y unas bases puntuales muy particulares, necesita de ese apoyo incondicional. Yo creo que para conseguir jugar Champions y Europa y todo lo que se ha conseguido o es necesaria esa unión y me salió aquello para involucrar también a la afición y hacerla sentir que estaba con nosotros.

- Después entrenó al equipo un año en Primera y lo mantuvo. ¿Por qué no siguió más allá?

- Hicimos una buena primera vuelta, terminamos yo creo que novenos o décimos, pero la segunda vuelta fue más complicada, aunque le ganamos al Barcelona en uno de esos partidos que uno piensa que no va a ganar y esos tres puntos nos dieron mucho aire. Entiendo y respeto que el club tenía que apuntar hacia otro método, hacia otro discurso. Siempre dije que por encima del entrenador yo quería que al club le fuera bien. Cuando uno es feliz en un lugar es triste tener que marcharte pero lo entendí y siempre me alegré de las cosas que le han ido ocurriendo a la Real a lo largo del tiempo.

- ¿Mantiene el o con Aperribay o con los jugadores que entrenó en la Real?

- A Jokin le he mandado mensajes o le he llamado cuando fueron ocurriendo cosas de las que habíamos hablado como jugar Europa o algún coqueteo en la Copa. También en situaciones delicadas de fallecimiento de algún familiar o alguna cuestión así. Con los jugadores para felicitarlos por la carrera que hicieron o para destacarles algún hecho puntual. Antoine, por ejemplo, estuvo aquí en Uruguay en 2018 o 2019, pero justo el día que él llegó yo me marchaba y no lo pude ver. Sobre todo mantengo o con mi ayudante Alberto Iturralde, con el delegado Juantxo Trecet y con el fisio Josu Busto. Nos escribimos de vez en cuando porque la verdad que tuvimos un grupo humano extraordinario en la Real.

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