David Zurutuza es el invitado de lujo en la expedición a Córdoba. El club ha tenido un bonito detalle con él, ya que la ... pasada temporada formó parte del equipo que se clasificó para la final de Copa y se ganó el derecho a jugar la Supercopa. Al contrario que muchos futbolistas, disfruta tras haber colgado las botas. La familia y el deporte ocupan su tiempo, tal y como confiesa en esta entrevista que concede a DV al pie de la Mezquita.
–¿Cómo le va la vida?
–Estoy feliz. Ahora vivo a otro ritmo. Antes del confinamiento tuvimos al segundo hijo, Martin, y ahora estoy ejerciendo de aitatxo. Con Maia, la mayor, me tocó siendo futbolista y notas que no le puedes dedicar tanto tiempo.
–¿En qué reparte el tiempo?
–A la mañana tengo un rato para mí, que dedico a salir a correr o darle al pádel. Carlos Martínez me dijo un día para ir a jugar y me he enganchado. Son pequeñas cosas que antes no podía hacer y ahora las valoro mucho. Al mediodía voy a casa para coger al pequeño y la tarde estoy con la familia.
–Cuando dice que está feliz parece que no lo fue durante su etapa como futbolista...
–Sí que lo fui. Jugar en la Real fue increíble, pero ahora también estoy disfrutando mucho de la vida. El último año se me hizo muy duro. Llevas mucho tiempo haciendo lo mismo y mentalmente lo acabas acusando. Físicamente también, porque el fútbol es o y pasa factura al cuerpo. Yo arrastré problemas en los tobillos y no terminé de recuperarme.
–Da la sensación de que se ha quitado un peso de encima...
–No sé si es así, porque quitarse un peso de encima tiene una connotación negativa y no era mi caso. Pero sí que es verdad que ahora vivo con otra tranquilidad. El fútbol es muy exigente y la gente ve solo lo bueno, pero también hay muchas pequeñas cosas a las que tienes que renunciar que a mí ya me apetecía disfrutarlas.
–¿Como por ejemplo?
–Lo que te he dicho. Jugar a pádel con los amigos, ir al parque con los niños sin pensar que mañana hay entrenamiento fuerte y llevo mucho rato de pie, sentarme en una terraza y tomarme unos calamares... Sé que los futbolistas somos unos privilegiados pero también quería hacer las cosas normales que hace todo el mundo.
–¿...?
–También estoy haciendo surf. Cuando era chaval solía ir a la playa de Hendaia a coger olas y ahora he vuelto. Los compañeros del equipo me regalaron para mi cumpleaños, que coincidió con el partido del Wanda en el que nos clasificamos para Europa, una tabla de surf y suelo ir a la Zurriola. Ahora no me meto tanto porque el agua está fría y tengo pendiente de comprarme un neopreno más gordo, pero la sensación de coger una ola es una pasada.
«Por la mañana salgo a correr o a jugar a pádel, y a la tarde estoy con la familia; tuvimos al segundo hijo antes del confinamiento»
«Daría mucho por poder jugar esta Supercopa o la final de Copa, es algo que ocurre pocas veces y hay que aprovecharlo»
–Siempre quiso pasar desapercibido, ¿lo ha conseguido?
–Totalmente. Por ponerte un ejemplo, hace varios meses que no firmo un autógrafo ni me piden una foto. Dejas de estar en los medios y pasas a un segundo plano. Y eso que no llevo mucho tiempo retirado...
–Hay futbolistas que acusan el aterrizaje a la vida normal. En su caso ha sido al revés...
–Es que estaba necesitado de desconectar del fútbol, sobre todo mentalmente.
–¿Se arrepintió alguna vez de ese último año que firmó y en el que apenas jugó?
–No. Hice lo que me decía la cabeza en ese momento y no me equivoqué. Luego las cosas salen como salen. También tenía la intención de conocer otro fútbol y salir al extranjero, más por espíritu aventurero que por otra cosa, pero al final me decidí por terminar mi carrera en la Real. Empecé en pretemporada con molestias y no le di la vuelta.
–Tiene pendiente despedirse de los aficionados sobre el césped de Anoeta...
–Las cosas han venido así y así hay que tomarlas. En mi cabeza me despedí de ellos en la rueda de prensa que di al acabar la temporada, en la que expresé lo que sentía. Me fui muy satisfecho. La gente puede ver lo malo del último año, pero yo siempre diré que tuve la despedida soñada, con ese gol de Januzaj que nos metió en Europa al final. ¿Qué más puedo pedir?
–O sea, que el año no fue tan malo...
–Fue diferente. Lo viví desde una perspectiva nueva, porque estaba dentro del grupo y no jugué mucho. Pero conseguimos llegar a la final de Copa, ir a Europa... Aprendí un montón.
–¿Cómo ve a la Real esta temporada?
–Le veo muy bien. Cada vez tiene mejor asimiladas las ideas de Imanol, aunque tantos partidos han pasado factura y quizás nos falta algo de frescura. Más que física, quizás mental. En el fútbol lo que juega es la cabeza. Sobre todo en esta situación de Covid y con tanto protocolo. Disfruto mucho viendo a esta Real y me siento muy identificada con ella.
–En su carrera le ganó varias veces al Barcelona en Anoeta, ¿cómo ve este enfrentamiento de ahora?
–Esta Real está capacitada para ganar al Barcelona. A un partido puedes vencer a cualquiera. En el sorteo de la Supercopa yo quería al Barcelona y no al Real Madrid. Creo que su estilo se adapta mejor a la manera que tenemos de jugar. Si logramos quitarle el balón es un equipo que sufre sin él, y a lo mejor el Madrid no lo hace tanto porque se encuentra más cómodo defendiendo. Mi experiencia como jugador me dice eso.
–¿Cuánto hubiera dado por disputar un título como ahora o esa final pendiente de Copa en abril?
–Mucho. Jugar la Supercopa o la final de Copa es algo que vemos todos los años en la televisión pero que en la Real ocurre pocas veces. Hay que aprovecharlo, porque nos hemos merecido estar aquí.
–La oportunidad de su generación estuvo en aquella semifinal de 2014 que chafó González González...
–Yo no tengo muy buena memoria, pero me acuerdo muchas veces de aquella jugada de Vela con Mascherano en el Camp Nou. Fue decisiva. Encima nos expulsaron a Iñigo. Ahí fue cuando más cerca estuvimos de llegar a una final. A ver si ante el Barcelona lo conseguimos y el domingo estamos en Sevilla.
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