Secciones
Servicios
Destacamos
La constancia en la retirada de piedras de la playa de Ondarreta da sus frutos. Aunque cada año cuesta más extraer los cascotes, el aspecto ... que muestra la playa no ofrece dudas al respecto. En los últimos cinco años, la superficie ocupada por los escombros se ha reducido en más de un 80%, según un informe del Departamento de Mantenimiento Urbano de San Sebastián.
Con el fin del verano llega el momento del balance del operativo que cada año se encarga de retirar los cascotes de la playa de Ondarreta. No es descartable que durante el otoño y el invierno vuelvan las máquinas puntualmente al arenal si en un determinado momento aparecen un volumen significativo de piedras, pero el verano es el momento más propicio para estas tareas, según explica el concejal de Mantenimiento, Miguel Ángel Díez (PSE).
Este año el dispositivo se puso en marcha el 1 de julio, aunque realmente no entró en faena hasta la tercera semana del mes. Unas «mareas vivas con oleaje» a finales de mayo, «raras en esta época», transportaron mucha arena desde la parte alta a la baja de la playa y enterraron bajo este sedimento las piedras que afloraban en la orilla. La caprichosa dinámica marina jugó en sentido contrario en septiembre, un mes en el que suelen aparecer menos piedras. «Tras dos meses con una menor cantidad de escombros», una duradera encalmada en la parte final del verano hizo aflorar los cascotes con lo que «empeoró la situación para el de la playa» y la mejoró para el servicio de retirada.
El balance final a 30 de septiembre recoge una extracción de 3.250 toneladas de cascotes mezclados con arena, un total de 197 camiones llenos de piedras que llevaron el material hasta la empresa de reciclaje Ekotrade (Astigarraga). Los escombros se convierten en material de construcción, pero la arena adherida es escrupulosamente separada, secada y transportada de nuevo a Ondarreta. Las tareas de devolución de la arena a la playa comenzaron el 24 de agosto y se prolongaron durante 10 días. «Todo el operativo ha sido supervisado por el Departamento de Costas», añadió Díez.
El proceso de reciclaje permitió devolver a la playa 837 toneladas de arena que había salido de Ondarreta pegada a las piedras.
El informe concluye que «la superficie media de afloramiento y la superficie máxima de ocupación de las piedras va de año en año reduciéndose» y la situación este año «ha mejorado en la línea de los últimos años». Los datos así lo constatan. Si en el verano de 2016 la superficie máxima de ocupación de las piedras en Ondarreta fue de 20.462 m2, este año la 'mancha gris' máxima, alcanzada el 6 de septiembre, se ha quedado en 4.087 m2, lo que supone una reducción del 80,02%. Todos los años se reduce un poco la superficie máxima y también la superficie media que ocupan las piedras, que este verano se ha quedado en 1.735 m2 cuando hace un lustro era de 15.325 m2 (-88,67%).
El informe reitera las conclusiones ya apuntadas durante los dos primeros meses del verano. Cada año hay menos piedras, aparecen más tarde y son cascotes de menor tamaño. Si bien los trabajos de retirada de escombros en 2017 comenzaron en mayo, en 2018 lo hicieron en junio, en 2019 a principios de julio y durante los dos últimos veranos se han iniciado en la tercera semana de julio. El arranque del dispositivo y su variable activación no se produce hasta que no aflora un volumen significativo de piedras que justifique la movilización de recursos humanos y materiales. El hecho de que cada vez se retrase más su inicio tiene que ver con la menor presencia de piedras o su ubicación a mayor profundidad.
Una tercera conclusión es el tamaño de los escombros. «Si bien todavía se pueden ver escombros de tamaño considerable, observamos que el tamaño de las piedras ha disminuido, siendo muchas de ellas gravas de 2 a 4 centímetros». Esto hace que en su retirada se transporte más arenas que otros años. El informe señala que «la totalidad de la arena recogida es devuelta a su lugar de origen de la manera más fiel posible». «Esta operación es posible gracias a los trazados registrados por el GPS del dispositivo y a partir de fotografías de las muestras de cada uno de los camiones».
La rumorología se extendió por la playa de Ondarreta el 26 de agosto ante la aparición de una espuma blanca en la orilla. En un primer momento, se pensó que podía tratarse de un alga tóxica similar a la que llevó de cabeza dos semanas antes a las autoridades de Iparralde. Finalmente los técnicos descartaron este origen. El fenómeno tenía que ver con el depósito, la noche anterior, de grandes cantidades de arena recuperadas de las tareas de retirada de piedras. Los camiones empezaban a devolver a la playa la arena que había salido semanas antes adherida a los cascotes. Los montones de arena se dejan junto a la orilla y las mareas se encargan de redistribuirla. Por eso no se veía al agua transparente: tenía mucha arena en suspensión después de que el mar disolviera los montones como azucarillos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.