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Francisco Ferre
Las adicciones no siempre requieren una sustancia a la que engancharse. No todo se reduce al alcohol o al tabaco. En los últimos años, una ... nueva categoría de addicciones está ganando terreno entre adolescentes y adultos; el juego, el sexo, las redes sociales, los videojuegos, las compras... ¿El denominador común? El teléfono móvil. Este dispositivo ofrece un constante e ilimitado a estos potenciales peligros. Francisco Ferre, responsable de Adcom, el primer centro público para la prevención, tratamiento e investigación de adicciones comportamentales como las mencionadas anteriormente, imparte a las 19.00 horas en el Aquarium de Donostia una charla sobre el 'Tratamiento psicológico de los jóvenes afectados por la adicción a las redes sociales y a las pantallas'. En la ponencia, organizada por Jakiunde, Ferre también analizará los datos obtenidos con Adcom. «Hemos atendido a 1.200 pacientes en tres años», adelanta en referencia al centro, que forma parte del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
- En términos clínicos, ¿cómo se define esta adicción a las pantallas?
- Desde el punto de vista neurobiológico y conductual, no se distingue de una adicción al alcohol, a la cocaína o a cualquier droga. ¿En qué consiste eso? Primero se abusa; con el alcohol, se empieza a abusar de la bebida, se bebe cada vez más. En el caso de las pantallas, se empieza a utilizar más el dispositivo, abusamos de él.
- ¿En qué momento se pasa del abuso a la adicción?
- Con el abuso, luego llega un momento en el que alcanzamos el régimen de tolerancia, es decir, la persona le coge 'el puntillo'. En el caso del alcohol, digamos, cuando nota que cada vez necesita beber más. Con las pantallas pasa igual. Para que el sujeto o la persona se quede satisfecha con el tiempo que pasa en el móvil, por ejemplo, va notando que cada vez necesita estar más tiempo pegado. Y llega ya un día en el cual, cuando le retiran esa sustancia, en el caso del alcohol, o cuando le retiran, por ejemplo, el móvil, la persona tiene malestar psicológico o malestar físico. Abstinencia. Vamos viendo abuso, tolerancia y abstinencia. Pero hay un paso más. Ya no es solamente la abstinencia; es que no puede vivir sin ello. Sabe que está dañando su salud, o perdiendo mucho tiempo, que está empezando a influirle en el colegio, en el trabajo... pero no puede evitarlo.
- Hablamos de adicciones a las pantallas pero, ¿qué es lo que se esconden detrás de ellas que tanto enganchan?
- Bueno, nadie es adicto a una pantalla, ni a internet ni a un móvil, de la misma forma en la que nadie es adicto a una cajetilla de tabaco, sino a la nicotina. Es decir, el móvil y las pantallas no son demonizables, son vehículos.
- ¿Con qué tipo de adicciones trabaja el centro?
- Videojuegos, redes sociales, sexo, juegos de apuestas, compras... Todas estas son adicciones comportamentales y todas pueden ir por las pantallas.
- Al fin y al cabo, el móvil o la pantalla son la puerta de a la dopamina que puede generar cada una de estas adicciones...
- Es el común denominador para todas, pero la problemática no es la misma entre el que tiene una adicción al sexo o el que tiene un problema con el juego de apuestas.
- ¿Cuáles son las más comunes?
- Varía entre adolescentes o jóvenes y adultos. En Adcom, la número uno son los juegos de apuestas. Segunda, la adicción al sexo y, tercera, las compras. En jóvenes, primero van los videojuegos, segundo los videojuegos asociados a las redes sociales. Luego también hay algo de pornoadicción, pero básicamente, los videojuegos y aquellos asociados a las redes sociales.
- ¿Y cómo impactan estas adicciones en la salud mental?
- El impacto es tremendo. Es decir, desde el punto de vista de lo que se llama la patología dual, que es el enfoque que entiende que en realidad las adicciones comportamentales van siempre asociadas a un trastorno mental, pues ese trastorno mental se empeora o se agrava.
- (...)
- Los trastornos mentales más asociados a las adicciones comportamentales son la depresión, la ansiedad, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el trastorno obsesivo compulsivo. En el caso de los videojuegos, claramente está relacionado con el déficit de atención, el TDAH. En el tema de las redes sociales hay mucha más ansiedad y depresión, pero en el tema del juego y las apuestas se suele asociar con alcohol y depresión. Las compras, por ejemplo, curiosamente se asocia con algo que la gente no puede ver, los trastornos de conducta alimentaria. Es decir, que aunque las depresiones y ansiedad son las más frecuentes, hay algunas veces que encontramos patologías características en cada adicción comportamental.
- ¿Las personas que acuden al centro son conscientes de la gravedad de su adicción?
- La mayoría de los adultos que vienen es porque tienen mucha conciencia. Con los adolescentes y los menores es todo lo contrario. Ellos jamás consideran que hay un problema y los padres lógicamente lo ven. Eso es lo grave, la sociedad está escandalizadísima con el problema de los adolescentes y ellos en absoluto consideran que sean adictos ni que tengan un problema; todo lo contrario, consideran que esto es una cosa que nos estamos inventando los mayores y que no nos damos cuenta de que la vida, ahora, es pantalla.
- El a los móviles empieza a edades más tempranas...
- Sí, el 23% de la población española empiezan antes de los 10 años, es un escándalo.
- ¿Qué consejo da a las familias para prevenir esta adicción?
- Lo primero es atarles la mano, o sea, menos horas de móvil, menos horas de tablet, menos horas de ordenador. Esto es lo primero que tiene que ocurrir, especialmente por la noche. Pero de manera radical, no es una cuestión de negociar, no es negociable. También se debe procurar un entorno donde las actividades alternativas sean la norma y no la excepción, el fomentar el deporte, actividades musicales, planes que favorezcan el encuentro de los chavales con sus iguales… Es muy importante que el lenguaje, que el o personal se fomente. Hay que estimular también a los colegios y a las escuelas a generar espacios donde esto sea más fácil de hacer, algo que todavía no es una costumbre.
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