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Mientras España vivía este lunes un apagón que dejó a millones de ciudadanos sin suministro eléctrico durante varias horas, al otro lado de la frontera, Francia reforzaba su apuesta por la soberanía energética. En la región de Nueva Aquitania, se prepara uno de los proyectos de energía eólica marina más ambiciosos del continente: 7 gigavatios (GW) de capacidad instalada antes de 2050, suficiente para abastecer a más de 10 millones de hogares y que corresponde a cerca de la mitad de la demanda eléctrica perdida en la península durante el momento de la caída de tensión.
La coincidencia temporal no ha pasado desapercibida. Y es que, el apagón en España ha puesto de relieve la fragilidad de las redes eléctricas en el sur de Europa y la urgencia de diversificar las fuentes de energía, como demuestra este nuevo gigante energético que prepara Francia junto a La Rochelle, que convertiría este proyecto en el mayor complejo de su tipo en el mundo si se completa según lo previsto.
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Un desarrollo que forma parte de una estrategia nacional más amplia, que contempla la instalación de unos cincuenta parques eólicos marinos para alcanzar los 45 GW, equivalentes al 20% de la producción eléctrica del país galo para convertir a la energía eólica marina en la segunda fuente de producción de electricidad solo por detrás de la nuclear. Nueva Aquitania, con su aportación de 7 GW, se perfila como una pieza clave en el cumplimiento de ese objetivo, consolidándose como referente industrial y tecnológico en el suroeste del país.
La comparación resulta inevitable: el volumen energético que generará este proyecto equivale a casi la mitad de la demanda eléctrica que España perdió durante el apagón sufrido el pasado lunes.
En el terreno, el proyecto avanza con tres licitaciones ya en marcha o a punto de resolverse. Las zonas seleccionadas se encuentran frente a la isla de Oléron y en el Golfo Sur de Vizcaya, donde se instalarán turbinas tanto fijas como flotantes. El calendario prevé que los primeros aerogeneradores entren en funcionamiento entre 2032 y 2035, conectados a la red nacional a través de un futuro cableado submarino, el enlace GILA, que asegurará una distribución eficiente y estable de la energía.
El impacto económico también será notable. Según un estudio de la consultora Innosea, el desarrollo generará más de 2.200 millones de euros en valor añadido para la región a lo largo de 15 años y permitirá la creación de unos 1.700 empleos anuales a tiempo completo entre 2025 y 2040. Además, se estima que las actividades portuarias asociadas recaudarán por sí solas cerca de 400 millones de euros.
Este proyecto energético lleva de la mano la modernización de sus principales puertos de la zona como La Rochelle, Burdeos, Bayona y Rochefort, que desempeñarán un papel central en el ensamblaje y mantenimiento de las infraestructuras eólicas. A su vez, se han activado programas de formación técnica para capacitar a unas 5.000 personas que trabajarán en las diferentes fases del proyecto, desde la fabricación de componentes hasta la gestión de los parques marinos.
Además, Nueva Aquitania mira más allá de las fronteras sas y la región aspira a convertirse en proveedor de soluciones eólicas marinas para otros países europeos, en un contexto de fuerte crecimiento de la demanda en este sector, en el que muchas de las 165 empresas regionales identificadas en la cadena de valor ya se preparan para internacionalizar su actividad y participar en licitaciones extranjeras.
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