Salud busca ubicaciones para la campaña tras la decisión de cerrar los vacunódromos en un mes

Con el comienzo del nuevo curso escolar, todas las instalaciones que en los últimos meses han funcionado como vacunódromo en Euskadi retomarán su uso habitual. Entre ellos figuran Artaleku, en Irun; Beotibar, en Tolosa; o Astelena, en Eibar. El Gobierno Vasco estudia ahora destinar otros emplazamientos para la istración del fármaco intravenoso, probablemente más pequeños y más próximos a los entornos urbanos –como ya se hizo en la campaña de la gripe–, para terminar de inocular a los rezagados que aún no se han protegido contra el SARS-CoV-2.

Queda además por resolverse la decisión sanitaria de si será necesaria una tercera dosis para toda la población. Ayer, Sanidad transmitió que casi con seguridad solo las personas inmunodeprimidas recibirán el pinchazo adicional. Por ahora, los vacunódromos vascos se despiden dejando cerca de 200.000 personas sin el suero, aunque con la posibilidad de hacerlo al quedar aún citas disponibles.

El 2 de marzo de 2021 quedó marcado en rojo en el calendario pandémico, con el inicio de la inoculación masiva en la Comunidad Autónoma Vasca. Y lo hizo precisamente en Illunbe, con 260 profesores y policías menores de 55 años que recibieron el fármaco de AstraZeneca, que a raíz de los raros casos de trombos detectados en adultos jóvenes al tiempo pasó a pincharse solo a las personas de entre 60 y 69 años, marcando uno de los momentos más complicados de esta campaña.

A Illunbe le prosiguieron además los vacunódromos vizcaínos y alaveses. Su puesta en funcionamiento aceleró el ritmo de inoculación, pero después de suministrar 3.103.156 dosis, según el último boletín de vacunación de ayer, el Departamento vasco de Salud da por cerrada esta etapa en todos ellos.

El calendario de este mes, con huecos libres casi a diario, nada tiene que ver con el del inicio de julio, cuando miles de jóvenes de entre 16 a 29 años colapsaron la web de Osakidetza para coger hora y vacunarse. La primera respuesta de los veinteañeros fue abrumadora, hasta el punto que se colapsó el sistema. Solo el primer día, el viernes 9 de julio, más de 78.300 menores de 30 años consiguieron su objetivo: día y hora para pincharse. La mayoría, con Pfizer/Biontech. Algunos, con Moderna (AstraZeneca y Janssen han dejado de ponerse).

Poco queda de aquel Illunbe. O de Artaleku –póngase aquí el nombre del vacunódromo que desee–. Grandes recintos que acogieron a los trabajadores esenciales que se acercaban resignados a ponerse AstraZeneca. O que vieron a esos menores de 60 años, dubitativos, optar por el ya famoso 'cóctel' de vacunas y mezclar el fármaco anglosueco o Pfizer. Tampoco hay restos de ese coso de Illunbe que Salud llenó de sillas para acelerar el ritmo de inoculación el 31 de mayo y que apenas se usó para los trabajadores esenciales que, firmando el consentimiento de Osakidetza, quisieron repetir con AstraZeneca.

Hubo semanas en las que Euskadi pinchaba 25.000 dosis por día –con una capacidad de 12.500 diarias en Illunbe–, pero hace días que el la velocidad ha bajado. Lejos quedan esos récords de abril. La última semana –de miércoles a miércoles–, la Comunidad Autónoma Vasca apenas ha puesto 11.840 vacunas por jornada y todo apunta a que los próximos días esta cantidad solo va a disminuir, pese a que todavía está en pleno rendimiento el proceso de vacunación entre los adolescentes. El 68,6% de los menores de 12 a 15 años tienen ya al menos una dosis y el 73% de los de 16-19, porcentaje que supera ya al de los veinteañeros (20-29), que se sitúa en el 70,2%.

Mientras tanto, Sagardui continúa animando a vacunarse a quienes aún no han dado el paso de coger cita, el 12,7% de los mayores de 12 años en Euskadi o, lo que es lo mismo, de lo que ahora se considera la población diana – el 79,8% tiene al menos una dosis–. En cualquier caso, la consejera se muestra satisfecha de la respuesta de este colectivo, que confía que siga vacunándose en las próximas semanas. «El ritmo es ágil, otra cosa es que las vacaciones hayan hecho que los ritmos hayan sido menores», dijo, si bien insistió en que a la velocidad actual de llegada de vacunas, «y teniendo en cuenta que hay citas disponibles, podríamos terminar el proceso en unas pocas semanas».

Si a lo largo de este tiempo se ha demostrado algo, eso es que «la vacunación masiva es nuestra mejor herramienta». Por eso, aunque los vacunódromos vascos se preparen ya para bajar la persiana, no hay que perder de vista que la pandemia «no ha concluido» y mantener las medidas de seguridad aún activas.