«Un porrón de llamadas y correos electrónicos». De esta manera tan elocuente resume una de las empresas de prevención de riesgos laborales consultadas la « ... gran incertidumbre» con la que sus clientes han vivido el decaimiento de la obligatoriedad de utilizar la mascarilla en la mayor parte de espacios cerrados en todo el Estado. En ese «porrón» caben «cuatro o cinco veces más de consultas que un día normal», según las consultorías. La mayoría de ellas, tanto los días previos, en plena Semana Santa, como incluso el mismo miércoles en el que entró en vigor el real decreto del Gobierno central, «eran sobre qué hacer. Si iban a poder permitir quitar las mascarillas o no en los centros de trabajo». Y como ha sucedido con muchas de las normativas dictadas durante la pandemia tanto por el Ejecutivo central como por los autonómicos, «la respuesta no está clara» ni es única.
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Lo que es evidente es que el cubrebocas ya no es preceptivo como norma general en interiores. A partir de ahí, los protectores respiratorios pueden o no resultar recomendables en los centros de trabajo según el grado de riesgo de propagación del coronavirus que estimen los servicios de prevención de riesgo laboral de cada empresa. Esta realidad abre una enorme casuística, «casi infinita», que mantienen al rojo vivo los teléfonos de las empresas preventivas. «Si normalmente podemos recibir unas diez consultas diarias, estos días hemos tenido más de cincuenta», lo que en su caso significa haber quintuplicado su actividad, y «prácticamente el 100% era relacionado con el real decreto. Y eso que ha coincidido con la Semana Santa, un periodo en el que muchas empresas cierran», explican desde una firma de Donostia en la que «no somos tantos trabajando, por lo que no hemos dado abasto».
OBLIGATORIO
En hospitales Hospitales y centros de salud, excepto los pacientes ingresados cuando estén en sus habitaciones.
En otros entornos sanitarios Como farmacias o centros de transfusión de sangre.
En residencias de la tercera edad Obligatoria para trabajadores y visitantes, pero no para los residentes.
En medios de transporte En aviones, ferrocarriles, autobuses, servicios VTC y taxis. También en el transporte marítimo, excepto si se garantiza una separación de 1,5 metros.
RECOMENDADO
Personas de riesgo Mayores de 60 años, inmunodeprimidos, personas con patologías previas y embarazadas.
En reuniones con personas de riesgo.
En eventos multitudinarios Estadios de fútbol, conciertos, conferencias, etc.
¿QUÉ SUCEDE EN LAS EMPRESAS?
No será obligatorio su uso en el interior de las oficinas, aunque todo dependerá de la evaluación de riesgos que haga cada empresa y lo que decida su comité de salud.
Los nueve requisitos establecidos por Osalan
1 adecuada de los espacios interiores.
Ventilación adecuada de los espacios interiores.
2 Posibilidad de mantener una de 1,5 metros.
distancia interpersonal de 1,5 metros.
3Utilización de espacios comunes (vestuarios, comedores).
4 Existencia de .
personales vulnerables .
5 de las estancias del centro de trabajo.
Nivel de ocupación de las estancias del centro de trabajo.
6 en las distintas estancias.
Tiempo de permanencia en las distintas estancias.
7 que se desempeñe en el puesto laboral.
Actividad que se desempeñe en el puesto laboral.
8 Condiciones de relativa.
temperatura y humedad relativa.
9 compartido.
Medio de transporte particular compartido.
En esta oficina reprochan que la normativa deje su aplicación en manos de la interpretación del texto y, en este caso, del riesgo de contagio en los centros de trabajo, que debe ser analizado en cada uno de ellos. «Está claro que, aunque ahora haya menos enfermos graves y la mayor parte de la población esté vacunada, la pandemia no ha acabado. Por tanto, no puedes decir que se acabaron las mascarillas en todas las empresas. Porque, por ejemplo, en una herrería sí se pueden dar las condiciones para eliminar su uso pero en otra no. Debemos analizar caso por caso».
En otra compañía de prevención con mayor clientela, la experiencia ha sido similar. Según refieren, sus más de treinta técnicos repartidos por toda Gipuzkoa suelen recibir «unas dos o tres consultas diarias» de sus clientes, al margen de su labor ordinaria, pero en la última semana la actividad se ha disparado a «ocho o doce llamadas e emails» por técnico, lo que significa «prácticamente 400 consultas diarias» referidas a las mascarillas.
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Con este horizonte, los servicios de prevención ruegan «paciencia» a las empresas antes de que puedan adoptar una decisión definitiva en función del grado de peligro de contraer el coronavirus en sus instalaciones. Mientras tanto, las compañías han reaccionado de un modo dispar. Algunas, más precavidas, han adoptado por «mantener la mascarilla igual que hasta ahora hasta evaluar el riesgo», mientras que otras han preferido aplicar el texto del real decreto al pie de la letra, por lo que se han agarrado a que los cubrebocas ya no son preceptivos con carácter general, por lo que han liberado de su uso a sus plantillas. De esta manera, han dejado «en manos de cada trabajador» la opción de protegerse en mayor o menor medida.
Los servicios preventivos centran ahora «prácticamente toda» su actividad en determinar el modo de proceder de sus clientes. «Si ya conocemos las instalaciones, puede bastar con hacer un informe y enviarlo. Pero si son clientes nuevos o con dependencias nuevas, debemos visitarlas, ver si se puede guardar el metro y medio de seguridad, si el espacio está aireado, si lo está en todo el centro de trabajo o si hay lugares en los que por su tamaño o porque sean comunes, resulte recomendable la mascarilla mientras que en otras zonas no sea necesario. Hay que valorar puesto a puesto, porque puede haber también personal vulnerable, como personas inmunodeprimidas o embarazadas».
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El miércoles por la mañana, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales (Osalan) publicó una guía con nueve requisitos en los que basar la justificación o no de las mascarillas, que por la tarde fueron recogidos por el manual editado por el Ministerio de Sanidad. «Básicamente, los más importantes serían la distancia de seguridad, la ventilación y si hay personas con algún problema de salud. Como pauta general, la recomendación es retirar la mascarilla», explican. En los servicios de prevención consultados no consta que ninguna empresa haya mantenido la mascarilla preceptiva pese a haber recibido la recomendación contraria. «La obligatoriedad debe estar justificada» porque el espíritu del decreto invita «a lo contrario», recalcan.
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