El Gobierno Vasco ve «prematuro» acabar con las mascarillas en la calle

El Gobierno Vasco ha discrepado este lunes de la decisión del Ejecutivo central de eliminar la obligatoriedad de las mascarillas en las calles a partir del próximo jueves. Fuentes del Departamento de Salud han indicado que la consejera vasca, Gotzone Sagardui, ha expuesto en el Consejo Interterritorial de Salud celebrado esta mañana que «es prematuro» retirar estas protecciones al aire libre «dada la tasa de contagio comunitario que se mantiene».

Además, Sadardui ha criticado que la decisión del Gobierno central, que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunció el pasado viernes en una entrevista radiofónica, «no se corresponde con los términos planteados por el Ministerio hace apenas cinco días, cuya duración estaba planteada hasta finales de mes».

Además, en la reunión Interterritorial de este lunes, que reúne a Sanidad con las comunidades, se ha decidido ampliar del 75 al 85% el aforo en espectáculos deportivos en exteriores y del 50 al 75% en interiores. A partir del 1 de marzo, los aforos serán completos. En relación a los aforos, como se ha hecho en otras ocasiones, Euskadi no ha participado en la votación.

Esta es la primera vez que el Gobierno Vasco se posiciona en torno a la decisión del Ejecutivo central de retirar la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores, que el Consejo de Ministros decretará este martes y que se empezará a aplicar desde el jueves tras su publicación el miércoles en el BOE.

El pasado viernes el lehendakari, Iñigo Urkullu, evitó valorar la decisión y se remitió a la opinión que expresaría este lunes la consejera de Salud en el Consejo Interterritorial. Por lo expuesto por Sagardui, está claro que el Gobierno Vasco no comparte la medida o, al menos, no el momento elegido por el gabinete de Sánchez para aplicarla.

La mascarilla al aire libre volvió a ser obligatoria el 23 de diciembre, después de que lo acordara la Conferencia de Presidentes. Fue la única medida que se tomó entonces, cuando la variante ómicron había comenzado a disparar el número de contagios y se preveían unas Navidades complicadas, como así fueron. Esta médida ha estado acompañada por la polémica, ya que muchos expertos la consideran más simbólica que efectiva y contribuye al cansancio de la ciudadanía tras dos años de restricciones por la pandemia.

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