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El lehendakari Iñigo Urkullu quiso dejar claro este viernes que «seguimos en pandemia. Así lo ha recordado la Organización Mundial de la Salud». Por ello, y a pesar de la ligerísima mejoría que supusieron los últimos datos epidemiológicos en Euskadi, recordó a la ciudadanía vasca que «no debemos restar trascendencia a la situación que vivimos».
Sobre un posible cambio de fase en el tratamiento de la crisis sanitaria y 'gripalizar' la pandemia provocada por el Covid-19, posibilidad a la que se refirió a principios de semana el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, Urkullu señaló que «serán las autoridades sanitarias las que determinen el inicio de una nueva fase». De momento, insistió en que «nos corresponde seguir manteniendo el máximo rigor y compromiso individual y colectivo».
El presidente vasco realizó estas declaraciones durante la inauguración oficial en San Sebastián del colegio Larrun École Basco-Française. Durante su alocución hizo esta breve referencia a la pandemia y también a la situación que está provocando el patógeno en la Educación. «Esta pandemia», manifestó, «ha mostrado la relevancia que tiene la Educación en nuestra vida familiar, laboral y social». Por ese motivo, afirmó, «estamos destacando la importancia de mantener la educación presencial y trasladando el reconocimiento a la labor de toda la comunidad educativa». Ese trabajo que hacen direcciones de colegios y profesorado, añadió, «es el que está permitiendo que las aulas sean lugares seguros».
Algo más optimista que el lehendakari se mostró este viernes Susana Martín, la responsable de Atención Primaria de Osakidetza. Reconoció que la situación en la Atención Primaria del Servicio Vasco de Salud es todavía «compleja», pero avanzó que «se ve un rayo de esperanza» y parece que la pandemia «puede dar un respiro».
Tras las concentraciones el jueves de trabajadores y sindicatos en las puertas de los centros de salud para denunciar la situación «insostenible» que están viviendo, Martín dijo en Radio Euskadi que la Atención Primaria ha vivido «momentos muy complicados» y que sus profesionales siguen con una media diaria de consultas por encima de las 35, y se reciben más de 100.000 llamadas al día. «Los profesionales están dando una respuesta ejemplar, la mejor que podemos dar en función de las circunstancias que tenemos», explicó.
Pero ese «rayo de esperanza» del que habló se traduce, en su opinión, en que los profesionales de la AP van a poder realizar progresivamente sus tareas de manera «más normalizada». Por último, comentó que las bajas que se dan actualmente en este servicio están entre el 5 y el 10% del total de la plantilla.
Las cifras de la pandemia ofrecen dos versiones distintas ya que por un lado, por primera vez en meses, la mejora en la evolución de varios indicadores puede augurar que un cambio de tendencia ha llegado. Conviene agarrar los datos con pinzas ya que las cifras podrían estar supeditadas a los cambios introducidos por Salud esta semana, como dejar de confirmar mediante PCR los casos positivos en test de antígeno de farmacia si los afectados no pertenecen a ningún colectivo vulnerable. La saturación en la red de rastreo también llevó a eliminar primero las llamadas a los os estrechos y tras una nueva actualización del protocolo, a hacer únicamente seguimiento a los os estrechos vulnerables.
Por otra parte la sexta ola ha irrumpido de lleno en las residencias de Gipuzkoa, que sufren ya 449 contagios entre los mayores, una cifra nunca antes vista. El virus, espoleado por la variante ómicron, ha terminado por entrar en dos de cada tres centros de mayores, un colectivo especialmente vulnerable en caso de contagio, como se ha demostrado en toda la pandemia. Aunque las cifras marcan máximos incluso por encima de la primera ola –al inicio apenas había pruebas diagnósticas–, la situación actual no puede compararse con la irrupción del coronavirus en la primavera de 2020. La vacuna marca la diferencia y ha reducido drásticamente la tasa de mortalidad. Casi el 100% de los 5.000 residentes en geriátricos están vacunados. Pese a ello, cuando salta un positivo hay que aislar el sector, lo que ahora mismo ha obligado a que cientos de mayores tengan que permanecer en sus habitaciones para guardar cuarentena.
Los nuevos protocolos han permitido que en la reanudación de las clases tras las Navidades, ningún colegio en toda España haya cerrado por Covid, según el Ministerio de Educación. Por su parte, en Euskadi, Ikastolen Elkartea pidió «concreción de los protocolos» y criticó que las familias les trasladan que «desde Salud no están ando con ellos». En una nota, los representantes de las ikastolas indicaron que no están «dispuestos a asumir responsabilidades que no nos corresponden».
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