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Componentes del Orfeón durante un concierto reciente.

«Siempre que ofrezcamos calidad, el Orfeón tendrá futuro»

El Orfeón Donostiarra celebra el 120 aniversario de su fundación con la voluntad de adaptarse a los nuevos tiempos y las necesidades de los orfeonistas

ITZIAR ALTUNA

Domingo, 18 de junio 2017, 08:50

En junio de 1896 veinte cantores de la Sociedad Coral tomaron el tren y después la diligencia para llegar hasta Mondragón, que durante esos días celebraba sus Fiestas Euskaras. Aquel grupo sería el precursor del Orfeón Donostiarra, que se constituyó legalmente el 21 de enero de 1897 con la idea de «conservar y difundir el canto vascongado». 120 años después la agrupación cuenta con un amplio reconocimiento internacional y ha participado en los festivales más importantes del mundo. Su presidente, José María Echarri, y su director, José Antonio Sainz Alfaro, reconocen que la coral tiene por delante un gran futuro, siempre que se cuide y trabaje con las bases.

- ¿Cómo se explica que un coro amateur cumpla 120 años y continúe siendo uno de los más reconocidos, incluso a nivel internacional?

- José María Echarri:Al margen de la buena gestión de las distintas directivas y juntas, la labor realizada por los cuatro directores emblemáticos del Orfeón en la búsqueda de la excelencia ha sido fundamental. A ello hay que sumar el compromiso adquirido por más de 2.000 personas con la entidad. Esa mezcla, la vocación de los orfeonistas y la labor de los directores, ha hecho posible llegar a este nivel.

- José Antonio Sainz Alfaro: La tradición, constancia y el trabajo de los orfeonistas ha sido fundamental. Es cierto que la permanencia de los directores durante períodos tan largos ha ayudado a esa constancia, pero ha sido la tradición la que ha mantenido a los cantantes. Hoy día es fundamental la labor que hacemos con la base y la gestión de las tareas organizativas, que requieren mayor esfuerzo. Es el conjunto de la organización lo que permite mantener al Orfeón.

- ¿El coralista llega más formado al Orfeón?

- J.A.S.A.: Técnicamente sí, aunque en cuanto a voz sería discutible. La gente antes empezaba a cantar primero en los coros parroquiales, sobre todo las voces masculinas, que necesitan coger la base antes porque luego se transforman. Yo las voces que conocía antes eran más grandes e impresionantes que las actuales. Sin embargo la técnica era más peregrina y la rentabilidad menor. Ahora, con el trabajo de base que estamos haciendo, esperemos que esas voces sean más rentables, por su vocalidad y técnica.

- ¿Y es más difícil mantener la constancia del orfeonista?

- J.A.S.A.: Sí, es más complicado. De hecho la permanencia hoy día es más corta. Los jóvenes ahora se mueven más, salen fuera a estudiar y es más complicado retenerlos. Pero es cierto que cuesta menos preparar las cosas y los viajes son más rápidos. Antes necesitábamos tres días para una actuación en Madrid. A base de cuadrar números y tener gente preparada vamos respondiendo. De hecho el Orfeoi Gazte ya tiene un gran nivel, podría actuar perfectamente en cualquier auditorio.

- J. M.E.: Es muy importante esa labor de base que llevamos a cabo, con 800 niños y jóvenes que conforman el Orfeoi Txiki, el Gazte y los cantores de los coros escolares. Tenemos 13 profesores y damos más de 3.000 horas de docencia al año. Todo esto revierte en esa base tan importante, que algún día podrá llegar al coro senior.

- ¿Y hay base suficiente? ¿Los números garantizan el futuro?

- J.A.S.A.: Nunca es suficiente, y de hecho, por eso hacemos todos los años una campaña para atraer más voces. Cuantos más integrantes tenga el Orfeón, más actuaciones podremos hacer. Hoy día es muy complicado ofrecer algún concierto fuera entre semana, porque la gente trabaja. Cuanta más amplia sea la infraestructura de base, mejor.

- J. M.E.: Las campañas de captación de voces no obtienen gran respuesta, por eso comenzamos a impulsar los coros juveniles. Creo que la base está dando resultados fantásticos, con ese Gazte que ya celebra su décimo aniversario.

- ¿Cómo se mantiene económicamente la institución?

- J. M.E.: Somos una entidad sin ánimo de lucro e intentamos equilibrar los resultados, aunque es cierto que se ha llevado una gestión empresarial que ha permitido, por ejemplo, tener esta sede en propiedad. El presupuesto con el que nos movemos ronda el millón de euros al año. Las ayudas de las instituciones se han reducido en los últimos años y hoy suponen el 10% del total. El resto llega de las aportaciones de los socios y amigos de la entidad y de la actividad del Orfeón, con el caché de los conciertos. Aunque no hay que olvidar que el Orfeón también participa en eventos solidarios y populares que se celebran en la ciudad.

- ¿Qué criterios siguen a la hora de confeccionar la agenda? ¿Cómo se decide dónde actuar?

- J. M.E.: Afortunadamente tenemos que buscar poco, los festivales, auditorios y directores inciden en la programación. La entidad recibe las propuestas y se analizan en un comité ejecutivo. Luego es la junta directiva, en la que los orfeonistas son mayoría, la que toma la última decisión.

- J.A.S.A.: Se analiza si hay tiempo para preparar el repertorio, pero es cierto que nos dejamos llevar por los proyectos más interesante. Normalmente ofrecemos entre 35 y 40 conciertos al año. Para cada actuación ponemos una lista, en la que la gente se va apuntando. Y por ahora vamos cumpliendo .

- ¿Con cuánto tiempo de antelación se organizan?

- J. M.E.: En 2018, sin contar con la Quincena Musical, ya tenemos 18 actuaciones comprometidas, algo excepcional para estas fechas. Se suele trabajar con bastante antelación.

- J.A.S.A.: Para este año todavía estamos cerrando algunos conciertos. Por ejemplo, en octubre actuaremos en el Kursaal con el concierto 'Grandes Coros de Ópera', a iniciativa de Opus Lírica.

- ¿Qué implica ser orfeonista?

- J.A.S.A.: Supone un honor y orgullo. Lejos de las cantidades y del dinero que priman en el mundo actual, el Orfeón aporta la calidad, la cualidad de la vida. Permite disfrutar de toda una vida de sensaciones, que de otra manera son muy complicadas de obtener. El poder actuar en los grandes escenarios de la música, trabajar en ello y además ser reconocido en todo el mundo no se puede conseguir ni estudiando ni pagando, sólo siendo miembro del Orfeón Donostiarra. Así de claro.

- ¿Qué supone ser director del Orfeón Donostiarra?

- J. A.S.A.: Un orgullo, aunque en realidad es el que menos mérito tiene, porque mi labor sí está remunerada, y el del orfeonista, en cambio, no.

- Lleva 30 años en el cargo...

- J.A.S.A.: Sí, y mientras no me digan lo contrario, seguiré encantado en esta entidad en la que se trabaja muy bien.

- ¿Y que supone ser presidente del Orfeón Donostiarra?

- J. M.E.: Ha sido todo un honor presidir los últimos 21 años, aunque no sé si es bueno que un presidente lleve tanto tiempo... Creo que hemos revitalizado al Orfeón, pero eso el tiempo lo dirá.

- J.A.S.A.: Si no hubiéramos tenido un presidente tan dedicado y trabajador como él, no estaríamos donde estamos. Porque la gestión istrativa y organizativa se ha complicado muchísimo, todo aquello que no tiene que ver con el cantar. Además, la cultura no importa a los poderes políticos. Todavía no se dan cuenta de que la cultura es un mandato de la inteligencia, se están preocupando de otro tipo de cosas y no terminan de dar con el punto exacto de hacia dónde tenemos que ir. Por eso el binomio entre presidente y director es fundamental y estos años con él han sido magníficos para el Orfeón. Lo difícil será el cambio de presidente...

- Su mandato acaba el año que viene. ¿Continuará?

- J. M.E.: Eso dependerá de la situación anímica con la que llegue, pero quizá haya llegado la hora de dejar paso a otros.

- El Orfeón ha actuado en muchos países europeos e incluso en EE.UU. y México. ¿Hay algún festival o escenario al que todavía no han ido y les gustaría ?

- J.A.S.A.: Al Festival Cervantino de México, al que estuvimos a punto de ir una vez, o al teatro Colón de Buenos Aires. Pero en realidad, en los festivales importantes como el de Lucerna o Salzburgo ya hemos estado.

- J. M.E.: Quizá suene autocomplaciente, pero creo que los retos que nos hemos ido planteando los hemos conseguido.

- La entidad ha cumplido 120 años. ¿Cómo ven el futuro?

- J. M.E.: Creo que las bases están asentadas para la continuidad de la entidad, tanto desde el punto de vista económico como organizativo. En los últimos años hemos confeccionado un plan estratégico y de comunicación y se han establecido distintos protocolos. En ese sentido funcionamos como una empresa. Y artísticamente tenemos cuerda para rato. Es cierto que se nota la falta de apoyo institucional, pero eso te hace agudizar el ingenio y pensar en una autofinanciación. Sin embargo, seguimos suspirando por una ley de mecenazgo adecuada, ahora que las empresas vuelven a ganar dinero.

- J.A.S.A.: Siempre que ofrezcamos calidad, tendremos futuro. Una de las características del Orfeón es haber actuado bajo la dirección de casi todas las batutas que han dirigido el concierto de referencia anual, que es el de Año Nuevo de Viena, como Mehta, Muti, Maazel, Abbado, Mariss Jansons o Barenboim. ¿Futuro? El mes que viene nos dirigirá Dudamel, porque ya tiene referencias del coro y a la mínima que ha tenido la oportunidad, aquí estamos. Pero insisto, para eso es importante tener una base y trabajarla.

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