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Imagínate que un equipo de fútbol destituyese en pleno mes de enero y a la vez a su director deportivo y a su entrenador. El presidente debería estar dando explicaciones de las razones», explica gráficamente un veterano conocedor institucional de la música clásica en el País Vasco. «Es el caso de la Euskadiko Orkestra: se genera un terremoto al destituir a la vez al director artístico y al director general, pero nadie explica por qué», agrega.
Una nota oficial del Consejo de istración de la Euskadiko Orkestra, donde 'manda' el Gobierno Vasco, comunicó el lunes que la sinfónica emprendía «un cambio de rumbo poniendo fin a la titularidad del director artístico, Robert Treviño». Oriol Roch «también dejará la dirección general de la orquesta en fechas próximas», añadía. Desde entonces el silencio reina entre los implicados: el departamento de Cultura de Lakua se remite a la nota oficial, los afectados declinan hablar y entre los propios músicos y sus representantes sindicales se asegura que «no es el momento» de dar declaraciones.
¿Qué ha ocurrido? Los conocedores del mundo institucional de las orquestas destacan que son habituales estos cambios de ciclo: «Ahora mismo hay una verdadera oleada de cambios en buena parte de las orquestas españolas». Vuelve también la comparación con el fútbol. «Hasta los mejores entrenadores se acaban quemando», dice uno de los consultados. Pero lo que no es frecuente es que esas decisiones se comuniquen en mitad de temporada, en enero, y metiendo en el mismo «paquete» al responsable artístico y al director general. La sinfónica parece descabezada de golpe, aunque Roch continuará un tiempo más hasta que desde el Gobierno Vasco se designe sustituto.
En el caso de Robert Treviño su tensa relación con los músicos y su mayor dedicación a su propia carrera que a la sinfónica parecen ser claves en su destitución. El maestro norteamericano llegó a la orquesta hace ocho años como una promesa de las batutas internacionales, cargado de proyectos y deseoso de «situar a la Euskadiko Orkestra en el grupo de las mejores».
Traía un perfil más 'renovador' en el trato con el público y con los medios, recuperó la 'ñ' de su apellido (en Estados Unidos era Trevino) y hablaba de sus raíces familiares en ese territorio enclavado en Álava. Hasta se hizo con una vivienda en Donostia para remarcar su compromiso.
Durante su mandato ha realizado un trabajo «intenso y fructífero, con importantes hitos como la celebración de giras internacionales, grabaciones discográficas con el sello finlandés Ondine o la recuperación de la actividad musical en la pandemia, convirtiéndose en la primera orquesta a nivel estatal en ponerse en marcha», remarcaba la propia nota de cese del Consejo.
Pero sus relaciones con los músicos se fueron deteriorando hastra niveles extremos, en algunos casos. Es el terreno del que nadie quiere hablar en público y que podría explicar por qué ha faltado a los dos últimos programas de abono que debía haber dirigido y tampoco vaya a estar en el que aún queda por cumplir esta temporada, en junio.
«En este tiempo la Euskadiko Orkestra ha mejorado, de eso no hay duda, pero no solo por Treviño», dice una habitual del Kursaal. «Está habiendo una renovación porque se jubilan veteranos que están desde la fundación y son sustituidos por jóvenes músicos con excelente preparación y el entusiasmo de la edad».
¿Y el director general? «Coincidiendo con este momento de cambio Oriol Roch también dejará la dirección general de la orquesta en fechas próximas», decía el comunicado oficial, única fuente para saber los motivos de la destitución. «Roch ha encabezado la dirección de Euskadiko Orkestra durante diez años y medio, siendo así el director general que más tiempo ha estado al frente de la agrupación», agrega la nota. «Su aportación al proyecto destaca por la transformación digital e implantación de nuevos sistemas,y ha incorporado un nuevo repertorio musical, tanto para la orquesta como para el público», señala la nota.
Para los ejecutivos de las orquestas diez años es un tiempo largo, así que no es raro el cambio. Lo extraño es esa destitución en enero, aunque seguirá un tiempo más, y la falta de relevo por el momento. Roch, catalán de origen, llegó en 2014 a la sede de Miramon tras pasar por el Teatre Lliure de Barcelona y la Real Filharmonia de Galicia, y basó su apuesta artística en la labor de Treviño. Bajo su mandato se cambió la denominación oficial, que pasó de 'Orquesta Sinfónica de Euskadi' a 'Euskadiko Orkestra'.
Cuentan quienes saben que la próxima temporada está ya prácticamente preparada e incluso parte de la siguiente. No es urgente encontrar un nuevo director artístico, pero sí un director general con capacidad de gestión y conocimiento del medio. La orquesta sigue con buena salud: con 5.500 abonados es una de las sinfónicas con más socios en España. El Consejo de istración de la orquesta está formado por cuatro representantes del Gobierno Vasco, los diputados de Cultura de las tres diputaciones y cuatro «profesionales de prestigio»: Jon Bagüés, José Antonio Echenique, Enrique Ruiz de Gordoa y Josune Aristondo.
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Beatriz Campuzano | San Sebastián
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