Nuez pecana, la nuez dulce

Cada vez es más usual encontrar en el mercado del Estado una variedad de nuez con la cáscara más alargada, más parecida al dátil, y con un sabor más dulce que las nueces comunes. Se trata de la nuez pecana, también conocida como nuez americana. Es originaria de Norteamérica, pero merced a su cultivo en tierras andaluzas, ha irrumpido fuertemente en la gastronomía estatal. Comparte pocas características con el resto de la familia de las nueces, aunque una de ellas es su altísimo valor nutricional.

Está siendo una de las grandes triunfadoras en los últimos tiempos entre los frutos secos. Además de su sabor, muy aromático y menos amargo que el de las nueces convencionales, su cáscara exterior es mucho más fácil de romper. Por lo tanto, es más sencilla de abrir y de consumir que la nuez común. Al quebrar su cáscara, hallamos un fruto más aplastado y largo.

Por sí mismas, las nueces pecanas son un comestible tan delicioso como saludable, si bien podemos potenciar su sabor y tostarlas en especias. A gusto de cada consumidor, se pueden endulzar añadiendo canela, o darles un toque más picante con pimienta. O incluso cabe la posibilidad de especiarlas con ambas. Igualmente, podemos incorporarlas en repostería, panes, helados y en algunos guisos, platos y postres. En cualquier caso, se han convertido en un fruto seco que está ganando numerosos adeptos por su exquisito sabor y potencial nutricional.

Otra de las características que también comparte con el resto de frutos secos es su elevado aporte energético. Por ello, se recomienda un consumo moderado, ya que una cantidad de 100 gramos contiene, aproximadamente, 700 calorías. No obstante, una porción diaria de entre 8-10 nueces pecanas puede ser muy favorable para nuestra salud, especialmente respecto al colesterol pues ayuda a reducir el malo, manteniendo el mismo nivel del bueno. Asimismo, del mismo modo que toda la familia de las nueces, destaca por su alto contenido en ácidos grasos saludables (Omega 3 y 6).

Las nueces pecanas son mucho más frágiles que las nueces comunes, por lo que hay que tener precaución a la hora de abrirlas. En muchos casos, los consumidores primerizos utilizan el mismo utensilio que para la nuez común (la tenaza o cascanueces), lo que termina por deformar y romper la nuez pecana.

Se deben emplear utensilios que apliquen menos presión al fruto seco, como un martillo de cocina o un mazo de madera, golpeándola en posición vertical, o también usar otros cascanueces distintos al manual (de palanca, cónico...). De esta manera, evitaremos aplastarla, al menos, con tanto empuje.