«Dejé el trabajo para opositar a Dbus y por la falta de examinadores no me pude presentar»

«Esto es un despropósito. Hasta hace poco tenía una ilusión, un sueño por cumplir, pero esta situación me ha obligado a cambiar de planes porque debido a la falta de examinadores en la Jefatura Provincial de Tráfico no he podido presentarme a las 'opos'», lamenta el joven. García cuenta a este periódico que se apuntó a la autoescuela en octubre del año pasado con el objetivo de obtener el carné de autobús «antes de febrero» y así poder presentarse a las oposiciones de Dbus –empresa encargada de gestionar el transporte público urbano de San Sebastián–, previstas para marzo o abril.

Pero su gozo en un pozo. Pese a aprobar «todo a la primera», –el teórico el 14 de noviembre y el examen de destrezas el pasado 13 de marzo después de una larga espera–, siete meses más tarde todavía no sabe qué día podrá realizar la tan ansiada práctica final. «Entiendo que en un momento dado falten examinadores, pero no me entra en la cabeza que después de tantos meses no hayan encontrado la solución a un problema que afecta a tanta gente», detalla el donostiarra, que ahora se conforma con realizar servicios de transporte discrecional para colegios.

«Todo el mundo tiene derecho a sacarse el carné en los plazos preestablecidos, por supuesto, pero es que yo personalmente lo necesito para trabajar», matiza García. Tiene el presentimiento de que, «visto al ritmo que va la cosa», no se va a poder presentar hasta después del verano. «No es normal», subraya.

De hecho, es tal el retraso que existe, que alumnos como Zuhaitz han tirado la toalla en cuanto a poder examinarse en Gipuzkoa y han decidido trasladarse a otras comunidades para realizar la prueba práctica. En el caso de este errenteriarra, el destino elegido ha sido Soria. Según Arantxa Bravo, su profesora en la autoescuela Bidebieta de la misma localidad papelera, a Zuhaitz le urge obtener el permiso de conducir de autobús para, al igual que Yosu, presentarse a la oposiciones de Dbus.

«Como aquí no sabemos cuándo iban a darle cita, le propuse irse a Soria. Hemos tardado solo 15 días en realizar todo el trámite y conseguir una fecha, así que se examinará la próxima semana», festeja en cierta parte Bravo. Ha llegado un momento en el que ella ya se muestra «desquiciada» porque la lista de alumnos que tiene pendientes de hacer el test no para de crecer ante esta problemática.

Otro ejemplo es el de Ane Larrea, vecina de Pasai Donibane. Tiene 18 años, pero el próximo mes de junio hará uno que se matriculó en la autoescuela Bidebieta de Errenteria. «Me apunté un día después de cumplir la mayoría de edad, el 28 de junio de 2023, y no sé si podré examinarme en unas semanas o después del verano», asegura con cierta rabia. «Para mayo me han dicho que no hay plazas, aunque yo ya estoy lista».

Por motivos personales, no fue hasta enero cuando esta estudiante de integración social aprobó el teórico. En consecuencia, lo lógico habría sido ponerse seguidamente manos a la obra con el práctico, «lo que se ha hecho toda la vida», dice, pero el colapso que llevan sufriendo las autoescuelas desde hace cerca de medio año le obligaron a retrasar las clases. «No tenía ningún sentido darlas si no había hueco para hacer el examen», reconoce. «Se me habría olvidado todo y habría supuesto una pérdida de dinero absurda», añade a escasos minutos de subirse al coche con su profesora, con la que lleva practicando desde marzo.

Larrea también necesita el carné con urgencia. «Me lo piden para las prácticas de mis estudios porque generalmente los centros de trabajo están en zonas alejadas», relata. De hecho, en las realizadas el curso pasado a Ane tuvieron que derivarle a un colegio cercano ante la imposibilidad de desplazarse en su vehículo particular propio.

Iraia Barrero cuenta las horas para realizar el práctico el próximo día 22. «Ya era hora», confiesa tras una espera de más de 4 meses. «Aprobé el teórico en enero y he conseguido que me examinen del práctico dentro de dos semanas. Y menos mal, porque si no ya me veía esperando mínimo hasta septiembre», explica antes de añadir que le rechazaron como candidata en una cadena de supermercados por no tener el carné. «Me llamaron para trabajar en Mercadona pero al no poder conducir no me han cogido», relata. «Me dijeron que les avisase de nuevo cuando lo tuviera, así que espero aprobar la prueba a la primera».

Además de la espera, lo que Barrero denuncia es el coste económico que supone para muchos alumnos la falta de examinadores. «Te pones con las clases prácticas nada más sacarte el teórico, una detrás de otra, pensando en que vas a poder presentarte pronto, pero como luego es tan difícil encontrar fecha, la conclusión es que lo que estamos haciendo es absurdo y encima perdemos mucho dinero». En su caso, afirma, ha estado «semanas enteras» sin dar una sola clase «porque no tenía sentido».

Actualmente la Jefatura Provincial de Tráfico de Gipuzkoa cuenta con siete examinadores en plantilla, de los cuales uno está de baja, cuando según establece la Dirección General de Tráfico (DGT) deberían ser diez además de un coordinador. Para completar el cupo, las autoescuelas guipuzcoanas esperaban esta semana la incorporación de cuatro nuevos evaluadores tal y como estaba previsto, pero la llegada no se ha producido.