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El 'Marero' se hundió el 20 de diciembre de 1998 en el Golfo de Bizkaia y murieron sus ocho tripulantes.

«El Golfo de Bizkaia es una zona peligrosa para naufragar»

Ana Benito, arqueóloga e historiadora, hablará hoy en el Aquarium sobre temporales, galernas y naufragios en la costa vasca

Iñigo Villamía

San Sebastián

Jueves, 21 de marzo 2024, 01:00

El Golfo de Bizkaia es una zona peligrosa para naufragar», asegura la arqueóloga e historiadora Ana Benito Domínguez (Donostia, 1956), que basa esa afirmación en tres factores principales: el viento, las galernas y el hecho de contar con una plataforma continental muy pequeña. Esto significa que en cuanto nos alejamos un poco de la costa enseguida nos encontramos con una gran profundidad, lo que supone que «si un barco se hunde, es mucho más difícil recuperarlo», explica la experta.

En cuanto al viento, añade, «en el Cantábrico dominan los procedentes del noroeste, que son los más violentos». De hecho, pueden pegar con tanta fuerza que han llegado a provocar «verdaderas tragedias», lamenta esta donostiarra, que también relaciona las galernas que se concentran en el Golfo de Bizkaia como otro elemento clave a la hora de hablar de por qué se producen estos hundimientos.

Con motivo del Día Meteorológico Mundial que se celebra este sábado 23, Benito impartirá hoy (19.00 horas) en el Aquarium de San Sebastián una conferencia titulada 'Galernas, temporales y naufragios en la costa vasca'. Lo hará acompañada de Margarita Martín, meteoróloga y delegada de Aemet en el País Vasco. «Hablaremos de naufragios, pero solo de los que están estrictamente relacionados con la causa meteorológica, la mar y, en definitiva, la situación marítima: tormentas, temporales, gotas frías, ciclogénesis explosivas...», cuenta la arqueóloga, que anima a la gente a participar en el evento que tendrá lugar esta tarde.

Han estructurado la charla en orden cronológico, de tal forma que empezarán hablando de los naufragios sucedidos a principios del siglo XX para terminar en el año 2014. «La idea es mostrar fotografías de los mismos y aportar información», reconoce. Según ella, a lo largo del siglo XX se han registrado más de 100 hundimientos, si bien buena parte tuvieron que ver con causas ajenas a la meteorología como por ejemplo el garreo de anclas (cuando el barco lanza el ancla para fondear pero no agarra bien en el fondo y acaba derivando) u otras más comunes como fallos en la máquina, en el motor.

El 14 de diciembre de 1907 será la fecha de partida para Benito y Martín. Aquel día, un velero mercante sueco que venía a la costa vasca naufragó en Biarritz. Cinco años después, la galerna «más importante» del siglo se cobró la vida de 140 arrantzales, 116 de ellos de Bermeo, 16 de Lekeitio y los ocho restantes de Elantxobe. Aquel 13 de agosto de 1912, en plena campaña del bonito, los pescadores guipuzcoanos no salieron a faenar tras ser avisados de las malas condiciones de la mar.

Ana Benito y Margarita Martín, en el observatorio de Igeldo. Arizmendi

Otra gran tragedia pesquera sacudió Hondarribia el 5 de enero de 1913. Varias lanchas habían descargado la pesca del día en Donostia y debían regresar a sus respectivos puertos cuando se levantó un fuerte temporal. El 'Constantino Txikia', con catorce tripulantes a bordo, no pudo hacer frente a las adversidades y naufragó en la bahía entre Hendaia y Hondarribia. Murieron doce personas y solo se salvaron el patrón (Berrotaran) y el fogonero.

También hubo que lamentar fallecidos en el hundimiento del 'Sendi Deuna' entre Deba y Getaria. Era una motora como tantas otras que había salido a faenar y estaba pescando besugos, pero al igual que ocurrió en Hondarribia, un fuerte temporal «se la tragó por completo», recuerda Benito. «No les dio tiempo a nada», subraya. Ese 17 de febrero de 1950 perdieron la vida cuatro hermanos de la familia Larrañaga y un primo de ellos. «Todos eran familia, fue terrible».

La cara y la cruz

La última gran galerna del siglo XX data del 12 de julio de 1961. «Fue terrible por todo el Cantábrico», destaca la arqueóloga e historiadora. Se hundieron dos barcos. Ambos en la zona de Laredo y Santander. Uno, el 'Izarra', pesquero de Getaria, cuyos tripulantes fueron rescatados por otro pesquero (El Ezequiel). Peor parados salieron los pescadores que iban a bordo del 'Mirentxu' donostiarra, que se fue a pique dejando un total de 12 muertos.

Después llegarían los naufragios del mercante alemán 'Buchenhain', que acabó varado en la Zurriola tras un temporal el 2 de diciembre de 1976, y el del danés 'Gustav Trader'. Este se dio a la altura de Pasaia. «Un remolcador del puerto trató de ayudarles pero una fuerte ola arrastró a dos de sus tripulantes. Eran pasaitarras».

Mucho más grave fue el caso del 'Marero'. Se hundió el 20 de diciembre de 1998 en el Golfo de Bizkaia con sus ocho tripulantes a bordo, que fallecieron. Una ciclogénesis explosiva que despertó olas de hasta 13-14 metros frente a la costa de Arcachon tuvo la culpa de este fatal desenlace.

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