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La carretera a menudo ofrece su cara más cruel en forma de accidentes con víctimas mortales. Cualquier precaución es poca para sortear estos siniestros y ... conviene no despistarse cuando se trata de conducir un vehículo a motor. Pero detrás de estos siniestros graves se esconde un rosario de accidentes leves que, si bien no causan heridos, provocan daños en los vehículos, horas de espera en la carretera y obligan al propietario del coche a rascarse el bolsillo para reparar la faena.
Son los llamados golpes de chapa. Pues bien, el año pasado se contabilizaron 23.584 golpes de chapa en Gipuzkoa, un 2,12% menos que en 2017. Así se desprende de un informe de Unespa, la Asociación Empresarial del Seguro, cuyas empresas asociadas manejan estos datos al dedillo al tener que hacer frente en muchas ocasiones a los gastos de reparación de cada vehículo.
Los registros de Unespa indican además que cada día de la semana se produjeron 65 accidentes de chapa en Gipuzkoa. Eso sí, el día de la semana con mayor incidencia son los viernes (79 al día). Los fines de semana, además, la cifra media baja a 42 al día los sábados y 32 los domingos, por aquello de que se coge menos el vehículo en los días no laborables.
Gipuzkoa destaca además por ser uno de los territorios donde la siniestralidad en relación al tamaño de su población es más baja con 3.320 accidentes de chapa por cada 100.000 habitantes. En el lado opuesto, destaca la accidentalidad de lugares como Melilla (5.320 colisiones), Baleares (5.220) o Málaga (5.080 golpes de chapa por cada 100.000 habitantes).
En el conjunto de Euskadi, el año pasado se contabilizaron 74.565 colisiones leves, lo que supone un 0,96% menos que el año anterior. En toda España, la cifra llegó a los 1.927.826 golpes de chapa, 0,11% más que en 2017.
Desde Unespa destacan que, tomando como referencia los datos a nivel estatal, «se trata del mayor número de incidentes de circulación sin heridos registrado desde 2010».
Las mismas fuentes explican que los golpes de chapa «son típicos del tráfico urbano y constituyen una magnitud que refleja la situación económica del país». Así, en momentos de bonanza económica «se producen más colisiones porque hay una mayor cantidad de vehículos circulando por las calles». En años de crisis ocurre lo contrario porque baja la siniestralidad.
Además, el informe refleja que en los períodos vacacionales hay menos accidentes leves debido a que estos siniestros son típicos del tráfico urbano de días de labor.
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