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Naiara Cayetano es una persona clave dentro del organigrama de Aldapeta Maria Ikastetxea, en Donostia, desde que hace nueve años fuese contratada por el ... centro por petición expresa de los padres, que pedían la presencia de una enfermera durante la jornada escolar para atender cualquier incidencia que pudiera ocurrir entre el alumnado. Ella es la única que ostenta este cargo en Gipuzkoa. De lunes a viernes y en horario de 8.40 a 16.30 horas, esta donostiarra de 41 años está disponible para realizar labores asistenciales (accidentes del día a día) y también para hacer un exhaustivo control a niños con patologías crónicas que requieren un seguimiento específico.
«Hay pequeños que necesitan que les istre tratamientos como ventolín, antibióticos o adrenalina por las enfermedades que padecen y en esos casos la atención es muy personalizada», cuenta Cayetano, que a lo largo de su carrera profesional ha vivido todo tipo de situaciones en las aulas. «Hay diabéticos que pierden el conocimiento estando en clase y hay que actuar rápidamente», asegura esta sanitaria y madre al mismo tiempo, a quien la figura del enfermero escolar le parece indispensable. «Da seguridad».
Según ella, «para curar una herida quizá no hacen falta conocimientos, pero para subir una hipoglucemia a través de un pinchazo, por ejemplo, pues sí», relata. En niños diabéticos su rutina es la siguiente: antes del recreo les hace un control para ver que están en valores normales y así decidir qué almuerzo tienen que tomar. Una vez terminado el descanso, se asegura que todo está correctamente antes de que los pequeños regresen a clase. Y antes de comer, vuelta a empezar. Primero análisis para calcular la cantidad de hidratos que pueden comer y istrarles la insulina y, después, para que afronten la tarde con total garantías, sin ningún tipo de riesgo.
«Este es solo un caso porque también hay alumnos con reacciones alérgicas o simplemente que sufren caídas, mareos, fracturas, golpes en la cabeza... en un colegio pasa de todo», subraya. Por eso, ella tiene al historial de cada uno de los 2.100 alumnos de Aldapeta Maria Ikastetxea y a sus respectivos informes clínicos si es que los hubiera. «Los padres me entregan los certificados médicos y las medicinas y yo me encargo del resto».
Al día, Cayetano atiende unas 25-30 incidencias. «Hay bastante movimiento por la enfermería, aunque también digo que hay que aprender a hacer un buen uso de ella. Es decir, no para todo hay que acudir a mí», matiza. Mientras tanto, desde el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa, dice, «estamos luchando para que el Gobierno Vasco implante esta figura en el resto de centros educativos». En palabras de la profesional, «muchas veces pienso cómo harán otros coles para solventar todos estos problemas», concluye.
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