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La Justicia de Gipuzkoa ha condenado en este arranque de 2022 a dos de los agresores sexuales más importantes que han actuado en el territorio, ... con penas que suman más de 50 años de cárcel. 28 años de prisión a Kote Cabezudo y 24 años de cárcel al violador en serie de Beasain son las sentencias que ha impuesto la Audiencia de Gipuzkoa en el plazo de tres meses por agresiones sexuales con alevosía, violación, abusos sexuales, pornografía infantil, lesiones y estafa. Los dos casos que han acaparado la atención mediática en el territorio durante el primer semestre están ya en la historia de la crónica negra de Gipuzkoa.
La primera condena corresponde a G. G. C., ciudadano de nacionalidad rumana. Los 24 años de cárcel impuestos son la suma de dos resoluciones judiciales confirmadas el pasado mes de marzo. La primera sentencia, impuesta el día 2 de dicho mes, fue de 15 años de privación de libertad por el delito de agresión sexual con alevosía y lesiones. Le fue impuesta tras ser declarado culpable del ataque a una joven en Beasain en el año 2019. A los pocos días recibió la segunda condena. Fue el 11 de marzo cuando la Audiencia Provincial le impuso otra pena de 9 años por un ataque perpetrado contra otra mujer en Lasarte-Oria en el año 2015. Este violador en serie, que ya ha recurrido estas dos sentencias, se enfrenta aún a dos juicios más por los mismos delitos cometidos entre los años 2012 y 2013.
El segundo caso, cuya resolución se hizo pública ayer, es el que condena al fotógrafo Kote Cabezudo a 28 años y dos meses de cárcel como autor de un delito de violación, otro de abusos sexuales, seis de pornografía infantil y dos de estafa. El donostiarra fue juzgado por un tribunal de la sección primera de la Audiencia de Gipuzkoa entre el pasado 7 de marzo y 13 de abril por abusar de jóvenes modelos, algunas menores de edad, durante la realización de sesiones fotográficas y de compartir imágenes de sus desnudos sin consentimiento en webs de pornografía de pago, entre otros delitos.
G. G. C. ha sido conocido en Gipuzkoa durante el primer trimestre del año como el 'violador de Beasain', aunque también se le podría considerar el 'violador del cloroformo'. Este ciudadano rumano de 37 años, casado y padre de familia que residía en Ordizia utilizó este compuesto químico para llevar a cabo su agresión sexual en Beasain el 13 de julio de 2019. Aquella noche, durmió con ese producto a su víctima. Una mujer de 21 años a la que esperó en el rellano de su domicilio y atacó cuando salía de su casa de madrugada para acudir a trabajar en una panadería. Utilizó un pañuelo impregnado en cloroformo para adormecerla e introducirla en su domicilio para abusar sexualmente de ella. El violador fue condenado por la sección tercera de la Audicencia de Gipuzkoa a 12 años de prisión por el delito de agresión sexual con alevosía, ya que conocía a la víctima y sabía de sus horarios para atacarla, y otros tres años por un delito de lesiones, por los golpes que recibió durante el ataque.
Este caso de Beasain propició la detención del condenado una semana después en Lazkao tras la obtención de su ADN a partir de unos restos de saliva que dejó en la cuchara de un restaurante al que fue a cenar con su familia. Investigaciones posteriores de la Ertzaintza permitieron vincular al condenado con varios delitos similares por toda Gipuzkoa. Por uno de ellos, el de la agresión sexual a una joven en Lasarte-Oria en 2015, G. G. C. fue condenado el 11 de marzo.
La Audiencia de Gipuzkoa sentenció al ciudadano rumano a 9 años de prisión por la violación a una mujer el 1 de enero de 2015 en el municipio de Buruntzaldea. La sentencia confirmó que el acusado siguió la madrugada del día de año nuevo a una mujer que caminaba sola por el paseo contiguo a la estación de Lasarte-oria. Según el fallo judicial, el encausado asaltó en unos soportales por la espalda a la víctima y le puso en la cara «un paño impregnado de sustancias químicas con propiedades anestésicas». La mujer, pese a su resistencia, «perdió rápidamente el conocimiento y cayó de rodillas al suelo». Después el agresor violó a la víctima.
Estos 24 años a los que G. G. C. ha sido ya condenado por estos dos casos juzgados pueden verse incrementados en dos juicios que tiene aún pendientes, también por violaciones. Se le atribuyen otras tres agresiones sexuales cometidas en Tolosa, Anoeta y Andoain entre los años 2012 y 2013, por las que será juzgado a partir de septiembre en un mismo juicio. También tiene otra causa pendiente por otra violación, aún sin señalar. Entre todos los casos ya sentenciados y los que por el momento tiene pendientes, se enfrenta a 64 años de prisión.
En cuanto al caso Kote Cabezudo, el tribunal de la sección primera de la Audiencia de Gipuzkoa ha sentenciado al fotógrafo a 28 años y dos meses de prisión como autor de un delito de violación, otro de abusos sexuales, seis de pornografía infantil y dos de estafa. El donostiarra fue juzgado entre el pasado 7 de marzo y 13 de abril por abusar de jóvenes modelos, algunas menores de edad, durante la realización de sesiones fotográficas y de compartir imágenes de sus desnudos sin consentimiento en webs de pornografía de pago, entre otros delitos. Más de dos meses después de que concluyera el juicio y tras años de instrucción, este lunes se hizo pública esta sentencia.
Esta resolución señala, no obstante, que al superar la suma de las penas de prisión impuestas los límites legales que establece el artículo 76 del Código Penal, el máximo de cumplimiento efectivo no podrá exceder de 20 años y declara extinguidas las penas impuestas que excedan de dicho máximo. Además, le condena también a indemnizar a las víctimas con un total de 116.000 euros. El tribunal, no obstante, le absuelve de otros 217 delitos que también le imputaron las acusaciones y por los que pedían las penas más elevadas jamás solicitadas en Gipuzkoa.
En total, la Fiscalía le imputaba 32 delitos, cometidos sobre 16 víctimas, y pedía para él una pena de 250 años de prisión. La acusación particular que representaba a 17 mujeres solicitaba cárcel por 2.627 años. La defensa pedía la libre absolución.
Contra la sentencia, cabe interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo, y no ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, dado que el procedimiento judicial se inició en 2013, antes por tanto de la reforma de ley de 2015. Las partes implicadas ya han anunciado que recurrirán.
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