Malvana: el balcón de la sierra de Gata

Verde. El verde inunda Cáceres. Aunque parezca extraño, o llame nuestra atención, ejemplares de abedul ibérico, de acebo, de castaños, de enebros, de encina, de pinares de roble melojo,... pintan de un precioso color verde la Sierra de Gata y sus pueblos. Una preciosa estampa propia del paisaje de dehesa en la que descubrimos un entorno natural en el que la paleta de colores naturales nos sorprende en nuestra primera visita a esta tierra.

Tierra de estraperlistas, macuteros o contrabandistas que acarreaban lo que era considerado prohibido, para buscar un sustento en una tierra querida por los lugareños y que vio partir a muchos de sus vecinos. Sus gentes comparten con los pueblos vecinos el peculiar dialecto como es la Fala. Ahora, todos ellos luchan por recuperar su esencia con el trabajo de los agricultores que se empeñan en elaborar la mejor aceituna 'manzanilla', los famosos dulces caseros, bollos y floretas, quesos de cabra y oveja, miel, polen , el mejor aceite, la mejor carne de vacuno,...

Un ejemplo perfecto de todo ese espíritu está reflejado en las calles, casas y campos de Valverde de Fresno, a tan solo 16 kilómetros de Portugal. Valverde de Fresno es un precioso municipio cacereño, situado en un valle protegido por picos y colinas como Mesas (1.260 m.) Corral Fidalgo, La Tuiriña, Barrocarrubia y Malvana, el Picoto, Peña de los Enamorados (994 m.) y el Corral de las Colmenas.

Valverde se encuentra en la parte occidental de la sierra de Gata, con una superficie de más de 35.000 hectáreas. La Sierra de Gata posee unos encumbrados miradores desde los que se pueden apreciar y contemplar espectaculares panorámicas.

Desde el valle, Valverde del Fresno también ofrece unas vistas fantásticas de la sierra de Malvana o de la sierra de Gata. La ruta del trueque y el contrabando es uno de esos caminos que lleva a la frontera portuguesa y que tan rica han hecho a Valverde. Podemos realizar casi 22 kilómetros de dificultad media, donde algo más de diez son de subida, pero de paisajes preciosos y con mucha historia. En la frontera entre España y Portugal, la frontera más vieja de Europa, la PR CC 188 nos conduce por caminos, entre densos bosques de pinos, por caminos como el de las Loberas, reservas naturales como natural de la sierra da Malcata... La señalización es bastante deficiente, por lo que es muy interesante contar con un track de este recorrido, otros por la zona.

Muy cerca de Valverde de Fresno, se encuentra San Martín de Trevejo. Localidad en cuyas tierras se encuentra otro de los tesoros de Extremadura, el castañar de San Martín. Considerado como el castañas más extenso de esta comunidad. Se estima que su origen se remonta al siglo IV. En esta zona se libraron numerosas batallas, hasta el punto de que en el siglo XII el hijo del rey Alfonso VII repobló la zona con habitantes del reino de León y del de Galicia. Quizá este pueda ser el origen de 'a fala', curiosa lengua con presencia en algunas localidades a los pies del Jálama y que aún se usa en la zona.

La existencia de este excepcional bosque no es fruto de la casualidad y se ha desarrollado en este preciso enclave gracias a la coincidencia de una serie de factores ecológicos. Entre ellos, una elevada humedad y pluviometría, un suelo profundo con elevada materia orgánica y con gran capacidad para retener agua, así como su situación en una ladera cuya orientación propicia que reciba pocas horas de insolación, especialmente en los meses más calurosos. Entre los grandes ejemplares destacan Los Abuelos, dos magníficos castaños cuyas oquedades, como en las de otros muchos, sirven de refugio para quirópteros muy amenazados como el murciélago ratonero forestal o el murciélago barbastela, así como mamíferos carnívoros como la jineta, el turón o el gato montés.

Además de mamíferos, son muchas las aves forestales que habitan los castañares. Picos picapinos, trepadores azules, agateadores, chochines y petirrojos nos acompañarán a lo largo de nuestro paseo. Entre las rapaces, destacar el halcón abejero, el azor o el águila calzada, pero debemos aprovechar los claros del bosque para intentar observarlas

Una de las opciones más interesantes para alojarse en la Sierra de Gata es Habitat Cigüeña, un hotel rural de 12 habitaciones, propiedad de Simón Roselló, ubicado en una dehesa de 220 hectáreas, que cuenta con una ganadería extensiva propia, un olivar ecológico, una almazara y un ha-mmam. Su hija Marga Roselló dirige el hotel, mientras que el ingeniero agrónomo Iván Payo Barroso recuperó 50 hectáreas de olivos de manzanilla cacereña y lograr el equilibrio en la cría de cerdos y vacas. Ejemplares de ambos pastan a sus anchas muy cerca del hotel, en la poza en la que se puede observar a las cabezas de ganado beber, ajenas a la presencia de alguna cigüeña u otras aves, con las que comparten el agua y la tranquilidad de este rincón. Hermosos ejemplares porcinos y vacunos son criados en libertad para generar embutidos de bellota y carnes de primera que han hecho que su restaurante haya sumado una estrella verde Michelin en su última edición, el único en Extremadura.

Estrella que ha llegado de la cría de vacas de Retwagyu, una variedad que la familia Roselló ha creado al mezclar novillas 100% Retinta con 2 sementales 100% Wagyu, que adquirieron en Alemania en 2015, y que desde 2019 genera una carne extremadamente jugosa, con un sabor muy personal y una muy baja relación de ácidos saturados.

El precioso entorno natural que rodea esta dehesa cacereña en la que podemos realizar una interesante ruta desde el Puerto de Santa Clara, carretera de San Martin de Trevejo-El Payo (1.025 m) hasta el puerto de los Llanos, carretera de Valverde del Fresno-Navasfrias (1.070 m.). En los días despejados, se disfruta de unas espectaculares vistas tanto hacia el alto Águeda y Rebollar (Salamanca) como hacia Extremadura. Pasando por las Torres donde se unen las sierra de Eljas y Malvana, ambas situadas dentro de la Sierra de Gata. Durante el recorrido se asciende a las cimas de las Torres de Ferrán (1.271 m). Esta cima está compuesta de Torres, Canchos y formaciones rocosas, en muchos casos de formas caprichosa en las que podemos imaginar una tortuga, una cabeza de pelicano. El tránsito por esta zona tan peculiar es de la complicada del recorrido en la cual tendremos que seguir el mejor camino. A lo largo de la caminata nos acercaremos a la cima de El Espinazo (1.322 m.). Esta cima es la más alta de este pequeño cordal que a su vez hace de frontera natural entre Salamanca y Cáceres. También pasaremos por Refiesta o Alto de la Carbonera (1.267 m.). Cabe destacar además que esta cima está dividida en dos cotas muy cercanas y parecidas en altitud.

El paseo ofrece unas vistas espectaculares, muy diferentes a las que estamos acostumbrados, pero que bien merece la pena.

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