Secciones
Servicios
Destacamos
Euskadi solo cubre un tercio de su demanda eléctrica con producción propia. El grave apagón de la pasada semana –ante el que las explicaciones de ... los poderes públicos, en especial del Ejecutivo central, y de las operadoras, aún no han sido contundentes y siguen pendientes– han forzado la apertura de un debate de fondo sobre la vulnerabilidad energética del País Vasco que tiene ramificaciones técnicas, económicas, sociales y políticas, y que no debe despacharse con la ligereza de una guerra de eslóganes vacíos y convertirse en un feroz pulso por el poder. La limitada capacidad de autoabastecimiento en Gipuzkoa, Álava y Bizkaia pone de relieve nuestra acusada dependencia, acentuada además por la demanda creciente del sector industrial con tradición y músculo. Además, una parte de la energía que se genera en los territorios vascos llega a través de gas importado, mientras que las energías limpias locales no superan el 6,3% del consumo. Esta dependencia externa muestra un flanco débil que tiene como trasfondo la complejidad de una realidad industrial que consume de forma masiva. El debate estructural no es nuevo, en absoluto, y la guerra de Ucrania tras la invasión rusa, ya había planteado la exigencia de un análisis riguroso sobre las sombras de nuestro modelo y la necesidad de revisar determinados déficits que lastran hace años la competitividad de nuestro modelo productivo. Los datos ilustran la necesidad de introducir una mayor racionalidad en la discusión, durante demasiado tiempo atrapada en las redes del maximalismo y la confrontación ideológica. Y esta reflexión no debe limitarse a Euskadi. En una sociedad democrática y pluralista, estos debates sobre el futuro deben abordarse sin perjuicios y sin tantas consideraciones apriorísticas desde la ideología convencional. Seamos conscientes de nuestras limitaciones. Pero llevar este asunto al choque de modelos, como se ha hecho en el conjunto de España, al intentar oponer las renovables con la energía nuclear, supone extremar el contraste de argumentos técnicos y forzar la caricatura y la simplificación sobre un tablero geopolítico muy convulso e incierto. Nuestra dependencia externa de la energía –que encarece costes y lastra nuestra competitividad– retrata un terreno de juego en el que hay que saber istrar las piezas del puzle con inteligencia y habilidad. Desde el realismo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.