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Las aguas en el PP de Gipuzkoa bajan revueltas tras la última decisión de Pablo Casado de imponer a Iñigo Arcauz en la lista ... del Congreso. El inquilino de la séptima planta de Génova fue por la calle de en medio y ni siquiera llamó el pasado viernes a Sémper, líder del partido en Gipuzkoa, para anunciarle que iba a imponer a Iñigo Arcauz, ex edil donostiarra que fue apeado de cualquier responsabilidad política en 2015. Fue un jarro de agua fría que casi nadie esperaba. Casado colocaba así a un 'casadista' de confianza en la cuna del 'sorayismo' que siempre ha defendido Sémper a través de su moderación.
Con esta medida, el aparato de los populares guipuzcoanos deja de tener cualquier poder de decisión o influencia en la candidatura para la Cámara baja, ya que ahora será el propio Arcauz quien 'fiche' a sus compañeros de lista, al margen de la opinión de la dirección del partido en Gipuzkoa. Es decir, la candidatura será plenamente afín a los postulados 'casadistas'.
Esta metodología electiva ha provocado un profundo malestar en el aparato guipuzcoano, que, además, ya había sondeado a un independiente para encabezar esa plancha. En elecciones anteriores, bajo la presidencia de Rajoy, los comités electorales provinciales elevaban su propuesta a la dirección regional y ésta a Génova, y casi siempre prosperaba, salvo excepciones. En esta ocasión, ni el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, barón 'sorayista' reconocido, supo de antemano quiénes eran los elegidos ni tampoco le pidieron su opinión.
Fuentes populares iten que esta nueva circunstancia podría provocar una dualidad bien diferenciada de candidatos en Gipuzkoa entre Arcauz, que tiene la bendición de Génova, y Sémper, que contará con el respaldo del aparato del partido en Gipuzkoa en su carrera a la Alcaldía donostiarra. El primer hecho que marca en cierta manera distancias es que Arcauz, que ya tiene asignado un despacho en la sede de la calle Illunbe, contará como asesor con una persona ajena a la estructura del partido en Gipuzkoa, el periodista Eugenio Narbaiza.
Pablo Casado, que sin embargo elude hablar de 'purga' para referirse a la laminación de cualquier vestigio del 'sorayismo' en las listas del Congreso, ha recuperado a Arcauz -40 años, casado y padre de tres hijos- para la política activa y le ha colocado en lo más alto de la lista de Gipuzkoa frente a la indisumulada línea liberal de Sémper. La decisión de Casado se interpreta en algunos medios como una contraprogramación desde Génova al estilo de campaña -más personal y alejado de las siglas- que el propio Sémper ha empezado a desplegar.
La imposición de Arcauz por parte de Casado en la candidatura guipuzcoana ha supuesto un duro revés para el cuadro de mandos que lidera Sémper en este territorio. Esta maniobra de Casado puede ser interpretada como una especie de cerco al 'sorayismo' que la ejecutiva guipuzcoana en pleno defendió en el último congreso popular. De hecho, Sémper estaba llamado a ser el portavoz del partido si hubiera ganado la exvicepresidenta a Casado en las votaciones finales.
Arcauz, que en su día fue incorporado en 2009 por Sémper en su primera ejecutiva, siempre ha abanderado la esencia más conservadora y tradicional del partido, hasta que en 2015 fue apartado por el propio Sémper de cualquier cargo público y orgánico del partido. Sus planteamientos políticos siempre han sido antagónicos a los defendidos por el líder del partido guipuzcoano, a quien recientemente no ha dudado en criticar por la manera con la que está desplegando su campaña, muy personalista y alejada de las siglas del PP. Meses atrás, a través de un artículo publicado en una web digital, reivindicaba la esencia tradicional del PP que en otras épocas habían defendido en Euskadi María San Gil y Jaime Mayor, y en cierta manera dejaba entrever su oposición a los postulados de Sémper, que llegó en su día a equiparar Bildu a Vox.
Arcauz quiere abanderar el 'sangilismo' en su carrera electoral para conseguir un escaño que las encuestas le niegan. El candidato desea contar con el apoyo de la expresidenta del PP vasco, que respaldó la candidatura de Casado en el último cónclave popular.
La cohabitación entre Arcauz y Sémper será difícil, aunque no imposible, iten fuentes populares en referencia a la sintonía de los dos candidatos en liza. Arcauz anuncia que no se esconderá. «Soy católico, estoy en contra del aborto y a favor del apoyo a la familia y la vida», afirmaba recientemente, mientras anunciaba que su campaña irá dirigida a la derecha de siempre sin esconder las siglas, en alusión velada a la campaña del líder guipuzcoano. Sémper, por contra, buscará un electorado de centro y de más amplio espectro. Y si hay que hacer surf en La Zurriola, se hace. De hecho, ya lo ha hecho.
De esta manera, el PP de Gipuzkoa, en una circunstancia sin precedentes, tendrá dos candidatos bien diferenciados en dos elecciones concatenadas -generales y municipales- que buscarán el voto en los mismos caladeros. Está por ver si compartirán escenarios electorales, pero por de pronto Sémper lanzó todo un reto al candidato 'casadista' y antiguo compañero de su ejecutiva. «Es una oportunidad de oro para demostrar su capacidad y mejorar los resultados de hace tres años». No hay que olvidar que el PP, con Sémper como cartel principal, obtuvo en 2016 en Gipuzkoa 34.941 votos, el 9,63% del porcentaje. Ese será el registro que muchos mirarán la noche electoral del 28-A. Que por cierto, habrá qué ver dónde se celebra y quiénes saldrán en la tradicional foto.
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