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Génova no es la única sede que el PP ha puesto en venta. Y aunque el motivo que se esconde detrás es puramente económico y ... no ideológico -la maniobra de Pablo Casado pretende despojar al partido de una pesada mochila vinculada con la corrupción- los populares vascos también buscan comprador para sus oficinas en Donostia y Bilbao. De momento, con varias ofertas sobre la mesa y poco éxito.
El motivo no es otro que tratar de compensar el perjuicio económico que sufren las cuentas del partido por la pérdida de concejales, junteros y parlamentarios vascos. Una merma institucional que se acentúa en cada convocatoria electoral y que ha repercutido en los ingresos del PP vasco, hoy con una estructura orgánica menor que no necesita -dicen en el partido- sedes del tamaño que ocupan los inmuebles de ambas capitales vascas.
Aproximadamente hace un año, el PP de Gipuzkoa recibió la instrucción de la dirección regional, entonces con Alfonso Alonso como líder, de poner en venta su oficina de la calle Illunbe. El local, blindado por la entonces amenaza de ETA -hoy las persianas traseras siguen siendo de hierro-, tiene 500 metros cuadrados y dos entradas diferentes. Una sede que se inauguró en una época boyante, con el PP de José María Aznar -el de la mayoría absoluta- y tras la llegada en 2004 de María San Gil a la presidencia del PP vasco. Fue ella quien decidió centralizar en la capital guipuzcoana a toda la dirección regional del partido, que por aquel entonces estaba radicada en la capital vizcaína, y mudarse al barrio de Amara tras pasar primero por la calle Eustasio Amilibia y después por Prim, a pocos metros de la actual sede del PSE-EE.
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Hoy, sin embargo, la realidad es bien distinta. Los populares guipuzcoanos apenas cuentan con cinco representantes públicos: cuatro concejales (tres en Donostia y uno en Irun) y un juntero. Una estructura orgánica que ahora busca alquilar un inmueble que se adecúe a su 'esqueleto' interno actual. ¿La intención? Instalarse en una zona céntrica de la ciudad, y a pie de calle, para dar visibilidad a su proyecto y tratar de remontar el vuelo.
La sede de Bilbao, situada en el número 89 de la Gran Vía, también está a la espera de convencer a un comprador. Y ya lleva cerca de tres años en venta. Hace años, la Seguridad Social llegó a ofrecer aproximadamente dos millones de euros por el local para ampliar sus instalaciones. Pero no hubo apretón de manos.
La pérdida de diputados en el Congreso -el PP tiene hoy 88 escaños- también ha supuestos un agujero para las arcas del partido. Una razón que esgrimen en el PP vasco para dar cobertura al anuncio ayer de Casado de marcharse de Génova para romper amarras con el pasado y tratar de desvincular a la formación del caso Bárcenas. «El partido tiene menos activos, hay menos ingresos y mantener una sede tan grande es más caro», explica Carlos Iturgaiz en conversación con este periódico.
El presidente del PP en Euskadi opina que es necesario «mirar al futuro» y no estar «enzarzados en el pasado». «No se puede hacer política y que sólo se pregunte por Bárcenas; el pasado de Bárcenas está en los tribunales», defiende. «Me parece muy inteligente la decisión de Casado y el PP vasco cierra filas con él. Le aplaudo», dice Iturgaiz.
El líder de los populares vascos, además, arropa también la apuesta del presidente del partido por ensanchar el espacio de centroderecha «y hacer frente a Sánchez e Iglesias». A juicio de Iturgaiz, «buscar confluencias y alianzas con los partidos a los que nos une el mismo espacio, siempre es bueno y positivo». Un ejemplo de ello, dice, es la coalición que el PP mantiene con Cs en Euskadi.
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