Mesa redonda de 'Aiete, diez años después' celebrada este viernes en el Kursaal. IÑIGO ROYO

Víctimas de la violencia piden que no se les utilice como «moneda de cambio» diez años después de ETA

Brian Currin critica en las jornadas que recuerdan la Conferencia de Aiete que el Estado español «no está haciendo nada para solucionar el reconocimiento, la reconciliación y la reparación»

Miguel Villameriel

San Sebastián

Viernes, 15 de octubre 2021, 16:33

Roberto Manrique, víctima del atentado de ETA en la supermercado de Hipercor de Barcelona en 1987, y Carmen Galdeano, cuyo padre fue asesinado por los ... GAL ese mismo año, han participado este viernes en las jornadas que recuerdan la Conferencia de Aiete que precedió el cese definitivo de la violencia de ETA hace diez años. Ambos damnificados por la violencia han reivindicado que «queda trabajo por hacer en el reconocimiento» de los damnificados por la violencia y han reclamado a los partidos políticos que no utilicen a las víctimas como «moneda de cambio» con intereses partidistas, al tiempo que han recordado que no se puede englobar a las víctimas en general como un único colectivo.

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Manrique y Galdeano han participado este viernes en el Kursaal en las jornadas organizadas por Foro Social Permanente y Bake Bidea con motivo del décimo aniversario de la Conferencia de Paz de Aiete, concretamente en la mesa redonda denominada 'Retos del proceso de Paz Vasco', que han compartido con el abogado sudafricano Brian Currin, que ejerció de mediador en el proceso del fin de ETA, y con el representante del Foro Social Agus Hernán.

Roberto Manrique ha pedido una vez más al Estado que, «gobierne quien gobierno», no se utilice «el terrorismo y al colectivo de víctimas como moneda de cambio electoral». «Es patético que pueda ocurrir algo así, pero la experiencia demuestra que lo están haciendo y es doloroso para muchas víctimas», ha subrayado, para reclamar que el Gobierno «entienda que el terrorismo es un problema de Estado, no un problema electoral, no un nicho de votos».

Carmen Galdeano ha resaltado que, en su caso, «hace 10 años no existíamos como víctimas del Estado y ahora existimos, por lo menos nuestros testimonios», y ha recordado el trabajo realizado en este tiempo para «poder dar la palabra a todas las víctimas, a pesar de que todas las puertas del Estado han estado cerradas». A juicio de esta víctima de los GAL, «ahora nadie puede decir que aquí ha habido una única violencia y nuestra labor es poner encima de la mesa esa violencia para que el Estado tenga que asumir sus propias responsabilidades».

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Víctimas como «activistas»

Por su parte, Brian Currin ha criticado que «diez años después de Aiete, el Estado no está haciendo nada para solucionar problemas del legado, el reconocimiento, la reconciliación y la reparación de las víctimas» que, en su opinión, «deben convertirse en activistas para convencer al Estado para que haga algo y ayudarse mutuamente para construir ellas la reconciliación». «Es terrible», ha lamentado.

Finalmente, Agus Hernán ha destacado que cuando se ven ciertos debates en la prensa «parece que estamos peor que hace 10 años, cuando estamos infinitamente mejor», y ha resaltado que en la actualidad «estamos en un proceso multilateral en el que muchos actores participan y aportan desde diferentes espacios» en Euskadi, Navarra e Iparralde. También ha considerado «fundamental» salir del «imaginario colectivo en el que todo el mundo cuando habla de víctimas piensa en víctimas de ETA».

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